Capítulo 84

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POV Jerico
¿Fue él?

Jerico: ¿Te das cuenta que drogas te a todos los de la fiesta?

Helbram: Solamente así podía garantizar que ella tomara la droga.

Jerico: Pero no debiste hacerlo —le dije molesta.

Helbram: ¿Te recuerdo la razón por la que me hiciste volver?

Había olvidado que regresó gracias a mí.

Jerico: Creí que tú también habías cambiado.

Rio.

Helbram: Ni siquiera tú lo has hecho, aún quieres que Ban sea para ti.

Jerico: Él ama a Elaine. —Y aunque me dolía demasiado, ya estaba empezando a aceptarlo—. Además, tu plan no funcionó.

Helbram: Ni me lo digas, se desapareció en toda la fiesta.

Jerico: Terminó en la cama con Ban.

Helbram: ¡¿Qué?! ¡Ese maldito!

Jerico: A ver si te queda claro que ni siquiera con tus juegos bajos y sucios los vas a separar. 

Helbram: Vas a ver qué lo lograré.

Jerico: No lo harás, yo no te lo permitiré. —Me levanté de mi silla—. Y es más, les diré que fuiste tú quien los drogó.

Rio demasiado fuerte.

Helbram: ¿Y quién te va a creer?

(…)

Después de estar pensando por mucho tiempo, decidí llamar a la persona que creo, hay más posibilidades de que me crea.

Después del sexto timbre contestó.

Ban: ¿Ahora qué quieres? —preguntó seco.

Jerico: Hoy hablé con Helbram.

Ban: ¿Y eso a mí qué me importa?

Jerico: Él me dijo quien los drogó en la fiesta.

Ban: ¿Qué?

Jerico: Fue él, Helbram los drogó a todos para acostarse con Elaine.

Ban: Ese maldito hijo de puta —murmuró—. Debes decírselo a King.

Jerico: Si te llamé es para que tú lo hagas. Él nunca me creería.

Ban: Jerico, fuiste tú quien lo escuchó de la propia boca de Helbram, te corresponde.

Jerico: Hazlo tú. Además, así puedes ganar puntos con Elaine.

Ban: Te llevo.

Jerico: ¿Qué?

Ban: En cinco minutos llego para ir a la casa de ellos. Adiós. —Colgó.

¿Dijo que me iba a llevar a casa de su ex novia?

(…)

Nos detuvo a frente a la puerta y Ban tocó el timbre. Esperamos unos minutos hasta que la puerta se abrió dejando ver a King.

King: ¿Qué hacen aquí?

Ban: Ya sabemos quién nos drogó a todos. —Los miré a ambos. ¿Ni siquiera un saludo? Supongo que así están acostumbrados a tratarse los dos—. Bueno, Jerico lo descubrió.

King me miró esperando a que hablara. Miré a Ban y él me alentó con su mirada. Volví a ver al castaño y suspiré.

Jerico: Fue Helbram.

Tú eres para míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora