"Donde hay amor también hay dolor."
Thunder.
Katana despertó en medio de sábanas revueltas, unos brazos ajenos y conocidos a la vez la sostenían sin cuidado, transmitiendo el deseo enfermo del demonio mayor. Su boca era cubierta por una mano gruesa, suave, con anillos de oro rosa que eran hielos al entrar en contacto con la piel cálida por la ira, sabores amargos se filtraba por sus labios, el cinturón que ataba las túnicas cerradas a su cuerpo había caído, y la figura desnuda era contorneada por unos dedos hábiles en el campo de la provocación.
Toques suaves, estimulaciones juguetonas que estaban destinadas a hacerla sentir placer, pero el único sentimiento que predominaba era el asco.
Era el odio.
—Tan dulce es la fruta cuando madura. —Con voz ronca por la excitación, su padre se acercó para que sus susurros no se perdieran en el espacio que quedaba entre ambos. —Katana, mi buena Katana, ahora que creciste podrás servir para algo. Complace a tu padre, ¿si? No volveré a alzar mi puño contra ti si lo haces, no volveré a...
—¡Katana!
La alerta en su mente se encendió al escuchar el grito feroz que venía de todas partes. Katana no sabía que estaba soñando hasta que Lan-Sui la despertó con los ojos desenfocados y un temblor impaciente por todo su cuerpo. Apenas la vio reaccionar se aferró a ella, envolviéndola en un abrazo muy distinto al de su padre en la visión pasada que seguía recordándole la noche, esa noche.
—Murió. —Lan-Sui se alejó para ver a su prima a los ojos. —Se ha ido, todo ocurrió cuando llegamos, lleva muerto dos días, no volverá a pasar, no hay una segunda vez. Nadie volverá a tocarte.
Katana se pegó al hombro de Lan-Sui, desconociendo si el agua en su rostro era real o una parte más de la fantasía.
—¿De verdad lo maté? ¿De verdad ya no está? ¿Se ha ido?
—Lo mataste, lo ahorcaste antes de que llegara más lejos. Lo encontraron en su habitación por la mañana, ¿lo recuerdas? —Katana asintió sin ver nada, el aire entraba a sus pulmones quemando, salía helado, marcando un contraste que le causaba dolor en la garganta. —Destruí el alma en fragmentos —Lan-Sui tragó saliva, la imagen de su tío siendo un cobarde resurgió de los pedazos quemados que buscaba olvidar, iba arrastrándose para pedir misericordia por su alma oscura, iba llorando, rogando perdón a la única persona que desconocía el significado de esa palabra. —, le tardará al menos cien años recuperar una forma, no podrá tocarte, buscaré la manera de deshacernos de él antes de que regrese.
—No quiero volver a verlo. —La piel de Katana se erizó con la simple idea de que él volvería. —Lan-Sui, no quiero.
—Me haré cargo. —Lan-Sui recostó su cabeza sobre la de Katana y comenzó a tararear una canción de cuna. —Así tenga que enfrentar la autoridad del emperador no permitiré que él te haga daño, no habrá segunda vez. Para mí no existen errores, al menos no dos veces.
Si alguien la necesitaba no pensaba dejar el lado vacío de la cama. Nunca haría eso, porque conocía el terror de estar en soledad, porque conocía la soledad.
La respiración de Katana fue volviéndose regular hasta que se normalizó por completo, Lan-Sui esperó a que se quedara dormida, esperó con ella toda la noche, vio llegar el alba y la acompañó hasta que sus párpados volvieron a abrirse.
Solo entonces pudo apartarse de la cama y comenzar a cuidarla de pie.
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The Princess And The Demon Witch II
FantasyLa escarcha se derrite con los rayos fragantes del sol, mil primaveras llegan y se van con el viento y las penas. Entre llantos una niña llora y una emperatriz surge, baños de oro, joyas, diamantes y... Desamor. Tragedias y rojo carmesí de sangre, c...