Capítulo 63

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Jungkook no solía arrepentirse de sus palabras. Hablar, como luchar o liderar, siempre había sido algo instintivo, una reacción primaria que fluía desde lo más profundo de su ser, guiada tanto por su instinto Alfa como por la intensidad de su corazón. Sin embargo, al observar cómo Yoongi se alejaba con esa calma fría que siempre lo había exasperado, algo dentro de él se hundió con pesar. No era el orgullo lo que dolía, sino una punzada más profunda: un vacío que surgía del peso de sus emociones no expresadas correctamente. Jungkook había pensado que arrojar la verdad a la cara del otro Alfa lo liberaría, pero la realidad era mucho más amarga. Ahora desearía haber encontrado las palabras justas para traspasar esa barrera glacial, en lugar de permitir que la frustración le robara el control.

El silencio en el ambiente era opresivo, casi físico, hasta que la voz de Jimin rompió la tensión, como los rayos de luz dispersando la niebla más espesa.

—No tienes que verte tan desanimado —dijo su Omega, su tono suave como las corrientes tranquilas del núcleo. Jungkook levantó la mirada y encontró esos ojos que tanto amaba. Ese azul que podía iluminar hasta los rincones más oscuros de su espíritu. Su Omega lo había estado observando todo el tiempo, con una preocupación que él no se sentía merecedor de recibir.

—¿No estás enojado? —murmuró, con un hilo de voz poco característico para alguien como él. Desde el momento en que había conocido a Jimin, el deseo de ser mejor había ardido dentro de él como una llama que nunca se apagaba, aun cuando él mismo llego a dudar de sus capacidades. Era un protector nato, un Alfa cuya esencia se definía por su capacidad de resguardar y liderar, pero las tensiones con Yoongi le hacían sentir que estaba fallando en ambas.

Jimin sonrió levemente, su aroma embriagante impregnando el aire y se deslizaba como seda por los nervios tensos del guerrero. —No, no estoy enojado. —Su voz estaba cargada de comprensión, pero también de una sinceridad desarmante—. Solo creo que hay formas mejores de manejar las cosas.

Jungkook sintió que las palabras de Jimin lo atravesaban. Siempre había sido así: su Omega tenía la habilidad única de llegar hasta las profundidades de su ser. Por un instante, se permitió simplemente sentir, dejando que el calor de su destinado disipara las sombras que habitaban su pecho. Lo envolvió con sus brazos, aferrándose a él como si fuera el núcleo mismo que mantenía su mundo en equilibrio.

—Tienes razón —admitió, su tono ahora más bajo, cargado de emoción—. No quiero que nada de esto cambie. Todo lo que hemos construido, tú, yo... incluso él.

La voz de Jungkook se quebró ligeramente mientras continuaba. —Hace mucho tiempo que no sentía esto. Un lugar al que realmente pueda llamar hogar. Ya no soy el nómada que vagaba sin rumbo. Ahora, con todas las personas importantes para mí aquí, todo parece encajar. Namjoon está más tranquilo, como si por fin estuviera conectando con nosotros. Hana ya no se esconde, puedo hablar con ella sin sentir que tengo que cazarla. Y luego estás tú... Mi amor más grande.

Jimin lo escuchaba con una sonrisa cálida, una que desbordaba la dulzura que hacía que el corazón del guerrero pareciera latir con más fuerza.

—Te entiendo —respondió el Omega—. Yo también quiero eso. Un hogar contigo, con ellos.

Fue entonces cuando Jungkook lo besó, dejando que todo lo que llevaba dentro fluyera.

—Pero Yoongi también es parte de esta familia. ¿De verdad no le darías otra oportunidad? —La voz de Jimin era suave, y esa mezcla de ternura y preocupación en sus ojos tenía el poder de atravesar cualquier defensa que Jungkook intentara levantar. Siempre lo hacía, siempre llegaba hasta lo más profundo de él.

El Alfa bajó la mirada, sintiendo cómo la culpa comenzaba a extenderse, envolviendo sus pensamientos. Respiró profundamente.

—Yo... sé eso. No podría ignorarlo. —Su voz era baja, pero cada palabra cargaba un peso de frustración contenida—. Es solo que hay tantas cosas de él que me molestan. Porque lo conozco demasiado bien. Sé que, en el fondo, le importan las mismas cosas que a mí, que queremos lo mismo. Pero siempre actúa como si no le importara, como si fuera más fuerte por ser tan... independiente. Y me irrita cada vez que se burlaba porque yo era más... pegajoso.

Me convertí en un cambia-forma Omega al ir a otro mundo /Jimin/Y.GxN.JxJ.KDonde viven las historias. Descúbrelo ahora