Extra - ¿Cuán profundo es tu amor?

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Dylan está de buen humor hoy, lo cual no es algo nuevo desde hace tiempo, pero sí lo es que lo exprese y nos trate con tanta amabilidad. Quizá sea porque recientemente fue 14 de febrero y la sorpresa que le tenía a Tommy salió a la perfección. Se sabe que si hay algo que le gusta más que Tommy y el surf, es que sus planes vayan de acuerdo al pie de la letra.

No solo nos llamó en el chat grupal a las 7 de la mañana en domingo para preguntarnos si queríamos ir a desayunar, sino que además, entre charla, se nos ocurrió ir a pasar el rato a una playa oculta a una hora y media del pueblo, y él se ofreció a llevarnos. Eso sí, todos juntos en su auto para no gastar el doble de gasolina, porque sabe que le alcanza el dinero a Kai, pero es muy consciente de la huella de carbono. Me gusta eso de él.

Todavía falta tiempo para llegar a la carretera de salida, pero ya puedo oler el sauna natural que nos espera. Puedo prever a Tommy diciendo que tiene hambre otra vez, a Dylan sacando un almuerzo como por arte de magia de su gigantesca mochila, a Kai quejándose de lo caliente que está, a Sofi completamente relajada como tanto se lo merece, sus pobres pulmones de asmática descansando.

No andamos los cinco juntos tan seguido como yo quisiera, lo cual es entendible, ya que Dylan y yo trabajamos casi toda la semana y Tommy y Sofi estudian; por ello anhelo cada recuerdo nuevo que creamos, y mis favoritos son estos, cuando comemos y viajamos. Hay una bella simpleza en ver a Dylan sonreír a través del espejo retrovisor mientras nos escucha tararear las canciones de su lista mientras maneja.

How deep is your love? How deep is your love? —cantamos Sofía, Kai y yo.

I really mean to learn —continúa Tommy.

Los tres de atrás nos reímos.

—¿Qué? —cuestiona el de rastas rojas inocentemente.

—Es "I really need to know"—dice Kai.

—Uhh, ¿no? Se escucha bien que dice "I really mean to learn".

—Como alguien que habla inglés... —inicio, pero soy interrumpida.

—Todos aquí lo hablamos—argumenta Tommy—. Bueno, Dee lo intenta. Ha mejorado mucho. Lleva más de 300 días en Duolingo.

Dylan continúa viendo al frente, dejando a su novio hablar por él.

—Ay, Jennifer. Yo creo que después de más de 15 años acá ya se te acabaron los privilegios de gringa —añade Kai, luego se dirige a Tommy—. Pero sí, es "I really need to know".

—Solo fue un error, ya. —Sofi rueda los ojos con una sonrisa.

—¡¿Un error?! —Tommy exclama con una mano en su pecho—. ¡Los Bee Gees fueron mi infancia!

—¿Neta? La mía fue Tatiana —se burla Kai.

—Igual —dice Sofi.

—Por tres —añado.

—Tres contra uno. —Kai se cruza de brazos—. Admite que no te la sabes.

Tommy abre la boca y revuelve sus palabras, sin argumentos restantes, así que usa la carta trampa:

—¡Dee–!

—¡Ah, no! ¡Ese wey a todo te dice que sí! No vale. —Kai refunfuña.

—Su opinión es tan válida como la de todos ustedes. —Tommy pasa sus uñas cortas por la nuca del ojiazul, y– oh, conozco muy bien ese movimiento. Lo tiene a sus pies—. ¿Tú qué crees, amor?

Kai no lo deja responder.

—¡Regrésale a la canción!

—¿Y si mejor lo dejamos así? —dice Sofi, exhalando.

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