Luego de morir producto del veneno de una medusa, Jimin dejo el mundo humano lleno de arrepentimientos y anhelos. Pero al parecer "reencarno" o algo así intuye él, cuando una mujer desconocida afirma ser su madre, y alguna especie de extraño chaman...
Este viaje tenía múltiples objetivos importantes que Jimin había olvidado en medio de los problemas enfrentados durante el trayecto. Afortunadamente, las personas que eligió para acompañarlo habían cumplido con su trabajo de manera excepcional. Y eso que los escogió por sorteo en una sola noche.
Si, nunca estuvo tan elaborado, pero que bien que acompaño a Jungkook al final.
La familia Quincy se destacó con sus presentaciones en los pueblos aliados. Los cachorros de Leopardo de las Nieves, que nadie había visto antes, se convirtieron en el centro de atención, dejando a los espectadores encantados. Su ternura agilizo el intercambio cultural, pues quien podía decirle que no a unos bebés.
Por su parte, Lidus y su esposa lograron algo aún más notable: una familia completa de cambia-formas equinos decidió unirse al clan. Este acuerdo no solo aumentaría la capacidad de transporte del clan, sino que también fomentaría una relación más estrecha entre las especies, algo crucial para mantener la unidad en la montaña. Jimin suspiró, sabiendo que tendría que recompensar generosamente a sus acompañantes por su esfuerzo y éxito.
La voz de su guía, resonó en su mente, calmándolo.
"Tranquilo, Jimin. Nadie en el clan había tenido una oportunidad como esta antes, ya deben estar lo suficientemente agradecidos. Además, como ninguno de los nuestros sufrió por los incidentes de Bra, podemos decir que ha sido un éxito."
Jimin asintió mentalmente, su confianza regresando poco a poco.
—Tienes razón, qué eficiencia —murmuró con alivio, aunque su tono despreocupado no coincidía del todo con su estado físico. Cansado tras una noche sin dormir, descansaba sobre la espalda de Namjoon, quien lo llevaba sin una sola queja.
Sin embargo, otro pensamiento cruzó su mente y lo hizo levantar ligeramente la cabeza del hombro del gran Alfa: Taehyung. ¿Dónde estaba su amigo? Escaneó el camino con los ojos entrecerrados, buscando cualquier señal.
A lo lejos, distinguió a Hana escoltando lo que parecían ser dos Omegas conejo. Jimin sonrió débilmente. La astucia de Hana era admirable; claramente estaba haciendo todo lo posible para mantener a su amigo oculto. Era necesario, ya que Jungkook aún no estaba listo para enterarse de su existencia.
Por último, Hoseok se adelantó para entregarle un informe detallado. Con serenidad, el Líder espiritual explicó que él mismo había supervisado los rituales de protección y reforzado las defensas del territorio visitado. Su labor aseguraba que los aliados de los Leopardos estuvieran protegidos y que el viaje cumpliera también con los aspectos ceremoniales necesarios para fortalecer la cooperación entre todos.
Jimin dejó escapar un suspiro más profundo, relajándose. Ahora solo quedaba enfrentarse al regreso.
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...
El paisaje frente a Taehyung era una pintura viva, una mezcla de colores cálidos y detalles que parecían sacados de un cuento. Las cabañas del pintoresco pueblo granjero estaban decoradas con farolillos de madera tallada, y sus tejados cubiertos de musgo brillaban bajo los últimos rayos del gran astro. El aire olía a hierba fresca y al dulce aroma de los cultivos. Los aldeanos, cambia-formas de varias especies, trabajaban juntos en los campos, creando una atmósfera de tranquilidad y cooperación que parecía casi surrealista.
