Roselyn Stark abre por accidente un portal en el laboratorio de su padre. Pietro Maximoff la reta a entrar y pese a que Peter Parker le dice que es una mala idea, ella lo atraviesa.
Sin embargo, en cuanto lo cruza, queda atrapada en otra dimensión...
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Cuando Roselyn despertó, pensó que todo había sido un extraño sueño y estaba lista para levantarse de la cama y contarle todo a Peter, sin embargo, ver el dosel de la cama le indicó que nada había sido un sueño en lo absoluto. Realmente había pasado y estaba atrapada en una dimensión en el pasado sin poder comunicarse con su padre.
Respiró profundamente antes de decidir ponerse de pie. Aún se sentía cansada pero no quería seguir durmiendo. La primera persona a la que vio, fue a Hermione, quien acomodaba la corbata de su uniforme y le sonrió a la chica cuando la vio levantarse.
—Hola, Rose. ¿Qué tal dormiste?
—No me quejo —se estiró y bostezó como si fuera un gato.
—Vamos, cámbiate para que podamos ir a desayunar y luego tenemos clases de encantamientos. Estoy segura de que te va a gustar.
—Pero no tengo uniforme.
—McGonagall mencionó que iba a buscar alguno. Deberías revisar en el baúl que está frente a la cama.
Roselyn la miró con el ceño fruncido pero hizo lo indicado y se acercó al baúl. Efectivamente había un uniforme bien doblado junto con una bufanda y un par de guantes. Suspiró antes de sacar todo y comenzar a cambiarse.
—Siempre fui a escuelas privadas —comenzó a hablar Roselyn mientras comenzaba a quitarse la ropa— y por ende usábamos uniformes bastante caros, pero ninguno era tan bonito como este. De hecho me gusta, pero... ¿de verdad tengo que usar la corbata?
Hermione sonrió.
—Sí, tienes que usarla.
—Siempre me regañaban en el colegio por no usar el uniforme adecuadamente pero no puedo evitarlo. Soy un alma libre y parece que nadie entiende eso.
—Andando, alma libre —Hermione rió— Seguro que Harry y Ron ya están esperando en la sala común.
Por alguna razón, Roselyn se sentía mucho mejor que el día anterior. La cabeza ya no le dolía y tampoco tenía ganas de soltarse a llorar en cualquier segundo. Siguió a Hermione de cerca, aflojando la corbata cuando no miraba y levantando las mangas de su suéter hasta sus antebrazos. Mientras bajaba las escaleras, acomodó su cabello en una coleta alta mal hecha y sonrió para sí misma al sentirse lista.
Tal como había dicho Hermione, Harry y Ron estaban esperando por ellas en la sala común. Potter miró a Roselyn con una sonrisa y se levantó de su asiento con un salto sin dejar de mirarla, Hermione lo miró inquisitivamente con una sonrisa cómplice y Harry sintió que su rostro comenzaba a arder.
—¿Ya podemos ir a desayunar? —Ron ya estaba a medio camino de la salida antes de siquiera terminar de pronunciar aquella frase. Hermione fue la primera en alcanzarlo, dejando a Harry y Roselyn atrás.
—¿Cómo te sientes? —le preguntó Harry mientras caminaban hacia el comedor.
—La verdad me siento mejor que ayer. Descansé bastante bien y ahora me siento más motivada.
