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Luego de asegurarse de que no había más heridos o algún estudiante había quedado bajo los escombros, Rose supo que era hora de marcharse

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Luego de asegurarse de que no había más heridos o algún estudiante había quedado bajo los escombros, Rose supo que era hora de marcharse.

De marcharse de verdad.

Peter y Pietro fueron de gran ayuda para el rescate y luego de algunas horas, se reunieron con Rose. Ellos ya tenían bastante experiencia con todo eso pero nadie tenía por qué saberlo. Sin duda estaban muy agradecidos con ellos pese a que nadie los conocía.

Rose estaba sola, sentada en una esquina del comedor mirando todo a su alrededor. Era difícil decir adiós. Pero ya era hora. Realmente estaba deseando regresar a casa aunque no quería olvidar todos esos buenos momentos que vivió en ese lugar.

La chica sonrió cuando vio a Peter y Pietro de pie frente a ella con una sonrisa. Ambos se sentaron en el suelo y fue Pietro quien se acostó en el suelo. Estaba bastante cansado luego de correr por todo el castillo en busca de heridos.

—¿Estás lista para irnos? —le preguntó Peter tomando su mano.

Ella asintió. Incapaz de pronunciar una palabra o su voz se rompería al instante.

—Tal vez quieras despedirte de tus amigos —le dijo Pietro desde su lugar en el suelo.

Esta vez negó. Prefería simplemente desaparecer justo como cuando llegó. Había llegado de la nada y se iría sin dejar rastro. Aunque estaba equivocada en eso último.

Un pequeño grupo de personas se reunió frente a ellos. Rose los reconoció de inmediato.

Luna, Neville, George, Fred, Hermione, Ron y Ginny. Pero no vio a Harry. Un nudo se formó en su garganta al verlos, tal vez no eran muchos, pero ellos eran ahora sus nuevos amigos y lo serían siempre.

Se levantó de su lugar para abrazar a cada uno. Probablemente Hermione les dijo que ya se iba a marchar. No quiso llorar pero por lo emotivo del momento, fue inevitable.

Luna le regaló unos curiosos aretes de nabo y un collar que ella le aseguró que alejaría a los nargles. Neville le entregó una maceta con una bonita planta, le aseguró completamente que no era peligrosa siempre y cuando le diera agua todos los días. Eso le asustó un poco.

Fren y George le entregaron un gran saco lleno de diversos productos Weasley. Rose no estaba muy segura de cómo habían conseguido tantas cosas en tan poco tiempo luego de lo que ocurrió, pero se los agradeció de corazón.

Ginny fue quien la abrazó con más fuerza, asegurándole que la iba a extrañar mucho y ella le entregó una bufanda. Al parecer, su madre le había estado enseñando a tejer y ella misma había hecho esa bonita bufanda con los colores de Gryffindor.

Cuando llegó el turno de Hermione y Ron, la chica le explicó a Rose que supuso que ya se iba a marchar y le contó a todos pues sabía que no querrían que se fuera sin despedirse. Y mientras Pietro y Peter ayudaban con el rescate, los chicos fueron en busca de los presentes que le querían dejar. Algo que les ayudara a recordarlos en caso de que jamás se volvieran a ver.

Into the unknown ⇝ Peter Parker & Harry J. Potter ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora