Sentía su corazón latir a mil por hora. Ese día conocería a su alfa, del cual solo sabía su apellido: Han.
Tenía miedo, bastante. Se había tenido que medicar aquella mañana para no tener un ataque de ansiedad.
Su traje era negro, bastante apretado de la parte de atrás, su cabello rubio había sido cortado y peinado de forma linda y también lo habían maquillado un poco.
Pero aun así, viéndose mejor que nunca, quería salir corriendo.
Todo era tan repentino que apenas podía asimilarlo.
Se encontraba en una habitación apartada de la iglesia, esperando a que todo comenzará.
Sus padres habían insistido en que caminara solo hasta el altar. Definitivamente, morirá antes de poder dar un paso. ¿Aún estaba a tiempo de irse?
- Felix.- llamó su madre desde la puerta.- Ya tienes que salir, está por empezar.
Y dicho esto, saco todo el aire de sus pulmones y salió de la habitación, dirigiéndose a las puertas que lo llevarían a la cámara principal de la iglesia, dónde estaban todos los invitados y su prometido.
Con la vista clavada en el suelo, sintió el brazo de su madre rodearle el suyo. La miró.
- Te acompañaré.- anunció ella.- Pareces estar a punto de desmayarte.
Y no era mentira.
Las puertas se abrieron, dejando ver a toda la gente invitada, que se giró en su dirección. Sintió su cuerpos paralizarse, pero su madre tiro de él con suavidad hasta el altar.
Una vez llegó a este, tuvo la valentía de mirar a la persona con la que tendría que compartir vida a partir de ahora, y vaya si se llevó una sorpresa.
Era un chico joven, parecía mayor que él, de cabello castaño oscuro, piel canela y mirada tierna, llevaba un traje azul que remarcaba sus fuertes brazos y estrecha cintura.
Sintió un escalofrío que le recorrió toda la espalda cuando sus miradas chocaron. Su madre lo dejo allí, frente a ese alfa. Su alfa.
Sintió sus pequeñas manos temblar, y bajo un poco su mirada, claramente intimidado por la curiosidad notable del contrario.
Y Jisung estaba cerca de sentir lo mismo, ya que su corazón se había acelerado al ver al lindo omega que había frente a él.
Su cabello rubio parecía ser suave, piel clara, pero algo bronceada, ojos azules como un diamante, rasgos finos y perfectos. El traje dejaba lucir todo su cuerpo, haciéndolo ver realmente apuesto, pero lo que más llamo su atención fueron las pecas marrones esparcidas por su nariz y mejillas. Era realmente lindo.
Pero al igual que él, se le notaba tenso, hasta podía oler algo de tristeza en él, cosa que le hacía querer consolarlo.
El cura empezó a hablar, y ambos pronunciaron sus votos, hasta que al fin supo el nombre del chico: Lee Felix Yongbok.
Al terminar, el cura los anunció como esposos de manera oficial, y la sala rompió en aplausos.
Se pararon el uno al lado del otro, viendo los felices rostros de sus familias.
Felix se sentía algo sofocado, necesitaba salir de allí.
Salieron de la cámara de la iglesia, dejando atrás a sus familias, quienes se habían empezado a dar abrazos y felicitaciones.
Felix trataba de regular su respiración como le habían enseñado, cuando escucho una voz a su lado.
- Soy Han Jisung.- se presentó el castaño, con una reverencia formal.- Pensé en presentarnos de forma correcta, todo ha sido demasiado apresurado.
Al fin alguien que pensaba como él.
- Lee Felix.- murmuro él.
- ¿Es Australiano? Habla realmente bien el coreano.- comento Jisung.
Felix se sonrojó.- Aprendí hace un tiempo, gracias.
Jisung sintió su corazón ablandecerse con esa reacción por parte del rubio. Su lobo no podía estarse quieto en su interior.
- Si hay algo que le moleste o le angustié, hágamelo saber, por favor.- le pidió con una sonrisa amable.
Felix asintió.- Claro, alfa.
Sintió sus mejillas aún más calientes con lo que acababa de salir de sus labios. ¿Lo acababa de conocer y ya lo llamaba alfa? ¿Por qué había caído tan rápido en sus encantos?
Jisung reprimió su gran sonrisa, y simplemente asintió un poco. Se había sentido realmente bien ser llamado así por la grave voz del omega.
알고
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I don't know // Jilix
ФанфикшнFelix es casado por obligación con Jisung, un alfa que dice ser su destinado, y que al mismo tiempo, no sabe nada de omegas. Estaba demasiado asustado, no quería casarse, no quería ser infeliz. Pero cuando vio por primera vez a su prometido, y sint...
