— ¿¡Entonces te besaste con Aidan!? — Grito Izaro, apreté mis dientes con fuerza y tape su boca con la palma de mi mano.
— Si — Contente entre dientes — Pero cerrar la boca, nena
— Me dijiste que no te gustaba
Alzó una ceja. Mire hacia los lados pensando bien la pregunta, y pensando en si le diría que estoy algo confundida.
— Y no lo estoy
Me tomo de la mandíbula, la mire y está alzó ambas cejas.
— Se que estás enamorada de él, admitelo
— Te digo que no — Me aleje con brusquedad. Apreté mis labios con fuerza y puse una mano en mi cintura. No sabría que hacer con este problema, no tengo alguien de confianza que me entienda que es lo que me pasa.
No estoy enamorada, eso lo tengo muy seguro. Pero tampoco no siento nada. Dios... Es tan complicado explicarlo.
Estuve tratando de evitar a Aidan toda la semana, solo un simple saludo y luego volver a mi habitación sin decir absolutamente nada. Hoy sería igual, mamá no podía venirme a retirar y Aidan lo haría, como un favor que mi madre le pidió.
Obvio ella está encantada ya que él prácticamente hace lo que ella le pide cuando debe tratarse de mí, aunque ahora que lo pienso. ¿Porqué siempre hace lo que mi madre le dice cuando se trata de mí?
Aquí vamos otra vez. Que mente más perversa tengo, cómo podría pensar e imaginar que el novio de mi madre, estaría ese pensamiento de gustar de mí. Me estoy volviendo una siniestra, psicópata.
Aidan. G
No podía parar de pensar en ella. En como besaba sus labios, y acariciaba su columna con mis dedos encima de su ropa. Tampoco puedo dejar de pensar en que si no hubiera entrando Virginia, seguiríamos en esa tensión tan grande.
Ahora ella me estaba evitando en cada minuto que trataba de hablarle. Si Virginia entraba la cocina ella subía a su habitación, en el momento en que Virginia se iba al baño o hacer cualquier otra cosa ella escapaba de mi lado. ¿Acaso no le habrá gustado el beso?
Claro, claro. Tiene un poco de miedo por su madre, no hace falta hablar nada. A Virginia le dejé muy en claro que solo era una amistad de dos personas. Pero quizás ella no lo sabe, no digo que tenga que salir conmigo, pero al menos ser algo más cortes.
Pero hoy Virginia me rogó, si habría una posibilidad de ir a buscar a T/n. De inmediato le dije que sí, este era el momento indicado para hablar con ella. Sabía que no tendría escapatoria y le diría que es lo que pasa con ella.
Porque la bese.
Porque trate de pegarla a mí.
Que me gusta, y que necesito más de su atención.
Han pasado seis meses desde que la conozco, es lo suficiente para enamorarte de alguien. En ese transcurso tomamos mucha confianza y Virginia me conoce bastante bien.
Sabe cómo soy y que siempre protegería a T/n, pase lo que pase. Si algo pasa, sería mi responsabilidad.
Estacione el auto, y baje para recargar me sobre este, esperando a que T/n salga del instituto. Ahí estaba, junto a la niña rara que es su amiga al parecer. La niña al verme sonrió y comenzó a murmurarle cosas al oído a T/n, la cual aún no alzaba la mirada para verme.
Note el nerviosismo de T/n, de inmediato la niña comenzó a codear a T/n. Fruncí el ceño cuando ambas se acercaron.
— Adiós Izaro
Beso su mejilla y le dió un abrazo. La niña hizo lo mismo y susurro algo más en su oído que hizo que T/n le dé una mirada asesina. Abrí la puerta del auto para que T/n entrara, y ella sin verme al rostro metió su mochila y luego entró ella.
Rodeé el auto para abrir la puerta del copiloto y entrar. La mire antes de poner en marcha el auto pero ella no me vió, si no tomo su celular. Sabía que haría la típica de “tengo una llamada” ¿quien no hizo eso en algún momento?
— Oye, T/n
Por fin me dió una mirada, la desviaba sin verme a los ojos de a ratos pero lo había logrado.
— Yo quiero... hablar sobre lo que pasó en el sofá...
Quería ser directo y no tener que darle la vuelta manzana, para expresar mis sentimientos.
— Si fue una confusión. — Negó con la cabeza — No tendría que haber sucedido, así que olvida el asunto.
— ¿Porqué? — La mire para luego volver mi vista a la carretera.
— ¿¡Porqué!? — Hizo una expresión en su rostro de indignación. — Aidan, solo fue un beso y no puedo quitar esa imagen de mi mente.
— Estoy de acuerdo contigo. Me pasa lo mismo — Trago en seco. — No niegues que algo te pasa. Dime...
— Si ¿sabes que me pasa? — Frunció el ceño — Que eres el novio de mi madre y yo... Una horrible hija
Estacione el auto y ella abrió la puerta para bajar con rapidez. Quite las llaves del auto y cerré la puerta e ir tras ella. Tarde, muy tarde. En lo que tarde, ella había subido las escaleras y cerrado su puerta con seguro.
¿Pero quién le dijo que era el novio de su madre? No entendía de dónde lo había sacado.
Me senté en el sofá para tirar mi cabeza hacia atrás, pedazo de idiota que soy. Solo es una adolescente que apenas sabe su nombre y justo de ella te vienes a enamorar.
Oí el chillido de una puerta y mire hacia la sala pero no había nadie en la puerta principal. Volví al sofá cuando oí algo que me hizo poner la piel de gallina.
— Aidan — Era T/n, y el llamado no era uno común, parecía como si estuviera pidiendo auxilio. Aunque fue un susurró.
Fui hacia las escaleras y ahí se encontraba T/n, sentada sobre el suelo con algunas lágrimas sobre sus ojos y sus brazos apretando sus muslos contra su pecho. Me acerque a ella para arremangar las mangas de mi camisa y sentarme junto a ella.
— ¿Porqué lloras? dime
Hablé con un poco de desesperación. Agachó la mirada y su llanto continuaba. Aunque eran más chillidos. Sentí un nudo en mi garganta ¿Había dicho algo hiriente?
— Soy una terrible hija.
Abrí lo ojos sorprendido y negué con la cabeza para rodearla con mis brazos. Asíntio y me alejo de ella.
— Soy una terrible hija, primero la traicionó volviendo hablar con mi padre, luego hago las cosas mal y ahora bese al hombre que a ella le gusta.
Ya entiendo...
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𝐄𝐯𝐢𝐥 𝐋𝐨𝐯𝐞𝐫𝐬
Short Story𝐄𝐯𝐢𝐥 𝐋𝐨𝐯𝐞𝐫𝐬 | Aidan Gallagher Para una adolescente de diecisiete años nada anda mal, tiene amigos, usa su celular cuando se aburre, tiene a su madre la cual la apoya en todo lo que puede y aunque pasar por la adolescencia es complicado ell...