Registro de Contraataques de Transmigracion Rápida de la Carne de Cañon

Capítulo 84: ¿Como maestro, como mascota?

Todo lo que vio fue algo peludo y gris del tamaño de un puño corriendo hacia el saco. La bola de pelo era del tamaño del puño de un hombre y no se podía distinguir nada como ojos o nariz.

Esta cosita hurgaba en la bolsa de raciones. Probablemente no pudo averiguar cómo salir, porque con algunos rasgaduras afiladas, rompió el saco en pedazos.

Cuando Ning Shu vio esto, su cabello se puso de punta nuevamente. ¿No eran esas garras demasiado asombrosas? A sus tripas les deben haber crecido alas antes, para que realmente se atreva a atraerlo colocando un postre en la palma de su mano. Estaba seriamente agradecida de que hubiera sido misericordioso con sus garras antes.

Las raciones y los dulces fueron rápidamente pulidos por esa cosita. Claramente era solo una cosa pequeña, sin embargo, había podido comer mucho.

Definitivamente era una existencia extraña. Ning Shu inmediatamente decidió escabullirse. Este pequeño tipo claramente no era algo que debiera ser provocado.

Justo después de que Ning Shu decidió que quería correr, vio que ese pequeño la miraba. Se había erguido, pero todavía parecía una bola peluda.

Ning Shu expresó que en serio le gustaban demasiado las cosas peludas y gripales, pero este pequeño no era un juguete de peluche.

–No me sigas más. Te he dado todo lo que tengo sobre mí –. Ning Shu saltó del árbol y palmeó todo su cuerpo para mostrar que no estaba mintiendo.

La pequeña bola gris chilló un par de veces, luego, en un abrir y cerrar de ojos, apareció frente a Ning Shu. Se puso de pie y expuso sus afiladas garras. Su cuerpo era solo del tamaño del puño de un hombre, por lo que sus garras también eran muy pequeñas. Sin embargo, sus garras resultaron ser de un color muy oscuro y brillaban como hierro negro.

Ning Shu estaba alarmada hasta el punto de que estaba sudando. Su rostro se crispó mientras sonreía hacia el pequeño. –Realmente no tengo más.

Esa pequeña bola gris miró a Ning Shu con sus ojos de frijol negro. Sus ojos brillaban levemente. Ning Shu se quedó sin palabras. ¿Qué tipo de situación era esta? ¿Estaba atrapada en un dilema debido a una pequeña criatura desconocida?

"Que alguien me salve, ah". Ning Shu y esta pequeña cosa se miraron durante un largo rato, luego esa pequeña bola gris chilló a Ning Shu nuevamente.

Ning Shu:...

"Realmente no puedo entender lo que estás tratando de decir ah, cariño".

Ning Shu pensó por un momento. Por lo que parece, a este pequeño le gustaba comer pasteles y cosas ff. Por lo tanto, ella dijo: – ¿Qué tal esto? ¿Me dejas ir y te traeré unos pasteles?

Ning Shu sintió que se había vuelto loca. ¿Estaba negociando con un animal? En serio.

Esa pequeña bola gris miró a Ning Shu, luego se agarró lentamente a la ropa de Ning Shu y subió lentamente. Cuando llegó al hombro de Ning Shu, se sentó como si estuviera cansado.

Ning Shu entrecerró los ojos mientras giraba la cabeza para mirar a la pequeña cosa. ¿Podría ser que quisiera ir con ella?

"Sí, entonces lo tratará como si estuviera criando una mascota". Ning Shu corrió rápidamente hacia Jardín Mayor. Dios, ah, su corazón no podía calmarse ni siquiera ahora.

Cuando regresó a Jardín Mayor, inmediatamente hizo que Yuan Dong llevara todo tipo de postres para que la pequeña bola gris pudiera comer hasta saciarse.

Yuan Dong se sorprendió al ver la pequeña bola gris. Entonces vio que la bolita gris estaba comiendo extremadamente rápido. En solo unos momentos, varios platos de pasteles desaparecieron.

Su mandíbula prácticamente cayó al suelo. Yuan Dong no pudo evitar preguntar: –Princesa, ¿qué es esto?

Ning Shu tampoco sabía qué era esa maldita cosa. Ella suspiró. No había encontrado batatas silvestres y terminó encontrando una cosa tan glotona. Ni siquiera sabía de qué especie era esta pequeña bola gris.

"Cielos azules, ah, gran tierra, ah, ¿por qué fue tan difícil ganarse el favor de Li Wen, este emperador?"

Ning Shu miró con expresión de sufrimiento hacia la pequeña bola gris inmóvil sobre la mesa. Probablemente había comido demasiado.

Ning Shu todavía se sentía un poco reacia a aceptarlo y decidió caminar por el bosque una vez más mañana. Si en serio no podía encontrarlo, se daría por vencida. Después de todo, puede que no haya papas porque el suelo aquí no es adecuado para que crezcan las papas.

Sin embargo, ¿qué debería hacer con esta cosita? ¿Debería aprovechar este tiempo mientras estaba demasiado lleno para moverse para tirarlo?

–Jiji... jiji...– La pequeña bola gris sobre la mesa que yacía rígida como un cadáver de repente comenzó a chirriar.

Ning Shu estaba un poco sorprendida. Este pequeño tenía unos sentidos muy agudos hacia los humanos. Ning Shu sonrió. Ella le dará esto a Li Wen como regalo.

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