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-No era un maldito sueño, Jaeboem había llegado y al parecer tenia la excusa perfecta para asesinarme. estaba en el cuarto de su mujer y si se fijaba bien podría deducir que había dormido a su lado así haya sido un rato

-T/N, hablo  y eso hizo que Jaebeom dirigiera su mano hacia otro lado, simulo poner su chaqueta y su maleta al lado de dónde yo me encontraba. encendió la luz y se sorprendió al verlo de pie justo al lado mío, ella se puso de pie y lo vino a abrazar mientras yo suplicaba por irme de aquí, lo mire de reojo y no lucia muy contento. sabia que quería arrancarme la cabeza y eso era poco. me levante del sillón y trate de salir

-mi misión aquí a terminado-dije tomando mi chaqueta

-no, tu no te irás ...tu dormirás aquí, no voy a dejarte salir-dije acercándome a el

-son las tres y siete de la madrugada, no me pasara nada-dije sonriéndole tratando de ocultar mi pánico

-ven, te acomodaré una habitación y amanecerás aquí. Jaebeom no tiene problema ¿verdad jae?-dije volteando a ver a Jaebeom mientras el se retiraba la corbata

-mi casa es tú casa-dijo sonriendo


salimos de la habitación y le acomode una habitación lejos de la nuestra. Hobi estaba nervioso y yo también, Lay había quedado de volver después de ir a esa estúpida mansión y nunca llego

-¿que demonios crees que haces?, aquí seré su maldita carnada-dijo acercándose a mi rostro

-cálmate, no quiero quedarme sola con el. no después de haber visto esa carpeta; Lay no a llamado quedo de venir, esto no esta bien se suponía que llagaría en dos días-dije nerviosa

-bien, tratare de llamarlo solo mantén a Jaebeom ocupado no dejes que salga-dijo suspirando

-solo trata de comunicarte con Lay-dije dándome la vuelta

-T/N sin nervios, debes lucir tranquila solo resiste estos días-dijo dejando un beso en mis mejillas


salí de la habitación de Hobi y me acerque a la mía, mis piernas se enfriaban y no me permitían caminar con normalidad. abrí la puerta y el estaba sentado en la cama con el celular en su oreja, parecía que platicaba con alguien; me senté al frente suyo y me dedique a mirarlo mientras este hablaba por teléfono

-no importa, en unas horas me reuniré con el tu solo acompáñalos al coctel. haz presencia media hora y diles que debes atender otro asunto y viajas-dijo Jaebeom mientras acariciaba mis piernas-relájate aun falta el negocio con los del occidente y de ese me encargo yo


Jaebeom colgó y puso su teléfono sobre la mesa y luego entre su lenguaje corporal me pidió que me sentara sobre su regazo, mis piernas posicionarse a los lados de su cadera mientras sus manos acariciaban mi rostro

-no te imaginas, el infierno que viví estos dos días-dijo dejando un beso en mi mentón

-espere tu llamada-dije mirándolo fijo

-estaba muy atareado y llegaba cansado al hotel, Yuta me salvo estas dos noches porque me daba un sedante en el café. te juro que no logro dormir si no es a tu lado, creí que me llevaría siete días pero uno de los socios se encuentra en Siheung  por eso es que estoy aquí-dijo acariciando mis pechos por enzima de la blusa

-observaba sus ojos y me perdía en ellos.  Mi corazón se negaba a entender que mi Jaebeom fuese capaz de lo peor, si ese fue el destino de todas esas mujeres siendo unas sensualidades no me imagino que me sucedía a mi si llegase a darse cuenta que estuvimos allí

-¿pasa algo?-pregunto tomando mi rostro entre sus manos

-Troy no a querido comer-dije regulando mi respiración volviendo a la realidad

Veintiún  fetichesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora