05. Engaño ilusorio

764 400 27
                                    

Varios días habían transcurrido desde aquel encuentro misterioso entre Samuel y Sarah en la cocina

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Varios días habían transcurrido desde aquel encuentro misterioso entre Samuel y Sarah en la cocina. Ambos parecían estar decididos a evitar a toda costa que yo descubriera el tema del cual habían hablado aquella noche, mostrando una preocupación y seriedad evidentes. Tenía un miedo inmenso recorriendo mi espalda, llegando al cuello y extendiéndose por mis brazos. Era un hormigueo constante que me aterraba, ya que los pensamientos de que Samuel posiblemente ya sabía la verdad, debido a la pregunta tan extraña de Sarah aquella noche, me tenían paralizado. No quería que nuestra amistad se fuera a pique solo por este sentimiento tan estúpido que inundaba mi corazón y crecía constantemente día con día. 

Y mi miedo aumentaba al darme cuenta de que después de esa noche, Samuel empezó a evitarme a toda costa. Evitaba estar a solas conmigo, especialmente cuando Arlen y Sarah se levantaban del sofá para ir a comprar frituras. En esas ocasiones, Samuel siempre quería acompañarlas, dándome la impresión de que no deseaba quedarse a solas conmigo por alguna razón. Incluso eludía mis llamadas y sobre todo mis mensajes cuando le preguntaba:

A veces, ni siquiera se atrevía a leer mis mensajes; simplemente me ignoraba, como hacía con todo el mundo cuando le enviaban un mensaje de texto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A veces, ni siquiera se atrevía a leer mis mensajes; simplemente me ignoraba, como hacía con todo el mundo cuando le enviaban un mensaje de texto. Esto ya no me hacía sentir que era su mejor amigo, sino que me había convertido en una persona más para él. Con el paso de los días, sus visitas fueron menos frecuentes y mi madre empezaba a preguntarme qué había pasado, si habíamos peleado o algo por el estilo. Mis respuestas siempre fueron las mismas: «No ha pasado nada». A pesar de que mi madre dejaba de preguntar durante unos días, después de querer investigar todo, terminaba preguntándome nuevamente, y yo respondía lo mismo que siempre.

Me sentí tan confundido debido a la reunión de esa noche, la conversación de Sarah con Samuel y la incertidumbre sobre si Samuel ya conocía mi secreto más preciado. No sabía por qué Samuel no quería verme ni hablar conmigo. Me cuestionaba si yo era el problema o si había algo más grande involucrado. No sabía la razón detrás de su comportamiento, pero me sentía culpable, ya que sabía que, cualquiera que fuese la causa de la actitud nueva que Samuel había adoptado después de aquella pequeña reunión en casa de Sarah, yo era parte de ello. 

Si te QuEdAs conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora