Mi Equipo

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Una semana atrás habíamos partido hacia el Reino Pergrande, donde se encontraba la Guardia Lunar.
Antes de partir logré recuperar mis pistolas, Danzo, o Éolo, las había recuperado del equipo que se encargado de limpiar el desastre que había sido causado en la ciudad.
Las marcas en mi mano no se habían ido, y pareciese que permanecerían allí para siempre, por lo que usaba un guante constantemente para encubrirlas. Según Danzo me había excedido usando mis poderes de dios, y cuanto más los usara y empuñase la espada seguirían aumentando hasta cubrir todo mi cuerpo.
Pregunté sobre Wendy, la niña que estaba siendo usada por Tritón y Poseidón, y me informaron que se encontraba bien, pero le estaban haciendo análisis para identificar qué le habían hecho y si tendría efectos a futuro. Por suerte hasta el momento no había indicios de que su vida estuviese en peligro o algo por el estilo.

El Reino Pergrande quedaba al norte del continente, y era un país donde mayormente nevaba, pero de vez en cuando había un día soleado.
-La Guardia Lunar, ¿qué es?- Pregunté a Danzo cuando restaban algunos minutos para que el tren se detuviese y llegásemos a nuestro destino.
-La Guardia Lunar es un lugar donde solo están los magos más fuertes del mundo, nuestros miembros son más fuertes que los capitanes de brigada, pero nuestra misión es diferente a la suya. Nosotros nos encargamos de proteger al mundo de lo que yace más allá de su comprensión.
-¿Más allá...?
-Bueno...- El sonrió levemente.- Cuando lo veas entenderás.

Cuando se abrieron las puertas del tren la brisa fría recorrió todo mi cuerpo, estaba nevando, pero no hacía tanto frío, no al menos comparado con la temperatura de Iceberg, colgué la mochila donde tenía un poco de ropa y mis pistolas en ambos hombros y seguí a Danzo.
-Debo pasar a buscar algo, espero que no te moleste.- Dijo Danzo.
-Ah, no... no hay problema.
-Este país es diferente a los demás.- Comenzó a decir.- Actualmente gobierna una parienta lejana de la anterior Reina, ya que esta no dejó descendencia y lamentablemente, falleció. Todos, hombres y mujeres tienen igualdad en cualquier ámbito, y hay respeto mutuo entre todos los ciudadanos.
-Sí, he leído sobre ello.
-Ya veo.
-Pero... nunca había visto mencionar a la Guardia Lunar.
-Bueno, tratamos de mantener un perfil bajo con la sociedad, aquí todos nos conocen, pero fuera solo los capitanes de brigada y el Consejo Mágico. Si te preguntas por qué, es debido a que como dije antes, los magos más poderosos del mundo están aquí, y la mayoría eran crimínales reconocidos mundialmente en el pasado.

Seguimos caminando por las calles de la ciudad, que al ser la capital llevaba el mismo nombre que el reino, Pergrande, hasta que Danzo se detuvo frente a una tienda de armas.
-Me enteré que usabas dos espadas anteriormente, así que elige la que mejor te perezca, muéstrale esto al dueño y él sabrá qué hacer.- Dijo entregándome una tarjeta completamente blanca.- Yo iré a otro lugar aquí cerca, volveré en quince minutos y nos iremos.
-Bien.- Dije, y el asintió para así seguir su camino.
Entré en el lugar y recorrí con la mirada la enorme cantidad de variedad en armas que había. Espadas, hachas, pistolas, cuchillos, escopetas, ametralladoras, y más.
No presté mucha atención a nada más que a las espadas, habían de varios tipos pero preferí mantenerme igual e ir a por unas katanas. Inspeccioné cada una de las que había tocando el filo y comprobando su estabilidad, eran buenas, muy buenas espadas, pero no lograban convencerme.

-¿Problemas escogiendo?- Dijo una voz detrás mío. Volteé encontrándome con un hombre de mayor edad, cabello castaño con algunas canas visibles, piel morena y algunas arrugas. Vestía un kimono color gris.
-Ah, bueno... algo así.
-Soy Teuchi, el dueño de la tienda, por cierto.
-Naruto.
-Ven conmigo, te ayudaré.
-No es ne-
-Insisto.- Dijo, y lo seguí hasta el mostrador.- Déjame ver tu mano.
-¿Mi mano?
-Sí.- No me molesté en preguntar el por qué y le tendí mi mano izquierda. Simplemente posicionó su mano sobre la mía y permaneció pensativo unos segundos.- Sabes...- Dijo retirando su mano.- Muchos creen que el mejor espadachín es quien tiene la mejor espada, pero no es así, la fuerza de un espadachín viene de la fuerza y habilidad para empuñar una espada.- Dijo mientras buscaba algo debajo del mostrador. Se levantó y me extendió una katana con vaina de color negro, la cual tenía un sageo atado en ella.

El Último Semidiós: Wrath of Scars. (NarutoxFairyTail)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora