Capítulo 15. Rompiendo El Ciclo

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Esta semana tiene que ser una de las más atareadas que he tenido. Lo primero que hice al llegar a casa y abrir la puerta de mi habitación fue caer en la cama, sin siquiera preocuparme por cenar primero.

La última cita en el ortopedista, el papeleo de la nueva camioneta, la reapertura de las clases de Surf después de un mes pausadas por mi lesión, asistir a otra sesión fotográfica para una revista que hubiera odiado si la fotógrafa no hubiera sido tan formal y además me invitara el almuerzo al terminar. Todas cosas buenas a pesar de lo cansado que he terminado.

Contrario a lo que creí, mi brazo roto no dificultó mi vida más allá de un cambio de rutina temporal. Estoy agradecido. Me siento conforme con lo que tengo, siento orgullo al ver el fruto de mis arduos esfuerzos y entrenamiento y más que suficiente motivación para seguir adelante. Incluso me las arreglé para dormir un par de horas, pues sé que me lo merezco y siempre debería escuchar a mi cuerpo antes que a mis pensamientos producto de ansiedad.

Pero algo me despertó, algo aparte de las pesadillas que he estado teniendo estas últimas dos semanas como nunca las había tenido, diferentes a las de mi adolescencia. Estas son sobre Tommy, y no son ni la mitad de malas como para ser llamadas así, algunos de esos sueños también son agradables, pero de una manera que se siente mal admitir que disfruté.

He soñado con recuerdos, los buenos y los malos también, así como cosas que nunca sucedieron, lo que pudo haber sido y lo que no puedo permitirme desear. Escenarios improbables de mí y Tommy tomados de la mano, con las piernas entrelazadas y las caras demasiado cerca, nuestros labios casi tocándose pero nunca haciéndolo. He soñado con él riéndose conmigo como solíamos hacerlo.

Luego están los sueños desagradables, aquellos en los que está molesto o llorando y yo soy motivo, otros en los que le grito y lo empujo, mirándolo con disgusto como solía hacerlo cuando éramos niños e intentaba acercarse a mi. Sueño con eso porque temo que suceda al revés, que se de cuenta de lo dependiente que me he vuelto hacia él y se desquite como venganza.

Pero eso también es poco probable. Tommy es una buena persona que nunca lastimaría a nadie a propósito y que debería tener todo lo bueno en la vida, alguien que merece ser tratado mejor que como lo hicieron sus viejos amigos, su ex, yo, o como temo que lo haría un desconocido sin que yo lo sepa.

Eso es lo que soñé esta noche. Una entidad que abusaba de Tommy, aprovechándose de su corazón y torturándolo. Me desperté confundido, incapaz de descansar con la extraña incomodidad en mi pecho.

Estoy más preocupado por él que nunca. Es un pensamiento irracional, pero se siente demasiado real para ser solo una corazonada. Siento en todo mi ser que Tommy está angustiado, en peligro. O tal vez es solo mi arrepentimiento por no haber actuado antes que se ha vuelto tan insoportable que me empuja a hacer algo al respecto.

No tuve el tiempo y la energía para ir a su apartamento como le había dicho a Kai que lo haría, y cuando lo tuve, era demasiado tarde, me pareció impropio llamar a su puerta en medio de la noche. Pero puedo intentar llamarlo de nuevo, una vigésima vez esta semana. Si no responde, seguiré intentándolo aunque interrumpa su descanso. No descansaré hasta escuchar a Tommy decirme que está bien con su voz.

Esto tiene que terminar.

Incapaz de volver a dormir, me siento y tomo mi nuevo celular de la mesa de noche.

Pero antes de que pueda dibujar el patrón para desbloquearlo, la pantalla se vuelve blanca, mostrando una fotografía circular de Tommy haciendo un signo de paz y sonriendo, un "saludo" de buenos días que me dedicó meses atrás y por suerte pude guardar en la nube. Ojalá pudiera ponerla de fondo de pantalla sin parecer un pervertido.

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