El vestido combinaba con su pelo y sus labios, los zapatos eran altos y elegantes, y los pendientes tenían una pequeña piedra del mismo color que sus ojos."Pensaba que ibas a ponerte el otro vestido."
Shiho apartó su mirada del espejo para observar la cabeza de su hija que ahora se asomaba por la puerta de su habitación. "Es bonito, pero creo que me apresuré al comprarlo." Le contestó a Aya. "Soy vuestra madre, no creo que sea muy correcto ir vestida de esa manera."
"Eso solo son tonterías." Rodó los ojos la adolescente. "El vestido es elegante y precioso. Te sentaba genial el otro día y hoy seguro que también."
"¡Mamá! No encuentro mi casco de la bici." Intervino Akira apareciendo al lado de su hermana.
"¿Tu casco? ¿A dónde pretendes ir a esta hora, pequeño terremoto?" Preguntó sonriéndole a Akira después de colocarse el pendiente que le faltaba.
"El abuelo dice que podemos dar un paseo antes de cenar." Contestó lleno de energía. "¿Puedo coger la bici?"
"¿Vas a ir con ellos?" Le preguntó la pelirroja a Aya.
"Puede, Nao me ha dicho que se pasará por el parque." Contestó revisando su móvil.
"¿Va a venir con la bici?" Preguntó Akira emocionado al escuchar la conversación de su hermana. "Dile que me enseñe a hacer algún truco."
"Todavía eres pequeño y hacer esas cosas es peligroso." Protestó Shiho volviendo a abrir el armario. "El casco está el armario al lado del zapatero. Puedes coger la bici, pero tienes que prometerme que no harás el tonto y que vas a hacerle caso al abuelo." Comentó.
"¡Sí!" Contestó saliendo de la habitación corriendo con una amplia sonrisa en la cara.
"Voy a cambiarme entonces." Comentó Aya disponiéndose a salir de la habitación.
"Espera." Le frenó su madre. "¿Por qué no le dices a Nao que se quede a cenar con vosotros? Podemos acercarle nosotros a casa cuando volvamos."
Aya se sonrojó un poco pero asintió intentando no parecer demasiado emocionada. "Claro, se lo puedo preguntar..."
Shiho sonrió cogiendo una prenda del armario antes de dirigirse de nuevo al baño. "Eso sí, dile que tenga cuidado con los acercamientos. A tu padre casi le da un infarto el otro día."
"¡¿El otro día?!" Preguntó poniéndose roja como un tomate.
Shiho asintió con una sonrisa divertida. "Parecía que a Nao le gustas bastante."
"¿Nos visteis?"
"Estabais en la entrada de casa y nosotros justo acabábamos de llegar del hospital." Explicó.
¡Mamá, que vergüenza!" Protestó Aya recordando aquel beso en la mejilla.
"¿Cuándo ibas a decirme que te gusta Nao?" Preguntó desde el baño subiendo la cremallera de su vestido.
"Em...¿Nunca?" Preguntó sintiendo timidez de hablar de ese tema con su madre.
"Entonces deberías haber disimulado mejor, se te nota mucho cariño. Aunque tengo que admitir que Nao es un chico realmente encantador." Contestó Shiho consiguiendo que se sonrojase cada vez más.
"¡Mamá! Déjalo." Protestó mordiéndose el labio a la vez que se sentaba en la cama. "Supongo que me parezco mucho a ti."
"¿Por qué dices eso?" Preguntó la pelirroja girando la cabeza para esconderse como si pudiese verle.
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Cuando lo que nos separó nos una
FanfictionEl miedo nos hace tomar malas decisiones o negarnos el privilegio de vivir algo por temor a las consecuencias o la incertidumbre del que pasará. Aquella noche, Kudo sintió miedo, pero se escondió detrás de la rabia poniendo punto y final a cualquier...