Capítulo 17

1.5K 302 296
                                    

De nuevo estaba soñando, escuchando vagamente el arrastre de pasos apresurados, el llanto lejano de un bebé, el débil pitido de ese equipo médico que no podía faltar en una escena de tensión, cuando un paciente estaba en el final de sus días. El repetitivo pitido de una frecuencia cardiaca, apagándose inevitablemente, siendo nada más que un ensordecedor aullido que dictaminaba el fin de una vida.

-No, Jimin ¡Jimin! ¡Enfermera! ¡Llamen al doctor!- La voz desesperada de su amigo Taehyung lo despertó de golpe. Buscándolo desesperadamente.

Abriendo los ojos, levantándose levemente con el corazón acelerado, solo para darse cuenta que no estaba donde creía estar. Los colores tenues productos de que no había iluminación natural, solo un juego de luces para simular el transcurso normal de las horas. El edredón azul que debería haber mandado a lavar desde su primer día. Aunque esta vez no estaba rodeado de cojines, porque todos habían sido desplazados por el inmenso cuerpo de un Alfa.

Con su gran cola de Leopardo siendo aprisionada por su compañero, recordándole que estaba en un mundo distinto, uno donde no tendría la oportunidad de volver a ver a su mejor amigo.

-Un nuevo día en esta locura, no puedo creer que haya dormido con Jungkook, después de un solo día de conocernos- Obviamente no era queja, pero su guía no dijo nada. Asustado por ello, cerró los ojos para concentrarse en su interior, encontrando dos Leopardo de las nieves, uno familiar, y otro que le doblaba el tamaño al suyo. Ambos profundamente dormido, abrazándose con sus colitas entrelazadas, como dos grandes gatotes consentidos.

Ojalá pudiera tomarles una foto.

Estaba solo en estos momentos, con el magnífico guerrero extendiéndose en toda su cama, no había espacio para él. No le importo anoche, pero durmió casi encima del otro cuerpo, siendo protegido suavemente por esos poderosos brazos. No estaba preocupado por haber incomodado a su compañero, porque esos músculos, seguro lo resistirían sin problemas.

Ah que delicia. Jimin volvió a recostarse, deslizando su brazo por debajo del hombro contrario, abrazándose al pecho de Jungkook con el otro brazo, mientras posaba la cara entre los pectorales de esté. La felicidad no eran las cosas, sino las personas con las que compartías.

-¿Enserio me tengo que levantar con estos pensamientos?- Se quejó su adormilado guía. –Jimin no hay forma de que puedas seguir babeando de esa forma, sin empezar a perfumar el cuarto.

-Como odio que pueda olerse mi excitación, pero que bien huele este sanguinario guerrero- Hasta ahora se estaba acostumbrado a descifrar lo que captaba su nariz, todo era un torbellino que iba más allá de la simple detección de algo en particular. Veía la imagen de Jungkook al olerlo, y solo ese detalle lo calentaba. Visualizarlo lo hacía consiente de cada pincelada particular en el aroma personal, que lo transportaba a un buen recuerdo, como cuando comía un gran plato de Kimchi después de un largo día en la oficina. Salado y picante.

Jungkook despertó repentinamente, sintiendo una presión puntiaguda debajo de la clavícula. -¿...Qué? ¿Jimin...me estas mordiendo?

El Omega dejo de hacerlo de inmediato, mirando al Alfa culpable. –No, estas soñando- El guerrero entrecerró los ojos, pero fue por la gran sonrisa que estaba embozando.

-No tienes que ser tímido al respecto- Jungkook puso ambas manos sobre los lados de su cadera, para acomodarlo fácilmente, totalmente encima de él.

Jimin se sonrojo al notar como sus rodillas quedaban levemente suspendidas sobre el colchón, a causa de lo grueso del dorso del Alfa. Sería un infierno montar a este hombre...un buen infierno.

-No imagines eso, ya estamos mojándonos- Cierto, el Omega ya estaba caliente en cada centímetro de piel que rozaba, y sus partes íntimas cosquilleaban, por estar literalmente expuesta contra el ardiente cuerpo del guerrero.

Me convertí en un cambia-forma Omega al ir a otro mundo /Jimin/Y.GxN.JxJ.KDonde viven las historias. Descúbrelo ahora