—¡Aw!~ ¡Es tan lindo...! Sí que ha crecido en estas semanas.
—Deberías tener cuidado, Mikey—acaricié el caparazón de Spike—. Tu querido sobrino ya mordió el dedo de su padre y no fue una agradable experiencia.
—Le hará falta educación.
Raph irrumpió en la sala principal de la guarida con una mirada de advertencia sobre Spike antes de soltar esas palabras. Se sentó a mi lado y me ofreció una bolsa.
—¿Lechuga?—le miré curiosa.
—He pensado que podría gustarle—sacó una hoja del vegetal de la bolsa para llevarla a la boca de nuestro pequeño.
—¡Los tres son como una adorable familia feliz!—dijo Mikey envidioso.
—Estoy segura que algún día encontrarás a la chica de tus sueños—le dediqué una sonrisa.
—Si Raph ha podido no lo dudo—se cruzó de brazos bajo la fulminante mirada del nombrado—. Además, ahora April está saliendo con...ese tipo.
—Mikey...
—Hay más oportunidades—Raph puso una mano sobre mi hombro, tomando a Spike y dejándolo entre nosotros dos—. Como dice _______, seguro que hay alguien ahí fuera esperando, hermanito.
—Vaya—soltó una risita—. Espero que esa persona me haga el mismo bien que ______ te hace a tí, hermano.
Ambos se miraron con cariño, mientras que yo sonreía orgullosa por las palabras tan alentadoras de hermano mayor que Raphael dio a Mikey.
—Bueno,—se levantó tomando a Spike y tendiéndome la mano—se está haciendo tarde—me levantó con cuidado—. Mañana _______ tiene clases así que la acompañaré a casa.
—Oh, ¿quién se quedará con el pequeño?—preguntó señalando a Spike.
—Yo, por supuesto.
Ambos nos miramos sorprendidos por dar la misma respuesta, seguros por quién conviviría con nuestro hijo.
—¿No que os lleváis mal?—enarqué una ceja en dirección a Raph.
—Aún así es mi hijo—lo juntó a su pecho a modo protector.
—Nuestro, querrás decir—le miré con advertencia.
—Tú estarás muy ocupada y no tendrás tiempo para él.
—¿Qué te hace pensar eso?—subí el tono de voz.
—¡Tienes universidad!
—¡Y tú mañana tienes guardia, así que tampoco tendrás tiempo para él!
—Al menos tendré "algo" de tiempo. ¡Tú ni siquiera tienes tiempo para los dos!
—¿Cómo?
Aquello había salido de su boca por error. No pensaba que en un momento podría llegar a soltar esas palabras con tanta agresividad en contra de la chica.
—Raph...
Hace un rato estaba compartiendo un increíble momento feliz con ella, y ahora, se encontraba arrepintiéndose por haberle hecho saber lo apartado que se sentía de su vida.
—Últimamente... No has tenido tiempo para mí. Tampoco para Spike—suspiró agotado—. Sé que estás ocupada con tus estudios pero... Cuando tienes algo de tiempo libre, lo utilizas para hacer otras cosas.
—Raphael. Intento distraerme un momento de todo, no sabía que te hacía sentir así...
—Pensaba que sería egoísta decírtelo. También tienes derecho a descansar, ¡pero es que también quiero estar contigo! ¡Spike te echa de menos!—levantó al animal en sus manos para acercarlo a ella.
—¡No me manipules así!
Mientras la pareja volvía a tener otra pequeña discusión e intentaba resolver sus asuntos, el otro mutante presente se mantenía de espectador, sonriendo con tristeza. Se imaginaba aquella escena siendo protagonizada por él y el amor que tanto ansiaba. Un amor que todavía no había sido capaz de encontrar.
Días después, nuestro energético mutante se encontraba haciendo guardia por las calles de Nueva York.
No había nada interesante, en ningún momento se dio el caso de algo realmente importante, solo ciudadanos descuidados que terminaban enfrentados. Pero para eso estaban los agentes.
—Creo que moriré del aburrimiento—se lamentaba mientras dejaba colgar sus piernas por la cornisa del edificio—. ¿Hm?
Su atención se enfocó en uno de los callejones entre el edificio sobre el que estaba y el que se encontraba a su izquierda.
—¡Déjenla en paz!
Aquel grito autoritario hizo sobresaltarse a Michelangelo a pesar de no ser el receptor de esas palabras.
—No pintas nada aquí, Amanda. Lárgate y lo dejaremos pasar.
—¡No! ¡Dejen de acosarla! Sois unos malditos cobardes.
—Oh, ¿y tú te crees un justiciero o lago así? Qué tierno—la voz del chico comenzaba a irritar al mutante.
El chico y sus secuaces cruzaron el límite de Mikey en cuanto estos trataron de poner una mano encima a ambas estudiantes de universidad.
El grupo de acosadores contemplaron al mutante con terror, haciendo que las femeninas expresaran su confusión antes de girar sus cuerpos mientras los chicos salían por patas.
—¡U-Un monstruo!—gritó mientras retrocedía tirando de su salvadora—. ¡Corre, Amanda!—huyó hacia las calles.
Ahora el silencio invadía a mutante y estudiante. Era una situación extraña, pero más que terror, ella lo miraba con ilusión.
—Increíble—ella rompió el silencio—. ¡Así que sois de verdad!
—¿Eh?
—El justiciero. LOS justicieros son reales. ¡Lo sabía!
—¿¡N-Nos conoces!?
—Os vi en el incidente de la Comisaría Central de Policía.
—Se suponía que nadie debía hacerlo.
—¡Pero yo os vi! Creí que me estaba volviendo loca—rió con ironía.
—¿No...me tienes miedo?
—¿Bromeas? ¡No todos los días se tiene la oportunidad de ver a una tortuga mutante!
La energía que desprendía aquella chica tan inusual cautivaba al mutante, haciendo que poco a poco causara un efecto agradable en su corazón.
Era capaz de estudiar sus rasgos dada la cercanía. Mientras ella compartía su ilusión por conocerlo, él estudiaba sus rasgos con detenimiento. Su cabello estaba recogido en una coleta alta y algo despeinada con un flequillo colgando por el lado izquierdo de su frente, casi cubriendo su ojo. Sus ojos marrones y anaranjados se movían ansiosos al contemplar las características del mutante. Su vista pasó a los brazos de la femenina, los cuales estaban cubiertos por varios accesorios de diferentes temáticas.
—Amanda Tilley—interrumpió sus pensamientos—. ¿Cuál es tu nombre?
—¡M-Michelangelo! ¡Miguel Ángel! Yo... Me llaman Mikey.
—Mikey—esbozó una amplia sonrisa extendiendo su mano—. Es todo un honor conocer a uno de los justicieros de nuestra ciudad.
—¿En verdad no estás asustada? ¿No saldrás corriendo?
—Si te soy sincera... Ya lo hice la primera vez—rió apenada—. Fue algo inesperado, pero la mayoría de seres vivos tendemos a huir por miedo. Nos aterra lo que desconocemos y decidimos ignorarlo o despreciarlo—se acercó más a él—. Tranquilo, yo sé que no me lastimarás. ¡Al fin y al cabo nos salvasteis de un apocalipsis alienígena!
Su confianza hizo que su cuerpo se relajara ante ella. Soltó un suspiro lleno de alivio seguido de una sonrisa segura.
—Eres muy linda.
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MI LUZ ENTRE LAS SOMBRAS || RAPHAEL X LECTORA
ФанфикUn cuarteto de héroes enmascarados es descubierto por nuestras protagonistas tras años entre las sombras. La situación será complicada de asimilar, ¿qué hará nuestra protagonista al respecto?