Taehyung flotaba en un sueño extraño, como atrapado en una niebla tibia y densa. Frente a él, su esposa e hijos estaban en un parque bañado por la luz del sol, platicando con tranquilidad. Sus risas eran un eco distante, pero tan cálido que dolía. Trató de alcanzarlos, sus pasos pesados como si caminara en agua. Por más que avanzaba, nunca los alcanzaba. Abrió la boca para llamarlos, pero su voz no salió. Ninguno de ellos lo miraba. Estaban felices, completos, sin él.
Y entonces recordó. Esa vida ya no existía. Había muerto en ella. Era un hecho frío e inmutable, pero no dejaba de doler.
Cuando abrió los ojos, la claridad lo golpeó con la delicadeza de un trueno. El mundo estaba envuelto en algo borroso, desconocido, pero lo primero que notó fue el suave roce de una cola polvorienta en su rostro. Intentó agarrarla, pero su cuerpo apenas le respondía, como si estuviera sumido en un sueño semiconsciente.
—¿Qué haces? —Una voz familiar rompió la bruma. Era SeokJin.
¡SeokJin!
Un rayo de energía lo atravesó, empujándolo a sentarse de golpe. Apenas lo hizo, escuchó un par de gritos ahogados. A su derecha, Jimin y SeokJin lo miraban con el rostro iluminado por el asombro, que pronto se transformó en sonrisas enormes.
—¡Despertaste! —exclamó Jimin, vibrando de emoción.
—¡Tae! —SeokJin prácticamente se lanzó sobre él, envolviéndolo en un abrazo tan apretado que Taehyung quedó aturdido por un momento. —Me salvaste. Te sacrificaste...por mí —El tono meloso y quebrado de Jin, acompañado de lágrimas que mojaban su pecho, era suficiente para desarmar a cualquier Alfa, que seguro se desviviría por atenderlo.
Taehyung dejó escapar una carcajada suave, más por alivio que por otra cosa, y correspondió al abrazo con fuerza, apretando a su amigo contra él.
—Ahora lo recuerdo... —Murmuró, mientras su mirada se cruzaba con la de Jimin, que observaba la escena con absoluta sorpresa. Una energía nueva parecía recorrer sus venas, cálida y vibrante. —Me siento increíble, como si pudiera cazar algo y devorarlo entero...
El pensamiento lo desconcertó. Su boca se llenó de saliva al imaginar carne fresca desgarrándose bajo sus colmillos. Ah, los colmillos. Se sentían extrañamente grandes, afilados. Había algo diferente, algo profundamente instintivo que lo llevaba peligrosamente cerca de su lado salvaje.
—Ahora eres un gatito. —La voz de SeokJin era un susurro cargado de burla y dulzura, mientras alzaba el rostro para mirarlo de cerca. Su mano se deslizó suavemente por las mejillas de Taehyung, como si lo acariciara con la intención de calmarlo. —Te quedan hermosas las rosetas.
El calor que subió al rostro de Taehyung fue inmediato. Siempre sabía que los comentarios coquetos de Jin eran en broma, pero eso no impedía que le afectaran, dejándolo desconcertado, casi vulnerable. Esos dedos aunque suaves, enviaban escalofríos a su piel y la forma en que se envolvían en sus mechones, le hacia un nudo el estómago.
—Gracias... —murmuró, su voz quebrándose por la vergüenza.
La cola que había estado moviéndose erráticamente encontró su rumbo, envolviendo con suavidad la cintura de SeokJin y apretándola con ternura. Jin sonrió, sus dedos acariciando la punta como si premiara a una mascota obediente.
—Ya sé con quién voy a dormir para no pasar frío otra vez.
Taehyung solo pudo parpadear como un tonto, sus ojos fijos en el brillo juguetón de Jin. Ojalá se estuviera refiriendo a él.
—¿Con quién? —preguntó, genuinamente curioso, con esa inocencia que siempre parecía acompañarlo.
La pregunta pareció animar al conejo, quien se inclinó aún más cerca, sus ojos brillando con una intensidad traviesa, pero antes de que pudiera responder, el sonido de una tos forzada rompió el momento.
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Me convertí en un cambia-forma Omega al ir a otro mundo /Jimin/Y.GxN.JxJ.K
FanfictionLuego de morir producto del veneno de una medusa, Jimin dejo el mundo humano lleno de arrepentimientos y anhelos. Pero al parecer "reencarno" o algo así intuye él, cuando una mujer desconocida afirma ser su madre, y alguna especie de extraño chaman...