El Vertedero.

El muro.

Sabes lo que es escalar un  muro y que cuando pienses que estás llegando, ese muro es cada vez más alto? Y qué miras hacia arriba y lo ves interminable pero miras hacia abajo y estás muy alto?
Y cuando vuelves a estar a la mitad de ese descomunal muro, llega un punto en el que tus brazos duelen, tus piernas duelen, tus manos sangran de aferrarte a ese maldito muro, tú cabeza te grita que pares, que es inútil. Pero tus emociones te dicen que escales un poco más. Haces caso al corazón y sigues escalando, con la esperanza de que llegues arriba.
Pero el muro sigue creciendo. Cada vez es más duro, alto, y frío por sus piedras.
Llega un punto en el que no te puedes mover, que todo tu cuerpo duele. Pero sigues intentándolo. Escalas un metro más, pero te das cuenta de que es inútil. Vuelves a mirar hacia arriba y ves que cada vez es más difícil llegar, miras hacia abajo, y ves que estás tan alto que la hostia te matará.
Y en ese momento debes tomar una decisión: Seguir o tirarte.
Y barajas lo siguiente, si sigo, no hay nada que me garantice de que el muro pare de crecer, si sigo sé que  moriré en el intento de llegar a un lugar que no sé a ciencia cierta si hay. Pero si me tiro, todo sufrimiento se irá conmigo mientras caigo al vacío, la caída dolerá, pero sólo un instante. A veces vale más tirarse, que seguir luchando contra un muro que no para de crecer.
A veces vale más romperte los huesos de un sólo golpe, que mortificarte en luchar por algo que no tienes garantizado nada y que sólo hay muros y barreras para tí.