Tú eres para mí

Capítulo 85

POV Diane
Salgo del hospital llorando con King detrás de mí. Cuando llego a la calle me tiro en el suelo dejando salir todas las lágrimas que tengo en el momento y siento como King me abraza para consolarme.

Diane: Ya no quiero estar ahí —murmuré.

King: Dolores te necesita, Diane —dijo mientras acariciaba mi cabello.

Diane: Pero al final me va a abandonar. —Me separé de él y me levanté—. ¿Por qué estaría ahí?

King: Lo dices como si Dolores quisiera hacerlo.

Diane: ¡SI NO QUISIESE HACERLO LUCHARÍA PARA SEGUIR VIVA! —Sentí mi garganta arder con aquel grito.

King: Diane… —intentó acercarse, pero no lo dejé.

Diane: ¡No! Quiero estar sola. —Le di la espalda.

King: Por favor, Diane…

Diane: Déjame sola, Harlequin. —No lo miré. Sentí como daba la media vuelta y se fue.

Volví a llorar. ¿Qué me está pasando?

(…)

No sé cuánto tiempo ha pasado, sigo aquí llorando porque mi hermana está apunto de abandonarme, apunto de perder esa pelea.

Siento que alguien se sienta junto a mí, ni siquiera me molesto en ver quién es porque no me importa. No es como si una persona cualquiera se interesara en lo que me pasa y por qué estoy llorando.

Zeldris: Sinceramente no quería que este momento llegara. —Levanté mi rostro al escuchar su voz. ¿Qué hace aquí?—. Hola.

Diane: ¿Qué haces aquí? Creí que estarías ocupado con tus problemas…

Rio.

Zeldris: Mis problemas pueden esperar, es más, que se vayan a la mierda. —Me miró—. King me llamó.

Diane: No debió.

Zeldris: Tal vez no, pero… ¿Sabes por qué lo hizo? —Negué— Él nunca ha perdido a nadie de su núcleo familiar. Mis tíos e Elaine están muy bien. Yo perdí a mi padre y sé que tú perdiste a los tuyos y que no se comparan los dolores, pero creo que puedo entenderlos mejor que él.

Diane: Me estoy quedando sola.

Zeldris: Una vez me dijiste que te hubiese gustado estar en los últimos momentos de tus padres y te dije que a mí me hubiese gustado lo mismo con el mío.

Diane: No puedo seguir viéndola sufrir.

Zeldris: ¿Prefieres arrepentirte toda la vida? Cuando somos niños no tenemos opción para eso, pero ahora que somos grandes, podemos hacerlo.

Me quedé callada. Los dos guardamos silencio, dejando que el único ruido que se escuchara fuera el de los autos, las ambulancias, los movimientos dentro del hospital, el viento.

Zel tiene razón, no puedo abandonarla justo ahora. Si lo hago, me arrepentiré toda mi vida. Dolores ha estado junto a mí todo el tiempo, y Matrona también. Las dos están sufriendo y no puedo abandonarlas, gracias a ellas es que pude salir adelante, gracias a ellas es que tengo un futuro.

Me levanté llamando la atención de Zel.

Diane: King y Matrona deben de estar muy molestos.

Zeldris: No se escuchaban molestos, más bien preocupados. Anda con ellos.

Diane: Gracias, Zel.

Zeldris: No fue nada.

Lo abracé y después volví al hospital.