Capítulo 122: Duelo - Princesa Jiahui vs He Lianying

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– He Lianying, esta princesa siempre ha querido pelear contigo. Veamos si tienes la habilidad de hacer que esta princesa te acompañe –. Ning Shu soltó una risa fría. –Haga que sus subordinados se aparten y luchemos.

Ning Shu sabía que este duelo era imprescindible, no solo por el bien de mantener la moral de los soldados, sino también para evitar que este cuerpo tuviera miedo de He Lianying. Este cuerpo temblaría reflexivamente con solo un vistazo de He Lianying.

Ning Shu apretó los dientes. Tenía que demostrarse a sí misma que He Lianying no era invencible. Todavía tendría que luchar contra He Lianying muchas veces en el futuro. ¿Podría ser que ella tuviera que hacerlo todo el tiempo mientras temblaba?

Ning Shu se acarició la cintura con el látigo y luego le dijo a He Lianying: –Vamos a duelo.

He Lianying miró a Ning Shu con una mirada muy indulgente como si estuviera mirando a una mascota traviesa que estaba tratando de arañar a alguien con sus garras.

–Como desees. ¿Eso significa que vendrás con este príncipe si pierdes?– Los labios de He Lianying se engancharon en una sonrisa.

–Este príncipe está muy interesado en ti.

Con un grito, Ning Shu condujo su caballo hacia adelante y blandió su látigo hacia He Lianying. Ella había usado toda su fuerza en este columpio, pero él lo esquivó fácilmente inclinándose hacia atrás.

Ning Shu tuvo que luchar mientras reprimía el temblor de su cuerpo.

He Lianying originalmente había planeado molestar un poco a Ning Shu, pero vio que ella era completamente seria y despiadada con sus ataques.

No tuvo más remedio que ponerse serio también. Sacó su espada de su cintura y la usó para bloquear el látigo afilado de Ning Shu.

Duan Xinghui miró nerviosamente desde un lado con los labios apretados con preocupación. Sus ojos siguieron con fuerza su figura.

Cuando notó que He Lianying estaba mirando a la Princesa Jiahui con una mirada muy brillante, su corazón se sintió incómodo, muy incómodo.

He Lianying se rió. El sonido era bajo y lleno de salvaje seducción. Atrapó el látigo de Ning Shu con su espada, luego extendió la mano y tiró de él, haciendo que Ning Shu cayera hacia él.

Ning Shu:...

Le disgustó sentir la mano alrededor de su cintura. Se sintió como si una oruga se hubiera posado sobre su piel.

Trató de luchar para liberarse, pero no pudo. Su nariz se llenó de su olor rebelde y salvaje.

–Deja ir a esta princesa–, exigió Ning Shu con frialdad.

He Lianying contempló su mirada fría. Estaba helado pero claro, como el loto nevado que se balanceaba con el viento en la cima de una montaña helada.

–Pequeño gato salvaje travieso–, murmuró He Lianying mientras apretaba su brazo alrededor de su cintura.

¡Mierda! ¿Estaba tratando de disgustarla hasta la muerte? He Lianying, este bastardo, era definitivamente la barrera más grande que le impedía completar esta tarea.

– ¡Maldito tártaro! ¡Suelta a la Princesa Jiahui! – Duan Xinghui gritó, luciendo furioso y preocupado.

He Lianying no se molestó en prestar atención a Duan Xinghui y simplemente continuó mirando a Ning Shu. Ning Shu soltó una risa fría, luego levantó su pierna para patear a He Lianying allí.

He Lianying sujetó la pierna de Ning Shu con sus muslos, por lo que ni siquiera podía abultarse. Luego bajó la cabeza para ver más de cerca sus expresiones que cambiaban rápidamente.

– ¡Mierda!– Ning Shu estaba furiosa por la humillación. Los Cielos concedieron a los hombres cuerpos fuertes, pero usaron esta fuerza en las mujeres. ¿Qué tipo de conducta fue esa?

He Lianying la oprimía con pura fuerza. Ning Shu respiró hondo y se recordó en silencio que había practicado las Artes Marciales Insuperables. Luego, ella levantó abruptamente su rodilla y pisó fuerte hacia la casa de He Lianying ahí abajo...

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