Capítulo 53

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Jimin se había tomado su tiempo para prepararse. Había cuidado cada detalle: un baño prolongado, su pelaje perfectamente acicalado, y ropa especialmente seleccionada, fina y elaborada, que resaltaba su figura. Estaba decidido a recibir a Jungkook como un Omega digno de su Alfa. Pero cuando lo vio recortado contra el atardecer, con la luz magenta delineando cada línea de su cuerpo y arrancando un brillo casi irreal de su piel, todos sus esfuerzos parecieron insignificantes. Jungkook tenía esa habilidad inexplicable de convertir cualquier entorno en un escenario para su presencia imponente.

El Omega sintió que su aliento se quedaba atrapado en la garganta. Ese deleite visual, esa mezcla de fuerza y gracia... la había extrañado tanto que dolía. Sin embargo, este no era el momento de dejarse arrastrar por sus deseos. Estaba allí para su Alfa, para apoyarlo, para consolarlo. Haría lo que fuera necesario para aliviar su carga, incluso si eso significaba sofocar el torrente de emociones que su sola presencia desataba.

Jungkook caminaba al frente, dando órdenes a sus subordinados con una voz grave y potente, tan cargada de autoridad que no dejaba espacio para réplicas. Jimin lo observó fascinado, notando cómo los músculos de su mandíbula se tensaban al hablar, cómo sus gestos denotaban una confianza instintiva y natural. El Omega tuvo que controlarse. No era el momento de imaginar esa voz y esa presencia dominando en otros contextos. Se obligó a calmar su aroma, temiendo que Jungkook lo percibiera y se sintiera presionado, especialmente cuando el Alfa ya cargaba el peso de la culpa por lo sucedido con el clan.

Cuando finalmente Jungkook llegó, su saludo hacia Yoongi y Namjoon fue seco, casi mecánico. Su mirada, al dirigirse hacia Jimin, parecía vacía, como si toda su confianza hubiera quedado en el campo de batalla. Era un Alfa que no solo estaba agotado físicamente, sino desgastado por dentro, cansado de sostener una fachada que apenas podía mantener.

El Omega reunió todo su valor, su voz suave pero cargada de preocupación.

—Jungkook, ¿cómo te sientes?

El Alfa levantó la vista hacia él, y por un instante, Jimin creyó ver un destello de emoción en esos ojos azules antes de que se apagaran nuevamente.

—Como un incompetente —respondió con brutal honestidad. Las palabras cayeron como piedras, y ningún miembro del grupo supo cómo responder de inmediato.

El silencio fue incómodo, pero Jungkook lo rompió rápidamente, su tono tan cortante como sus palabras:

—Perdón por avanzar sin ustedes. Solo quiero acabar con este estúpido viaje.

Namjoon intentó suavizar la situación, con su tono calmado: —Tranquilo, lo entendemos. Hay un plan, y todos estamos aquí para asegurarnos de que funcione.

Pero el guerrero apenas lo escuchó, su mirada fija en el suelo, como si quisiera enterrar allí el peso de su culpa.

—Solo necesito dormir dos horas, y partiremos por la noche.

Los tres reaccionaron casi al unísono ante la declaración, una combinación de sorpresa y desaprobación. Fue Yoongi quien tomó la iniciativa, su voz firme y cargada de autoridad: —Eso es una locura, Jungkook. Podemos pasar la noche aquí sin problemas. Ya capturamos a la mayoría de esos bastardos, y la situación está bajo control.

Jungkook alzó la mirada, y por un momento, sus ojos destellaron con pura frustración.

—No está bajo control mientras ellos sigan existiendo. No puedo permitirme más errores.

El cazador no retrocedió, enfrentándose al Alfa con el mismo tono decidido.

—Esto no es solo sobre ti. Tienes un equipo que depende de decisiones sensatas y civiles que no podrán seguir el ritmo, si los arrastras en una carrera desesperada hasta la cima. Apretar demasiado el control no ayudará a nadie, y lo sabes.

Me convertí en un cambia-forma Omega al ir a otro mundo /Jimin/Y.GxN.JxJ.KDonde viven las historias. Descúbrelo ahora