Peter había llegado a su habitación del complejo a eso de las cuatro de la mañana. Tony lo había mandado a dormir y Peter tuvo que obedecer a regañadientes. Al menos era fin de semana y se podría quedar allí esos días sin preocuparse ni un poco por la escuela.Dejó sus cosas en el suelo y entró al pequeño baño de la habitación. Aún le sorprendía que las habitaciones fueran tan grandes, eran probablemente del tamaño del departamento donde vivía con su tía.
Se miró en el espejo e hizo una mueca al ver la mancha morada y verde en el borde de su mandíbula. Sabía que Pietro no lo había golpeado a propósito, sólo fue como un reflejo de defensa, sin embargo, Peter no imaginaba cómo hubieran terminado ambos sonrieron se hubieran golpeado con todas sus fuerzas.
Se lavó la cara con agua fría y después regresó a la habitación, donde abrió un cajón de la cómoda para sacar unos pantalones de chándal y una playera. Sonrió un poco al darse cuenta de que la playera que tomó entre sus manos era una de las favoritas de Rose y que siempre que dormían en su habitación, era la que usaba.
Se quitó el pantalón y lo cambió por que recién había elegido, luego se quitó la playera y antes de colocarse la nueva, alguien golpeó a su puerta. Fue un golpe suave pero extraño.
Era muy tarde para que alguien lo estuviera buscando y si fuera Tony, le habría pedido a viernes que le diera cualquier mensaje.
Frunció el ceño y se acercó a abrir. Casi resopla a ver a Pietro del otro lado de la puerta. El platinado también se había cambiado por ropa más cómoda y Peter recordó que su habitación estaba a algunas puertas más adelante.
—¿Podemos hablar? —murmuró Pietro.
Peter lo pensó por un momento pero se hizo a un lado, dejando pasar al chico. Ambos entraron a la habitación, Parker se dirigió a su cama y tomó la playera para colocársela. Dio media vuelta y se encontró con la mirada de Pietro.
—¿Qué?
—Vine a disculparme... creo.
—¿Cómo que "creo"?
Peter se cruzó de brazos, aunque quería sonar molesto, en realidad no podía hacerlo del todo, pese a que se sentía de esa forma.
—Amo a Rose y no me disculparé por eso —dijo finalmente— pero tal vez es algo que debí guardar para mí mismo.
Peter no estaba seguro de qué decir o cómo reaccionar.
—Sin embargo —continuó Pietro— no te lo dije todo.
Esta vez lo miró con curiosidad, dejando caer los brazos a sus costados y dando un par de pasos al frente. Tenía curiosidad pero también miedo. Miedo de lo que Pietro le pudiera decir. ¿Y si era algo que no le gustaría escuchar?
—¿Qué quieres decir? —se arriesgó.
Pietro se quedó en silencio un pequeño momento, mirando fijamente el suelo y luego mirando a Peter de nuevo.
—He sido amigo de Rose desde hace mucho tiempo —comenzó— y en poco tiempo nos volvimos los mejores amigos. Sinceramente no me puedo imaginar un mundo donde ella y yo... no seamos amigos. Y debo de confesar que cuando llegaste a nuestras vidas, me aterré. Creí que la perdería por tu culpa. Y hasta cierto punto... me sentí celoso de ti. De que toda la atención de Rose fuera solo para ti y no para mi como había sido por mucho tiempo.
Peter negó preocupado. Él sabía lo importante que era Pietro para Rose y jamás intentaría interponerse en esa amistad.
—Yo jamás... —Pietro levantó una mano que hizo callar a Peter.
—Lo sé. Eres un buen chico, Peter —dio unos pasos al frente, más cerca de Parker y liberó un gran suspiro— el problema... Peter. El problema es que no sólo me enamoré de Rose.
Peter lo miró sin comprender. Las palabras de Pietro aún no eran procesadas por su cerebro y lo miró fijamente con el ceño fruncido. Pietro dejó salir una pequeña risa.
—Creo que no lo entiendo —habló Peter.
Pietro colocó ambas manos en los hombros de Peter y lo miró a los ojos.
—Peter —pronunció su nombre con ese acento tan característico de él— lo que quiero decir, es que también me gustas tú.
Se quedó perplejo ante la confesión. No lo hubiera imaginado ni en un millón de años. Era un poco más obvio que fuera Rose, ¿pero él también?
—¿Qué? —su voz apenas se escuchó.
—Tuve mucho tiempo para reflexionarlo —volvió a explicar— al principio no podía aceptarlo, pensé que había algo mal conmigo pero... lo hablé con mi hermana. Descubrí que me encanta pasar tiempo contigo tanto como me gusta pasar tiempo con Rose. Tal vez la prefiera a ella un poco más —bromeó— pero me entiendes. Y no Peter, no es ninguna estúpida broma. Hablo completamente en serio.
No. En realidad no lo entendía. Miró a Pietro y trató de pronunciar alguna palabra pero simplemente eso no ocurrió. No podía hablar ni moverse. ¿Qué se supone que debía pensar? De todas formas, fue como si esa confesión hubiera desconfigurado su cerebro.
—Yo... —balbuceó.
Pietro sonrió.
—No tienes que decir nada. No esperaba que lo hicieras de todas formas —una mano terminó en la mejilla de Peter— pero quería que lo supieras.
Se inclinó un poco y le dio un fugaz beso en los labios a Peter. Apenas había rozado sus labios contra los de él pero Peter casi se desmaya. ¿Estaba soñando?
Pietro se alejó lentamente hacia la puerta y antes de salir, miró hacia atrás para encontrarse con un Peter petrificado, confundido y a punto de desmayarse.
—Descansa, Parker.
No esperó contestación alguna cuando salió y se dirigió a su habitación. Peter se dejó caer en la cama y miró el techo fijamente. Sobra decir que no logró dormir en toda la noche.
Había mucho en lo que tenía que pensar. Pero una cosa le había quedado más que clara. Aquel extraño beso no le había disgustado en lo absoluto.
—¿Qué? —habló para sí mismo— a mi no me gustan los hombres —se dijo muy preocupado— ¿o sí? No. No, no, no, no —sintió sus mejillas arder— ¿o sí?
Iba a ser realmente incómodo cuando tuviera que ver a Pietro al día siguiente.
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Into the unknown ⇝ Peter Parker & Harry J. Potter ✔
FanficRoselyn Stark abre por accidente un portal en el laboratorio de su padre. Pietro Maximoff la reta a entrar y pese a que Peter Parker le dice que es una mala idea, ella lo atraviesa. Sin embargo, en cuanto lo cruza, queda atrapada en otra dimensión...