Como de costumbre, Jimin apenas necesitó un instante para despertar y recordarlo todo. En cuanto lo hizo, su humor se torció como una tormenta de verano.
"Namjoon simplemente me puso a dormir... ¿Por qué tiene que ser tan complicado? Apenas hemos compartido un par de besos y he visto su pecho... Es tan... ¡tan frustrante!" se quejó para sí mismo, apretando los labios mientras sus pensamientos bullían con indignación. Su monólogo interno fue suficiente para despertar a su guía espiritual, quien emitió un bostezo largo y perezoso.
-¿Ya está el desayuno? -preguntó el gran Leopardo, sin molestarse en abrir los ojos.
-¡Guía! Estoy tratando de contarte algo importante, ¡despierta! -gruñó Jimin, materializando a su animal interno con un movimiento impaciente de la mano. El felino apareció en las sábanas, donde se desplomó como un montón de pelaje exhausto.
-¿De verdad te tumbó un poco de analgésico? -le espetó Jimin, cruzándose de brazos.
-No es eso -murmuró el Leopardo, apenas girando la cabeza para mirarlo-. Estuve curándote toda la noche. Estoy agotado.
Jimin bufó, colocando las manos en sus caderas con aire resuelto. -Entonces toma más de mi energía. Ya sabes que tengo de sobra. -Lo dijo con un tono despreocupado, casi jactancioso, como si sus reservas fueran infinitas.
-No lo entiendes, estoy tan cansado que incluso tomar energía es agotador. -El Leopardo se estiró perezosamente antes de desvanecerse de nuevo en el interior de su humano-. Ve a comer.
El tirón de hambre que le siguió fue tan abrupto que Jimin casi se dobló. -¡Alto, alto, ya voy, para! -protestó, llevándose las manos al estómago mientras corría hacia la cocina.
Al llegar, lo primero que notó fue a sus dos Alfas sentados rígidamente en la mesa. Yoongi y Namjoon estaban tan tensos que parecían estatuas de mármol, aunque ambos lo saludaron apenas sus miradas se cruzaron.
-Buenos días -dijeron casi al unísono, pero su tono era apagado, como si los hubieran reprendido recientemente. La seriedad en sus rostros contrastaba con la habitual calma autoritaria del cazador y la paz que siempre trasmitía el diplomático. Aquí ninguno tenía el control, lo cual los tenía al borde de sus asientos.
Luego Jimin dirigió su atención al resto de los presentes. Hana estaba especialmente irritada, su expresión era un fruncimiento constante, aunque al menos sus ojos no estaban rojos esta vez. Parecía más enfurruñada que fuera de control. Por otro lado, Seokjin, el oficial paranormal, comía con una tranquilidad envidiable, su compostura como un insulto directo al hambre voraz que azotaba a Jimin.
Entonces ocurrió.
-¡Hey, Jimin! -dijo una voz que conocía demasiado bien.
Oh, no...
Taehyung estaba allí también, y lo siguiente que hizo fue olisquear el aire de manera exagerada.
-¡Jimin! ¿Acaso tú...? -preguntó Tae con una mezcla de horror pero también diversión, sus ojos brillando mientras conectaba las piezas que su nariz ya le había dado.
El Omega apretó los dientes, maldiciendo en silencio los olores delatores de su cuerpo. Malditos sean las facultades de los cambia-formas. Esta no era, bajo ninguna circunstancia, la forma en que quería que esta conversación comenzara.
-¡Buenos días, Hana! Hoy te ves muy bien. Y oficial Seokjin, ¿qué lo trae por aquí tan temprano? -Jimin intentó escapar de la tensión con su habitual tono educado, pero su nerviosismo era palpable. Se llevó la mano al pecho casi instintivamente, asegurándose de que estaba vestido. Habían pasado demasiados días en los que la ropa había sido opcional, y aquella falta de pudor era algo que claramente había adoptado de los cambia-formas.
![](https://img.wattpad.com/cover/302034132-288-k553877.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Me convertí en un cambia-forma Omega al ir a otro mundo /Jimin/Y.GxN.JxJ.K
FanfictionLuego de morir producto del veneno de una medusa, Jimin dejo el mundo humano lleno de arrepentimientos y anhelos. Pero al parecer "reencarno" o algo así intuye él, cuando una mujer desconocida afirma ser su madre, y alguna especie de extraño chaman...