Capítulo 9

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Habían pasado años, era el día de la graduación de la academia, en este tiempo Itachi al año había ido a visitarlo, unas tres o cuatro veces, se quedaba en la cabaña esos días a disfrutar de su azabache, no había problema porque nadie conocía la ubicación de esta, y regresando a la escuela fingías haber estado enfermo… dormían abrazados y comían juntos mientras estaba con él, Itachi le hablaba de las misiones criminales que hacía y cómo al final se sentía, pero los brazos de Naruto aliviaban ese malestar… cuando pasaba mucho tiempo sin verlo y se le complicaba visitarlo, enviaba a su cuervo para que estuviera con él, el pequeño platicaba lo que habían estado haciendo Sasuke y él…

El pequeño azabache después de la masacre se había aislado, ya no le permitía acercarse, lo había tomado como una especie de rival, aunque Naruto no se prestaban a ello, provocando que Sasuke se molestará y lo agrediera…

Para este tiempo, el rubio había evolucionado mucho, el Sandaime le dijo que podía mostrar sus habilidades al graduarse, en ese momento sería considerado un adulto y ya no podría ponerle mano tan fácil el consejo… había aprendido los niveles de fuinjutsu de su clan a escondidas del hokage, se supone que ese pergamino no lo tiene, Itachi se lo dió ilegalmente, aún no realizaba el jutsu del cuarto Hokage, Hiraishin porque ese estaba en la bóveda del hokage y no había tenido una escusa para que el Sandaime se lo prestara, en taijutsu estaba bastante superior a su generación, no tanto como Lee pero no sé quedaba atrás, sus tobilleras y muñequeras tenía un peso en suma un cuarto a diferencia del ojinegro, pero sus reflejos eran mayores, su bukijutsu era notablemente superior a un gennin, su ninjutsu de igual manera, pidió al Sandaime le proporcionara una hoja de chakra, y en base a ello le solicitó unos pergaminos para ayudarlo, este se los dió feliz de los avances del pequeño, estaba seguro que iba a ser uno de los ninjas más fuertes de las naciones ninja igual a su padre...

Dominaba algunos jutsus viento, ese era su elemento y le estaba sacando provecho, unió su elemento a su bukijutsu, con ayuda del Sandaime consiguió un tanto de material para chakra, su control de chakra era bastante bueno para el exceso de chakra que tiene, lo que le permitió aprender lo básico de ninjutsu médico, no más porque ocupaba más control que no tenía, aumentó un poco el nivel de genjutsu del cual podía salir, aprendió dos sencillos genjutsus sólo por aprender, porque realmente no le agradaban tanto… era un shinobi bastante completo … practicó su sigilo haciendo bromas al anbu y desapareciendo del lugar, nunca nadie sospechó que era él, para la aldea era un chico de cabello café, que se la pasaba en la biblioteca y de ahí a Ichiraku y los dangos, sólo en la escuela mostraba su rostro… los maestros trataron de alterar sus exámenes, no era un genio pero tampoco un idiota… aprobaba con notas suficientes e intermedias… tal vez el único que sospechaba que había más de lo que mostraba era shikamaru, un amigo que hizo cuando Sasuke rechazó su presencia… terminó sentándose junto a este y entablando conversación amenas y agradables convirtiéndolo en su amigo, su único amigo…

Se había encariñado con varias personas, el Sandaime le permitió llamarlo jiji, era lo mismo, el anciano trataba de compensar el tiempo que no estuvo para él y reparar un poco su negligencia, el sabía de las bromas a anbu, el pequeño le había pedido permiso para hacerlas para mejorar sus habilidades, también sabía de sus habilidades con excepción del fuinjutsu, por esto mismo, accedía a sus peticiones de información o jutsus, además desde que Itachi le informó de su situación le pasaba una quincena para su manutención, Teuchi y su hija Ayame, sabían por un descuido suyo con el henge, que era el niño kyubi, no les molestaba tenerlo cerca, al cual más a veces le regalaban ramen y estaban al pendiente suyo cuando lo veían, shikamaru era su único amigo en la academia, nunca lo hizo a un lado,  tenían agradables pláticas a pesar de hablar poco y a veces jugaban shogi, de esta forma para el genio no pasaba desapercibida la inteligencia del pequeño y por último konohamaru… ese pequeño sabía su secreto, lo escuchó hablando con el Sandaime y lo retó, este lo ignoró todo el día hasta que decidió ayudarlo a entrenar, desde ese día se convirtió en su jefe… era poca la gente que estaba a su alrededor pero los valoraba realmente… últimamente Iruka-sensei quería acercarse pero no confiaba en alguien quien por mucho tiempo lo había visto como el resto de la aldea…

Me regresarán mi vida... (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora