Capítulo 123: Este sabor es delicioso

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Ning Shu había estado planeando dejarlo impotente, pero He Lianying lo esquivó rápidamente. Sin embargo, debido a esto, aflojó su agarre sobre Ning Shu y ella inmediatamente giró su látigo hacia él.

He Lianying no pudo reaccionar lo suficientemente rápido y la punta del látigo lo golpeó. Inmediatamente sintió un dolor abrasador que venía de su brazo. Su color facial instantáneamente se puso un poco pálido y un sudor frío apareció en su frente.

Ning Shu saltó de nuevo a su caballo y se volvió para mirarlo. Cuando vio su condición, no pudo evitar preguntar con una sonrisa satisfecha: – ¿Cómo se siente? ¿No se siente maravilloso? El látigo de esta princesa se ha empapado en pimiento picante y se le ha agregado algo poco más. ¿Cómo se siente el veneno?

Las hermosas cejas de He Lianying se fruncieron ligeramente y su rostro se crispó, pero luego sonrió a Ning Shu. –Este príncipe encuentra este sabor delicioso.

Los párpados de Ning Shu saltaron. Este He Lianying era un pervertido en serio, para poder seguir bromeando con ella en este tipo de situaciones.

–Segundo Príncipe...– Cuando la gente detrás de He Lianying escuchó a Ning Shu decir que su látigo era venenoso, se preocuparon. Todos miraron a Ning Shu y la maldijeron. – ¡Despreciable mujer Yong!

Jaja, ¿estos tártaros en realidad tenían la cara para llamarla desvergonzada? No importa cuán desvergonzada fuera ella, no podía compararse con cuán desvergonzados eran estos saqueadores. Eran como ratas ladronas, ¿qué derecho tenían a llamar desvergonzados a otras personas?

He Lianying no se molestó en abordar las preocupaciones de sus subordinados y continuó mirando hacia Ning Shu. Se lamió los labios de una manera que parecía a la vez encantadora y salvaje, luego ordenó: –Aparte de Jiahui, mátalos a todos.

–Entendido...

La expresión de Ning Shu se volvió seria y ella levantó la voz para decir:

–Soldados, los tártaros han pisoteado el suelo de nuestra nación y han humillado a nuestras esposas e hijas. ¡Debemos expulsar a estos bandidos de nuestro suelo para proteger a nuestra nación, para proteger a nuestras esposas e hijos!

– ¡Proteger nuestra nación!– Un canto bajo y unificado lleno de solemne convicción sonó. Las expresiones de los soldados se volvieron decididas. Mientras miraban hacia la Princesa Jiahui que sostenía un látigo frente a ellos, sintieron que la sangre caliente fluía hacia su corazón.

He Lianying también estaba mirando a Ning Shu. – ¿De verdad crees que estas personas pueden derrotar a las tropas de este príncipe?

–Jiahui, ven con este príncipe. Este príncipe te dará una gloria incomparable. Te convertirás en la mujer de este príncipe durante toda esta vida, serás la única mujer de este príncipe.

Ning Shu soltó una risa fría y balanceó su látigo hacia el cuello de un tártaro que corría hacia ella. El cuello del tártaro inmediatamente se llenó de sangre y después de un segundo de lucha, dejó de respirar.

–He Lianying, esta princesa es la princesa de la Dinastía Yong. La Dinastía Yong naturalmente le dará gloria y honor a esta princesa. Incluso si esta princesa muriera, sería en el suelo de la Dinastía Yong. ¿Quieres que esta princesa te acompañe? ¡Sigue soñando! – se burló Ning Shu.

He Lianying negó con la cabeza. Su mirada se llenó de una extraña dulzura mientras la miraba. –A este príncipe le encanta cuando actúas de esta manera. Pareces ser incluso más salvaje que las mujeres del norte de Mongolia.

Ning Shu: ¿No es demasiado buena la capacidad de este bastardo para ignorar las palabras de otras personas?

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