Capítulo 23

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"La boca y las palabras hieren más que los puñales y las espadas."

JiuJiu

En un corto parpadeo más de medio año se fue esfumando. 

Las mañanas eran vivaces y las noches pacíficas, la corte Celestial se bañaba con fragancias florales y atuendos sencillos de primavera, traían prosperidad con sus cantos y anunciaban armonía con cada pequeña festividad. Los tiempos arriba eran repetitivos, calmos, como un charco estancado donde las aguas claras no se enturbiaban ni siquiera con el fondo arenoso.

JiuJiu disfrutaba del cielo, de sus lugares, abarrotados de comida y cosas inimaginables, así como de su gente, inmortales de rasgos imposibles, con portes regios y miradas amables, escamas en sus brazos  y astas que reflejaban la pureza de sus inocentes seres efímeros, fantasmales.

Su llegada no causó revuelo o desconcierto, en los alrededores lo trataron con respeto, no con superioridad o un lugar especial, allí eran todos iguales; inclusive, para aquellos afortunados mortales que lograron su ingreso no era nada anormal o irrespetuoso tratar con tanta familiaridad a un miembro imperial de los planos terrenales santos.

—Buen claro de sol. —El demonio que atendía el puesto de artefactos raros, a los que JiuJiu aún no estaba acostumbrado, se limpió el sudor de la frente con un pequeño pañuelo, dejando el trabajo de lado para centrarse en el cliente que acababa de aparecer. —¿El amigo inmortal busca algo en especial?

Un broche con esa chispa de rareza, hecho de bronce y acero llamó la atención de JiuJiu, no tenía un orden establecido para entrelazar los hilos y las joyas que lo conformaban, y su uso era igual de incierto. Lo examinó con cuidado, devolviéndolo al final a su lugar de origen.

—¿Qué son estos?

—Broches de hermandad, si los compras pensando en una persona en especifico, que no esté relacionado contigo de manera amorosa, reflejan lo que esa persona más anhela. Las piedras que tienen son reflejos del alma, inspiradas en las gemas atrapa almas de la comandante Mo-Quing.

JiuJiu observó los presentes regados en la seda plateada con motivos estelares, uno en particular llamó su atención, tejido con hilos de zafiros y plata, llevando una única gema cristalina en el medio, atrapada como un espejo en su marco. La sostuvo entre sus palmas y observó como una nieblas azul se esparcía en el interior cristalizado, dando formas a una proyección que lo dejó tenso.

El comerciante el ver la postura y el semblante enfermizo del rostro de JiuJiu  se acercó para poder observar lo que ocurría, la escena en la gema lo dejó sin habla unos minutos, se apartó despacio y miró parpadeando al inmortal que seguía incrédulo a lo que se mostraba.

 —No quiero faltarle el respeto a su alteza, pero creo que es algo grave que la dama de las travesuras quiera quitarse la vida. —dijo el hombre usando de nuevo el trapo para quitar más sudor de su cara.

—No puede ser real. —JiuJiu acarició el cuerpo tendido de Lan-Sui dentro del cristal, un frágil demonio tirado en la nieve, con los ojos arrancados y la piel muerta, demasiado blanca para ser real, demasiado escarchada para estar viva. —¿Por qué mi hermana quisiera quitarse la vida? —Unos ojos cristalizados se quedaron fijos en el rostro amable del vendedor. —¿Por qué lo anhelaría?

—Visiones. Los ojos de un demonio simbolizan nuestra clarividencia y habilidad para ver y reflejar cosas absolutas, emociones y también eventos futuros. Los tiene arrancados, significa que su muerte, o el anhelo por perder la vida tiene que ver con la videncia y ese jade verde que sostiene como un ancla. 

The Princess And The Demon Witch IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora