Five

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Termine de darme una rápida ducha y vestirme para salir del baño y entrar a mi habitación, todo estaba en la misma habitación así que no hacía falta que salga de la habitación. Me tire sobre la cama mientras miraba el techo, escuché los los toques en la puerta y sin importancia no conteste.

— T/n — Aidan como siempre, no me importa mucho que es lo que quiere pero como estaba plantando en la puerta debía escucharlo. — La cena está lista — ¿Acaso mamá ya había vuelto? No bajaría hasta que mi madre este sentada sobre el sofá como siempre.

— ¿Ya llegó Virginia? — Pregunté llamando a mi madre por su nombre, no oí respuesta y me puse de pie para abrir la puerta mirando al intruso. — ¿Está o no está la señora de la casa?

— Si — Asíntio — Llegó Virginia. — No dejaba de mirarme fijamente y cerré la puerta en su cara. Estaba mas que segura que la convivencia entre ambos iba a ser peor a medida del tiempo. Todos los días Aídan me  recogía del colegio, intentaba que eso no me afectara. Si lo hacia no iba a poder hacer nada de todos modos, como ya dije, no quería ver a mamá siendo infeliz por una simple niña caprichosa. 

Luego de volver del instituto me encerraba en mi habitación hasta que señora mamá volviera de su trabajo, no tenia idea que hacia Aidan en la casa cuando yo estaba en mi habitación. ¿ver televisión? aunque varias veces baje a la cocina y no lo veía, creía que se había ido y cuando estaba por salir , él aparecía. Cruzábamos miradas y varias veces llegamos a chocar pero con rapidez subía a mi habitación.

Las peleas no podían faltar y casi siempre las empezaba él, bueno no voy a negar que el aburrimiento te lleva a querer hacer algo y eso era lo que hacia, admito que hacia cosas para que él se molestara y comenzara una pelea. Una de ellas fue cuando quise ir al cine, mamá no estaba en casa ya que trabajaba y le pidió nuevamente a Aidan que se quedara conmigo. Aunque no me agradaba la idea acepte y en la tarde recibí un mensaje de aquella amiga tan preciada para mí. Salome. 

Me estaba invitando a tomar un batido y ver una película, una de las nuevas que había salido, había esperado meses para verla y hoy finalmente la vería y con una persona que en verdad quería. Obviamente le pregunte a mamá, le mande varios mensajes a su celular, aunque no los contestaba, ya le había avisado donde estaría no podría decirme nada. 

Subí a mi habitación mientras pensaba como abriría la caja de ahorros que tenia en el armario escondida. Busque variedad de prendas pero ninguna me convencía, decidí llevar unos jeans algo desgastados y medias de abejita, no pensé mucho en la camisa y me puse lo primero que vi. Tome el dinero que costo sacar de la caja, me estaba haciendo un auto robo. Baje las escaleras y cuando estaba por abrir la puerta me detuvo el llamado de Aidan. 

— ¿Donde crees que vas?— Frunció el ceño acercandose a mí. Al igual que él me acerque y sonriendo apunte al reloj grande que había en la sala. 

— Vuelvo tarde no me esperen para la cena — Me di la vuelta para caminar nuevamente hacia la puerta cuando sentí como me tomo del brazo deteniendome, lo mire con el ceño fruncido e intente zafar del agarre pero este no me soltaba — Basta suelta 

— Basta tú, no te puedes ir tu madre cree que estas aquí en tu casa. — Bruscamente me solté del agarre y no tenia pensado darle ninguna explicación, después de todo solo hacia compañía, no cuidaba a nadie. Abrí la puerta cuando se paro enfrente no dejandome pasar nuevamente. 

— ¡Hazte aun lado! — Grite molesta y este negó rotundamente, lo empuje e intente salir pero era imposible. bien si no me dejaba salir por la puerta entonces tendría que hacer lo simple, hacer una cuerda  con las cobijas y bajar por la ventana. Lo mire por ultima vez y subí las escaleras, sabia que me estaba persiguiendo así que me apresure y cerré con seguro la puerta. 

— Ey, ¡abre la puerta! — Gritaba mientras le daba algunos golpes a la puerta, nadie iba a oírlo. Quiera o no, no podía prohibirme nada. Abrí la ventana y aunque el tejado estaba bastante resbaloso no seria problema para mí.

Con bastante cuidado y tratando de ser rápida camine acercándome al borde del tejado, había cespe si caía amortiguaría mi caída. El ruido de la puerta se oyó, Aidan abrio los ojos sorprendido — T/n ¡baja de ahí! — Reí para sacarle el dedo mediano. — ¡Te vas a lastimar!

— ¡Uy si,mira como te hago caso! — Grite y continue caminando tratando de no caer o resbalar y morir en el intento. Sin mirar atrás, ya no había tiempo de arrepentirme.

— ¡T/n ven aquí! — Comenzó a caminar detrás de mi pisando el tejado resbaloso y trataba de agarrarme del brazo. Le iba a ser imposible, casi llegaba al borde. — ¡Dije que vengas! — Me tomo del brazo, ya me había alcanzado.

— ¡Suelta! — Grite y en mis pies resbalaban, solté un grito al sentir como caería al otro lado de espalda.

Los brazos de Aidan me envolvieron y ya estábamos en el suelo del césped, sentí un golpe de calor que poco a poco comenzó a doler demasiado. Quería llorar y suplicar que parará aquel horrible dolor, no entendí que sucedía cuando mire mi brazo el cual estaba torcido.

Ver eso me impresionó tanto que comencé a ver borroso, todo daba vueltas y podía ver a Aidan el cual estaba encima de mi mirándome confundido mientras Murmuraba algo que no podría escuchar por los sonidos que me invadian.

Mis ojos se cerraron y ya no pude oír nada más. El dolor disminuía pero aún sentía dolor en el cuerpo, no lo sé pero todo esto era culpa de alguien y creo que no hace falta dar nombre.

Aidan

𝐄𝐯𝐢𝐥 𝐋𝐨𝐯𝐞𝐫𝐬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora