Into the unknown ⇝ Peter Parker & Harry J. Potter ✔

21

Peter tenía sus audífonos puestos mientras armaba una máquina que insertarían en el portal para darle energía, llevaba toda la noche trabajando y estaba por terminar. Pero decidió que era buen momento para ir en busca de una nueva bebida energética. Tony le había dicho que no se quedara hasta tarde, pero Peter no lo pudo evitar. De todas formas le era imposible dormir durante las noches. Al menos le había hecho caso y asistía todas sus clases entre semana, por lo que le pidió que le permitiera hacer lo que quisiera durante el fin de semana. 

De todas formas era viernes y Peter le había pedido a Ned que fuera al día siguiente para ayudarle con los códigos de una programación. Aunque también irían MJ y Flash, este último para cumplir la promesa que le había hecho de la foto con el señor Stark. 

Tomó su celular y le puso pausa a la canción que se estaba reproduciendo, pero entonces vio la foto de él y Rose en la pantalla de inicio. Sonrió para sí mismo. Ya había pasado un año desde la ultima vez que la vio y la extrañaba cada día más.

Salió del hangar y caminó por el oscuro jardín hasta la base. Apenas había un par de luces encendidas pero ya conocía el camino de memoria y no tendría el mayor problema en llegar a su destino.

Una vez que estuvo en la cocina, abrió el refrigerador y comenzó a tomar varias latas para tener de reserva. Las que se suponía que estaban de reserva en el hangar ya se habían terminado pero afortunadamente, Tony había ordenando un par de cajas nuevas.

Metió las latas en una bolsa y cuando tomó las necesarias, se dirigió al estante de despensa para tomar algunas papas fritas y galletas. Al darse la vuelta, se encontró con una figura que reconoció perfectamente.

—¿Necesitas ayuda con eso? —preguntó Pietro.

Peter lo miró fijamente mientras sentía que su cara comenzaba a arder.

—No, estoy bien —murmuró.

Pietro asintió no muy convencido.

—Llevas meses evitándome.

Peter pasó a su lado mientras aceleraba el paso.

—Para nada.

Pietro puso los ojos en blanco y alcanzó a Peter en un momento.

—Entiendo que no fue el momento más adecuado para confesarte eso, pero me gustaría que me dijeras algo. Lo que sea. No me importa que me odies, pero di algo.

—No te odio —se apresuró a decir, aunque no lo miró— sólo me siento confundido. De todas las cosas que me pudiste decir... no esperaba eso. Entendía hasta cierto punto el hecho de que te gusta Rose... ¿pero yo?

Pietro lo tomó del hombro y ambos dejaron de caminar. Peter abrazó con fuerza contra su pecho la bolsa llena de bebidas.

—¿Por qué no? —preguntó en voz baja.

—Quiero decir... soy yo —lo dijo como si fuera una excusa válida— ni siquiera entiendo por completo cómo alguien como Rose estaría con alguien como yo cuando puede estar con alguien como tú. Es como si yo fuera un tres y tú un cien.

A Pietro se le escapó una pequeña risa. No era de burla, pero le pareció bastante adorable.

—No tienes idea de lo que dices, Parker. Sé exactamente lo que Rose ve en ti y sin duda eres más que un "tres".

—Pietro... —murmuró Peter con cierto tono de advertencia— mira, ahora mismo sólo quiero que Rose regrese, ¿bien? Estar en esta situación hace que sienta como si la estuviera engañando o algo por el estilo —fue muy sincero con sus palabras— quiero estar seguro de que ella sigue con vida y que está bien. Ahora mismo no puedo pensar en si me gustas o no. Pero si te hace sentir mejor... al menos quiero que por ahora sigamos siendo amigos.

Pietro sonrió.

—Esa idea me gusta. Y lo siento por arrinconarte de esa manera, yo también estoy muy nervioso por Rose y... buscaba la manera de huir de mis problemas. No soy tan valiente como tú, Peter.

—No digas eso —replicó rápidamente, pero de inmediato se sonrojó al notar la forma en que lo dijo— quiero decir... eres genial y súper fuerte y siempre tienes algo ingenioso que decir. Rose y yo nos divertimos mucho cuando estamos contigo —Peter bajó la mirada con tristeza mientras recordaba algo— ella parece sonreír aún más cuando está contigo. Como si tú fueras la razón de su felicidad.

Pietro pareció auténticamente sorprendido. De todas las cosas que Peter pudo decir, no esperaba eso.

—Si te hace sentir mejor, yo soy aún más feliz cuando estoy con ustedes.

Peter sonrió.

—Voy al hangar a seguir arreglando unas cosas, ¿vienes?

—Por supuesto —le quitó a Peter la bolsa llena de bebidas— yo llevaré esto.

A Peter ni siquiera le dio tiempo de replicar cuando vio a Pietro alejarse por el pasillo.

Al menos el ambiente dejaría de sentirse tan tenso cuando ambos estuvieran en la misma habitación.

• • •

Rose despertó por los gritos de Hermione. Tardó un momento en acostumbrarse a la luz y frío matutino pero finalmente logró incorporarse para ponerse un abrigo extra.

Entonces salió de la casa de campaña, Hermione parecía estar furiosa y regañando a alguien. Aunque estaba un poco somnolienta, Rose identificó a Ron. A quien le dirigió una gran sonrisa y corrió a abrazar con mucha fuerza. El pelirrojo le regresó con mucho entusiasmo el abrazo.

—Me alegra que estés de regreso, Ron. Y espero que esta vez no te comportes como un completo imbécil.

Ron dejó salir una risa.

—Lo prometo —se separaron— y lo siento mucho. Creo que perdí la cabeza por un momento.

—No pasa nada. Creo que a todos nos puede pasar eso.

Pero Hermione aún precia muy molesta.

—Haré té —dijo Rose luego de un incómodo silencio— quiero saberlo todo.

Fue una extraña reunión, para Harry y Rose fue como si nada hubiera pasado pero Hermione era otro asunto. Ella sí estaba muy molesta porque Ron los había abandonado. Aunque Rose sabía que en realidad estaba aliviada de que ese pelirrojo hubiera vuelto. Nada sería lo mismo sin él.

Y fue sólo un par de días más tarde que se decidieron a ir a la casa de los Lovegood. Rose sólo entendió la mitad de la explicación pero ya se estaba acostumbrado a ello. De todas formas, no es como que tuviera algún otro lugar a donde ir.