Capítulo 36 (Pasado)

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"Te amo, y no es para siempre, es para ti."

Thunder

Llevaba un buen rato a oscuras cuando una luz lo extrajo de vuelta. Lian se negaba a volver a su realidad, a afrontarla, pero sus párpados fueron desobedientes y aletearon despacio, regresándolo a una habitación oscura, donde terminó sorprendido por toparse cara a cara con un rostro blanco por la preocupación de no encontrarlo al despertar.

Sui-Yu se negaba a dormir si estaban juntos, su sueño era tan pesado que no sentiría si él se iba, justo por eso se preocupó hasta el borde de la locura al no encontrarlo al despertar sediento a mitad de la madrugada. 

Primero entró en crisis, después pudo calmarse y emplear su aura para buscarlo, apenas averiguó su paradero fue en su búsqueda para traerlo de regreso, topándose en el camino con una escena nada peculiar, un padre y una hija en mitad de un pasillo, incluso pensó en saludar hasta que escuchó las palabras que ambos compartían.

Demasiado en poco tiempo, puñales tras puñales enterrados en su pecho.

Se enteró de la muerte de su madre.

Se enteró del asesino.

Y se enteró de que lo único que le quedaba iba a ser alejado de él.

Las venas en su frente y en sus puños apretados seguían visibles, buscaba no pensar en lo que escuchó, pero le era imposible.

—Sui... —Lian tocó la gotita que cayó en su rostro, acababa de sentirla cuando una más le siguió, luego otra, la lluvia pasó a ser tormenta y la tormenta huracán. —Lo sabes. —Separándose de la cama e irguiéndose para abrazar a Sui-Yu, Lian volvió a caer en ese pozo vacío que le causaba vértigo. —Ya no existirá un nosotros.

—Incluso si no hay un nosotros a los ojos del mundo, —Sui-Yu se pegó al pecho de Lian y besó la piel que se expuso al apartar la tela superficial de la bata. —Siempre habrá un lugar para un nosotros aquí.

—Sui-Yu. — Lian alzó la cabeza del demonio que apaciguó sus emociones de la misma forma que se domaba a una bestia, usando la fuerza bruta, usando el poder. —Quiero pedirte algo.

Los labios con el gusto salado besaron las palmas que permanecían frías, una vez, dos veces. Sui-Yu parpadeó despacio y asintió, conectando el morado y el azul liviano en una cadena de deseo y apoyo.

 —Mi padre es capaz de hacernos esto, no puedo esperar más de él, quizá en un futuro incluso... —Lian se cerró, Sui-Yu le dio tiempo hasta que pudo regresar y hablar. —No sé que tanto escuchaste, pero entre todos sus deseos, uno es que yo me case con Dada, y si eso pasa buscará la forma de asegurar descendencia para el clan antes de que muera.

Sui-Yu se estremeció, tapando las imágenes desagradables de impureza oscura que se dibujaban como una pesadilla demasiado real para ser onírica.

—Viniste al clan porque mi madre te lo pidió. —Lian sobó con su pulgar las dos mejillas color luna. —Yo le dije que te llamara para que no supieras el motivo. Esperaba... Esperaba decirte que tuve una visión. Una niña envuelta en sábanas blancas teñidas de rojo por la sangre, cabellos nevados y ojos tuyos. Ella soñó lo mismo. 

The Princess And The Demon Witch IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora