"Kudo, ya vale. ¿Puedes dejar de dar vueltas de un lado a otro? me estás mareando." Se quejó apoyando los codos sobre la encimera a la vez que cerraba los ojos y respiraba hondo manteniendo la calma.
"¿Cómo pretendes que esté tranquilo?" Se removió el pelo a la vez que escuchaba el viento y la lluvia golpear con fuerza contra la casa. "Estamos rodeados por un maldito tifón." Señaló hacia la ventana.
"Solo es un poco de lluvia y aire." Contestó poco alarmada.
El tiempo había cambiado drásticamente en dos horas. Era Agosto y esa semana había hecho un clima caluroso y soleado, pero en ese momento, el viento y la lluvia, parecían que iban a arrancar las ventanas de las paredes.
No era el primer tifón que vivían, pero puede que fuese el más inoportuno.
"Estoy bien, es normal tener contracciones cuando el embarazo está avanzado, no significa nada." Le intentó tranquilizar a la vez que abría el grifo y se mojaba la cara y la nuca.
"¿Y si va a más?¿Cómo va a venir una ambulancia con este temporal?" Preguntó con ganas de arrancarse los pelos.
"No vamos a necesitar una ambulancia." Contestó respirando pausadamente, intentando no ponerse ella nerviosa.
La tarde había empezado calurosa pero con el cielo algo tapado, hacía el tiempo perfecto para estirarse en el sofá bajo una manta a leer o pasar el rato con una buena película. Aya se había ido con el profesor a visitar a Fusae, y Shiho, se había quedado para aguardar la casa y aprovechar de un par de días de tranquilidad. Había sacado uno de esos libros que tenía abandonados en la estantería del profesor para sacarle el polvo y volver a sumergirse en sus páginas, pero un par de horas después, el detective había aparecido para irrumpir su momento con el nerviosismo de buscar al profesor.
"El profesor no está." Contestó mientras lo veía buscar por las habitaciones. "Se ha ido con Aya y no creo que lleguen hasta mañana a la noche."
Shinichi resopló. "¿Y tú te quedas aquí sola el fin de semana?"
"Vamos, creo que no tengo que recordarte otra vez que soy una mujer adulta." Contestó bajando el libro y reincorporándose después de llevar un rato sintiendo molestias en el vientre. "¿Para que necesitas al profesor con esa prisa?"
"Bueno, Yuki me ha dicho que necesitaba un gato para cambiar las ruedas del coche que se le habían pinchado, así que quería pedirle al profesor que me dejase el suyo."
"¿Pretendes ir a su casa?¿Es que no sabes que llevan dos días dando aviso de tifón?" Preguntó rodando los ojos.
"Por eso tenía prisa, para poder volver a casa pronto y no exponerme si aparece."
"Pues aquí no hay nadie y estoy segura que el gato está en el maletero del escarabajo."
Kudo suspiró observando el viento del exterior sacudir las brancas de los arboles con fuerza, y una vez llegó el tifón, no tardaron en acabar tal y como se encontraban ahora.
"La luz no ha vuelto y está empezando a atardecer." Comentó igual de preocupado, encendiendo alguna que otra vela para no quedarse a oscuras.
"Hay cientos de velas en esta casa y la cocina funciona con gas, creo que nos las apañaremos por una noche." Contestó masajeando las sienes, cansada del nerviosismo que Shinichi no podía esconder. "Maldigo el momento en que me quedé aquí encerrada contigo."
"No refunfuñes, deberías estar agradecida de que haya aparecido, gracias a que estoy aquí, puedo socorrerte si algo pasa."
"No creo que puedas socorrer a nadie si no calmas de una vez esos nervios." Ella rodó los ojos mientras encendía el fuego para preparar algo de té. "Además, te repito que estoy bien." Insistió con lo que pareció un tono convincente antes de curvarse hacia adelante tras recibir una punzada más fuerte que las demás.
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Cuando lo que nos separó nos una
FanfictionEl miedo nos hace tomar malas decisiones o negarnos el privilegio de vivir algo por temor a las consecuencias o la incertidumbre del que pasará. Aquella noche, Kudo sintió miedo, pero se escondió detrás de la rabia poniendo punto y final a cualquier...