Registro de Contraataques de Transmigracion Rápida de la Carne de Cañon

Capítulo 94: La princesa ya no era la misma que antes.

La cara de Madame Duan ardió por las bofetadas verbales. El hijo del que se enorgullecía había sido descrito de una manera tan terrible, pero no podía refutarlo porque la persona era una princesa, la princesa de la gran dinastía Yong.

Ning Shu vio que Madame Duan parecía a punto de vomitar sangre y sus labios formaron una sonrisa. Hizo un bufido para expresar su desdén, luego continuó, –Escuché que el General Duan, ah, mira este recuerdo mío, Duan Xinghui ya no es un general, es solo un ciudadano común. Escuché que Duan Xinghui incluso había traído a una mujer mientras dirigía una marcha. Por lo que parece, realmente le gusta esta mujer, ah. Felicitaciones, madame, por obtener una nuera tan excelente.

Ning Shu no pudo ocultar el desdén en su tono mientras hablaba.

La cara de Madame Duan se contrajo. Mientras observaba la expresión indiferente de Ning Shu, vomitó sangre por dentro. Su hijo era sobresaliente, ¿cómo era una chica de pueblo una pareja para él?

Además, podía sentir que el tono de la princesa no contenía ningún rastro de consideración amistosa cuando hablaba de Duan Xinghui.

Ahora Madame Duan estaba realmente en pánico. Sin la princesa, ¿cómo se suponía que su hijo volvería a subir? ¿Podría ser que realmente tuviera que ser un ciudadano común por el resto de su vida?

El corazón de Madame Duan estaba prácticamente sangrando. Dejó a un lado su dignidad y comenzó a suplicar clemencia: –Princesa, ¿puede tomar en consideración nuestra amistad pasada y darle a Xinghui la oportunidad de probarse a sí mismo nuevamente y compensar su crimen con logros?

– ¿Compensar su crimen con logros? Los soldados en la frontera no pueden permitirse que una persona así arruine las cosas de nuevo –, dijo Ning Shu sin un rastro de cortesía. –Esta princesa está cansada. Yuan Dong, despida a esta madame.

Ning Shu se fue justo después de que ella terminó de hablar. Detrás de ella, el rostro de Madame Duan estaba pálido como la ceniza. Dejó la Residencia de la Princesa impotente y se desmayó al llegar a su residencia.

Duan Xinghui abrazó a su madre inconsciente con una expresión seria mientras interrogaba a la criada junto a Madame Duan. – ¿Qué le pasó a mi madre?

La mirada de Duan Xinghui estaba llena de intenciones asesinas, por lo que hizo temblar a la criada. –Madame se dirigió a ver a la princesa para suplicarle clemencia, general.

"¿General? ¿Cómo era yo un general?" Duan Xinghui había podido adivinar que Madame Duan había ido a pedir ayuda a la Princesa Jiahui. No aprobó esto, ya que vio esta acción como una iniciativa para pedir más humillación. Al mismo tiempo, también creía que no había forma de que se sintiera indefenso solo porque no tenía el apoyo de la Princesa Jiahui.

El color facial de Duan Xinghui era extremadamente malo. Estaba enojado con la Princesa Jiahui y también la culpó. Cuando tocó la empuñadura de la espada en su cintura, su rostro se llenó de una temeraria intención asesina. ¿¡Por qué la Princesa Jiahui trató a su madre de esta manera!?

Duan Xinghui se dio la vuelta y estaba a punto de salir cuando una voz débil gritó para detenerlo. –Detente...

–Mamá, este niño te hará justicia–. Duan Xinghui sintió que no importa cuánto lo odiara la Princesa Jiahui, todavía no debería haber sido irrespetuosa con su madre.

– ¡Alto ahí! ¿Te has vuelto loco? ¿Quieres conseguir justicia como esta? – Madame Duan estaba extremadamente ansiosa y no sabía qué hacer. La princesa ya no era la misma de antes, ya no podía explotarla manipulando sus emociones.

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