Cuando lo que nos separó nos una

CAP XXXII

Las puertas del teatro estaban cerradas y vigiladas por un par de guardias que velavan la entrada desde que los inspectores habían dejado salir a una gran parte de personas y ahora se centraban en dedicarse a interrogar a los sospechosos.

Había más de una veintena de personas para interrogar, y ninguna de ellas parecía ser Kaito. Sin embargo, Nakamori se empeñaba a seguir culpándolo.

Y Shiho dudaba.

Se escuchaban los flashes de los forenses sacar centenares de imágenes del cuerpo y de la sala antes de empezar a recoger nada. Kudo memorizaba cada detalle que veía buscando encontrar las piezas que armasen ese puzzle, estaba enfocado y centrado, nada de su alrededor podía molestarle en ese momento.

"¿Tú también crees que ha sido él?" Preguntó Shiho acercándose a su lado.

"Todavía no tengo nada claro, pero aun es rapido para descartar ninguna hipótesis." Contestó sin querer arriesgarse. El caso todavía era muy confuso como para concretar.

Durante la hora siguiente, la lista de sospechosos se redujo a siete personas. Kudo los miraba fijamente uno por uno, no sabía si entre ellas cabía la posibilidad de que estuviese Kaito disfrazado, pero estaba seguro de que el asesino sí que estaba presente.

"¿Cuándo pretenden dejarnos salir de aquí?" Preguntó uno de ellos perdiendo los nervios. "¿Qué hacemos aquí esperando sin hacer nada si se supone que la policía está buscando a ese mago de pacotilla? ¿No dicen que es él el asesino?"

"Es muy probable que Kid haya tenido un enfrentamiento con la cantante, en el que seguro que habrá aprovechado para hacerse con el collar con la facilidad que conocemos. Pero estoy seguro de que la persona que ha matado a Saoko, no ha sido él, sino uno de vosotros siete. Así que no se impaciente, que esto no va a llevarnos mucho tiempo." Intervino Shinichi, haciendo que Shiho sonriera al ver su peculiar sonrisa en esos momentos de resoluciones. Se notaba que había nacido para eso.

La pelirroja no podía decir que no disfrutaba de ver toda esa escena, Shinichi siempre se expresaba con las mejores palabras y podía ver como sus ojos no se fijaban en nada más que no fuese el asesino que acababa de sacar a la luz. Sin embargo, ella, que lo observaba a él y a todo su alrededor, se percató rápidamente como una de esas siete personas pretendía escabullirse por una de las zonas más oscuras del teatro para salir de ahí.

Shiho no dudó en salir hacia su dirección y lo siguió intentando hacer el mínimo ruido posible, acabando en el último piso del edificio.

"No creo que sea buena idea salir por esa azotea." Dijo cuando lo vio forzar la última puerta.

Él se giró asustado, pero su rostro se relajó cuando la vio. "Solo buscaba tomar un poco de aire." Mintió rascándose las mejillas.

"No hace falta que sigas fingiendo, Kid."

"Yo no soy Kid." Contestó con una sonrisa nerviosa.

Pero a Shiho no le hacía falta verle la cara para saber que era él. "Claro..." Contestó rodando los ojos. "Por eso no te sale ni una gota de sangre del pequeño arañazo que tienes en la cara..."

Kaito se palpó la cara con nerviosismo, notando una parte de la máscara ligeramente desenganchada y chasqueando los dientes al sentirse pillado. "Vaya...chica inteligente." Sonrió desprendiendo del disfraz para mostrar su rostro real. "No me mal interpretes, tu compañía es agradable, pero hoy tengo algo de prisa."

"Hay helicópteros por toda la zona, ¿Cómo pretendes salir de aquí?"

Kaito apartó una cortina y se asomó por la ventana.  Los helicópteros enfocaba cada rincón de las calles más cercanas, puede que sí que fuese difícil salir de ahí está vez. Pero no había nada imposible para Kaito.