Capítulo 67: Un iceberg de un hermano mayor imperial

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Ning Shu se sintió muy mareada después de recibir la historia. Le dolía un poco el corazón. Parecía que sus arterias ya se habían lesionado.

Ning Shu dio un suspiro. Para una persona que alguna vez tuvo que tratar un hospital como su hogar, no había nada más importante que un cuerpo sano. ¿Por qué hacerse daño de esta manera?

En cuanto a los deseos de la anfitriona original, no amar a ese lobo cruel y sin escrúpulos, esto era algo que Ning Shu podía hacer por completo. En cuanto a vengarse de esta humilde pareja... Ning Shu sintió que era la personalidad arrogante de la anfitriona original lo que la hacía incapaz de dejar pasar esto. En cuanto a no estar en matrimonio... Todo lo que podía hacer era ir paso a paso.

Ning Shu sintió que esta tarea era un poco más fácil que la tarea del último mundo. Por lo menos, no había una existencia sobrenatural como Ling Xue alrededor.

Además, ella era la princesa de un reino y tenía un alto estatus. Comparada con el general y la chica de pueblo, tenía una gran ventaja.

Mientras Ning Shu pensaba en las cosas, se volvió a dormir. Este cuerpo estaba realmente demasiado débil.

Ning Shu se quedó sin palabras. ¿Cómo es que estaba en una situación tan lamentable cada vez que entraba en el mundo de las tareas?

No sabía cuánto tiempo durmió. Cuando se despertó de nuevo, su cuerpo estaba pegajoso por el sudor.

Tuvo que luchar para abrir los ojos. Lo primero que vio fue a la persona sentada en silencio junto a la cama. Su presencia le dio un gran susto y ella involuntariamente gritó –ah– cuando su corazón saltó tan fuerte que casi se le salió del pecho.

Cuando el hombre vio que Ning Shu se había asustado, simplemente dijo suavemente: –Estás despierta.

–Hermano Mayor Imperial–. Ning Shu luchó por sentarse. Ella sabía de las memorias del huésped original, quien es esta persona. Este hombre era el actual Emperador, Li Wen. Aunque su nombre sonaba gentil, no encajaba en absoluto con su imponente aura y su expresión también era muy fría y digna.

Li Wen llevaba una túnica de dragón que tenía dragones con cinco garras. Tenía rasgos muy hermosos y definidos que parecían trazos de pintura. Sus modales eran austeros como el hielo y tranquilos como el cristal. El poder que provenía de un alto estatus agregaba una indiferencia fría adicional a sus rasgos. Su arrogancia indiferente y su estatus de respeto extraordinario lo convertían en un hombre muy atractivo con un encanto del que ninguna mujer podía escapar.

En una palabra, era un iceberg.

Incluso cuando se enfrentó a la anfitriona original, esta hermana menor, no sonrió mucho. A lo sumo, le otorgó a la anfitriona original un estatus extraordinariamente bueno y objetos raros.

Li Wen era un monarca nato. Era experto en métodos, cuidadoso con sus palabras y expresiones, y nadie podía ver a través de sus pensamientos.

Ning Shu se sintió un poco nerviosa al enfrentar a este tipo de persona. Su cuerpo se tensó inconscientemente. Sus agudos sentidos le dijeron que la persona frente a ella era muy peligrosa; era como un rey león que se lamía con gracia sus afiladas garras.

–Está bien si te quedas acostada–, dijo Li Wen con suavidad. Pasó su mirada por el rostro de Ning Shu. Después de una pausa, dijo: –Este asunto aún no ha sido confirmado. No deberías arruinar tu propia salud de esta manera.

Mientras hablaba, frunció el ceño. Al ver que la cabeza de su hermana estaba cubierta de sudor frío hasta el punto de que su cabello estaba húmedo, suavizó su tono. –Jiahui, no seas tan obstinada.

Ning Shu sintió aún más sudor frío. Ella estaba seriamente sin habla. Su duelo por la muerte de su futuro esposo en realidad se tradujo en voluntarioso.

Ning Shu abrió la boca y finalmente dijo: –Jiahui entiende.

Jiahui fue el nombre otorgado a la anfitriona original.

–Alguien, venga–, gritó Li Wen hacia la puerta. Su voz era profunda y sexy, pero también muy fría y digna. Hizo que la gente lo obedeciera instintivamente.

Inmediatamente entraron dos sirvientas. Ning Shu entrecerró los ojos. Una era Miao Qing, la otra era Yuan Dong. Estas dos eran las personas con las que la anfitriona original estaba más cerca. También eran personajes muy interesantes. La situación era un poco ridícula.

Li Wen les habló a los dos con un tono insípido, –Cuiden bien a la princesa.

–Entendido–, dijeron Miao Qing y Yuan Dong al unísono.

Li Wen parecía muy ocupado con los asuntos del gobierno. Después de preguntar un poco por la salud de Ning Shu, se fue. Ning Shu apenas habló. No sabía si Li Wen notó su anomalía o no.

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