La cabaña de Hana era sencilla pero acogedora, con una mesa de madera maciza cubierta por un mantel de tela áspera en tonos neutros. Sobre ella descansaba una variedad de alimentos que reflejaban los instintos de sus comensales: carne magra y cruda en un plato para Hana, brotes tiernos de alfalfa y zanahorias pequeñas para SeokJin, y un tazón de frutas brillantes y dulces para Taehyung, quien aún intentaba adaptarse a su nuevo cuerpo y sus necesidades como perro.
Hana mordía con calma un pedazo de carne mientras observaba con algo de diversión la interminable serie de preguntas del ex terrícola, quien, con los ojos brillantes, parecía tratar de desentrañar los secretos del mundo. Entre bocados, SeokJin respondía con una mezcla de paciencia y desinterés, sus orejas de conejo moviéndose ocasionalmente al captar algún sonido distante.
—¿Cómo diferencian a los animales que se pueden comer de los que se convierten en humanos? —preguntó Taehyung, inclinándose hacia adelante, lleno de curiosidad.
—Los demons no son orgánicos —respondió SeokJin, levantando una criatura azul del tamaño de su palma, cuyo pelaje parecía relucir como seda bajo la tenue luz de la lámpara de aceite. El pequeño ser no mostró ninguna reacción, ni siquiera un parpadeo—. No pueden aparearse, no sienten dolor y solo crecen si absorben energía del núcleo.
Para reforzar su explicación, el Omega movió al demon ligeramente, como si fuera un juguete. Taehyung lo observó con fascinación; sus ojos se clavaron en el pelaje brillante y los pequeños ojos negros del ser, tan relucientes como joyas. Era... tentador. Su boca comenzó a salivar, y sin darse cuenta, extendió la mano hacia el demon.
El movimiento activó una respuesta en la criatura, que de pronto se removió, como si buscara iniciar un juego de caza con el cambia-forma. Taehyung retiró la mano rápidamente, avergonzado.
—Perdón, no era mi intención —dijo, sintiendo un extraño instinto primitivo despertar en su interior.
SeokJin sonrió, divertido, mientras Hana resoplaba.
—Cálmate. A todos los cambia-formas hijos de Efernip les encanta atrapar cosas. Podrías tener todas las comodidades del mundo, pero siempre priorizarías cazar para liberar tensiones —explicó SeokJin con naturalidad, mordisqueando una zanahoria mientras hablaba.
—Es raro, como si la comida aquí simplemente existiera de la nada —reflexionó Taehyung, mirando al demon, ahora inerte, colgar como un muñeco de trapo en las manos de SeokJin.
—Por lo que he escuchado de Jimin, en el planeta Tierra todo era orgánico, ¿no? —intervino Hana, rompiendo su silencio mientras picaba su carne con una de sus garras.
Taehyung asintió con entusiasmo. —Sí, todo tenía un ciclo de vida y podía extinguirse. Los humanos intentamos optimizar los recursos, pero hace mucho tiempo dejaron de tener granjas naturales. Viven únicamente de productos sintéticos, así que hace años que no pruebo algo parecido a carne real.
SeokJin le lanzó una mirada que parecía de genuina sorpresa. Un planeta orgánico significaba que también podría perecer.
—Aquí nada es orgánico. Todo lo que ves existe únicamente porque un cambia-forma usó energía para crearlo —explicó, levantando una zanahoria para ilustrar su punto—. Incluso el agua o las montañas. Nada tiene un ciclo natural.
—¿Incluso las estrellas? —preguntó Taehyung, mirando al cielo. Su expresión era una mezcla de maravilla y desconcierto al contemplar aquel firmamento estático, casi como un lienzo sin vida, esperando a un artista digno.
Hana se encogió de hombros, con indiferencia. —Sí, todo en el cielo es falso. Las nubes, el viento, incluso la lluvia. Todo es obra de los cambia-formas alados.

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Me convertí en un cambia-forma Omega al ir a otro mundo /Jimin/Y.GxN.JxJ.K
FanfictionLuego de morir producto del veneno de una medusa, Jimin dejo el mundo humano lleno de arrepentimientos y anhelos. Pero al parecer "reencarno" o algo así intuye él, cuando una mujer desconocida afirma ser su madre, y alguna especie de extraño chaman...