El Último Semidiós: Wrath of Scars. (NarutoxFairyTail)

Reencuentro.

-¿F... Flare?

Ella pareció estar tan impactada como yo, pude deducirlo viendo sus ojos.
-¿Na... ru... to?- Escuchar su voz fue todo lo que necesité para saber que sí era real, que no estaba soñando. Tomé una bocanada de aire y la abracé bruscamente, pero enseguida relajé el agarre y la apreté con gentileza contra mí, ella se tensó, y luego de unos segundos escondió su rostro en mi hombro apretando sus manos contra mi pecho. Sentí sus lágrimas mojando mi ropa y dejó salir un sollozo cuando posicioné mi mano sobre su cabeza.
-¿Qué es todo esto?- Preguntó el hombre que me había hablado anteriormente.
-Tú eres... realmente... ¿eres tú?- Preguntó otra persona, quité mi atención de Flare, y la dirigí hacia el remitente de la voz.
-No puede ser...- Dije.- ¿Sai?

Ambos no habían cambiado nada desde la última vez que los vi, sí, habían crecido, pero más allá de eso sus rostros eran totalmente reconocibles.
Enseguida él bajó su rostro ocultando su expresión y se unió al abrazo.
-Maldición... pensé... pensé que habían muerto...- Dije con voz entrecortada.
-Nosotros pensamos que tú... que tú habías muerto, ese día...
-¡Flare, Sai! ¿Qué está sucediendo?- Preguntó el hombre de antes. Flare se separó de mí pero tomó mi mano con fuerza, como si pensase que separarse de mí la haría despertar de un sueño.
-Capitán, él... él es...- Intentó hablar ella.
-Él estuvo con nosotros en la misma casa de la que escapamos, es quien hizo que Flore y yo pudiésemos escapar.- Habló Sai en lugar de Flare, supongo que de los tres, él era el más estable en el momento.
-¿Por qué llevas el uniforme de la Guardia?- Me preguntó esta vez a mí.
-Um... Danzo-san... Danzo-san me envió a entregarle esto a Mifune-san.- Dije.- Es sobre una misión para su equipo... y, él estableció que yo debía ir con él y su equipo.

-Dámela, yo soy Mifune.- Dijo extendiendo su mano, y le entregué el sobre con la nota. Tenía el pelo largo y gris, casi llegado hasta la cintura, con una venda alrededor de su cabeza. Él tenía los ojos color negro con arrugas debajo de ellos. También tenía una barba gris y bigote. Vestía una armadura de samurái tradicional, compuesta de una coraza con cuatro placas de protección en las piernas y brazos. Alrededor de la cintura llevaba atado un cinturón, al cual se adjuntaba una bolsa que llevaba justo debajo de su espalda y una espada a su izquierda. Debajo de esta armadura, llevaba un traje oscuro simple con guantes y sandalias.
-Ya veo... Kisame.- Dijo el hombre dirigiéndose a otro que tenía un aspecto de tiburón, su piel era de color azul pálido, ojos blancos y pequeños, y en las mejillas tenía unas marcas que se asemejaban a branquias. Su pelo era de color azul encrespado, y era bastante alto. En la espalda portaba una enorme espada cubierta por vendajes.
-¿Qué?- Respondió Kisame acercándose.
-Es una mensaje de Danzo-sama, nosotros tenemos otra misión, ustedes regresen a la base primero.
-Está bien, pero ¿estarás bien por tu cuenta, anciano?
-Puede que tenga mis años, pero aún puedo limpiar el piso contigo, Kisame.
-Uh... qué miedo.- Dijo él riendo.- Entonces, nos iremos yendo. Vamos, caminen, ustedes.- Cuando comenzó a caminar, tres mujeres comenzaron a seguirlo, su equipo.
-Ahora en cuanto a ti... ¿quién eres?

-Mi nombre es Naruto, me uní a la Guardia Lunar recientemente. Le aseguro que no seré un estorbo en la misión.- Dije bajando levemente mi cabeza.
-¿De dónde vienes?- Preguntó con mirada crítica.
-Fiore.
-Bien. Pakura.- Llamó a una mujer de pelo largo color verde, el cual llevaba peinado con un moño, con lo que parecía ser un punto de aguja, mientras que dos grandes mechones con puntas naranjas marcaban el resto de su cara, sus ojos eran marrones y en lugar del uniforme de la guardia que todos tenían, ella llevaba un vestido con mangas el cual tenía aberturas en ambas de sus piernas, vendajes atados a su cintura y por sobre este el poncho con el símbolo de la Guardia Lunar.
-¿Sí, Mifune-sama?
-Ve a sacar cinco boletos hacia Seven. Que sean lo más pronto posible.
-Enseguida.- Dijo ella yéndose.
-Supongo que... ustedes tres tienen cosas de que hablar, no se vayan lejos.- Dijo separándose de nosotros.