Los "Especiales"

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Una Mirada sobre los millennials.

A finales de los ochenta y principios de los noventa el modelo de crianza construyó una narrativa en la que todos (niños y niñas en esa época) éramos especiales, seres únicos, a la espera de crecer y salir a comer el mundo de una sola mordida, ese argumento fue el ariete de batalla de millones de padres para educar a sus hijos, y no es que crea que esa tesis es incorrecta pero no refleja la idea subyacente detrás del éxito.

Es parcialmente correcto creer que todos podemos lograr la meta de nuestro corazón, todos efectivamente somos capaces de realizarlo, pero no porque estuviéramos destinados hacerlo o si hubiera una suerte de inteligencia cósmica dirigiendo los pasos para conseguir ese propósito superior, la respuesta es menos mística y muchísimo más mundana, y además en teoría (bajo el principio de las mismas condiciones materiales) se encuentra al alcance de todos (ver los corchetes anteriores) alcanzar un objetivo determinado o el dominio sobre un determinado arte viene después de cientos de miles de horas de entrenamiento, práctica y de una cadena consecutiva de fracasos, pero solo a través de ese proceso (doloroso) se puede conseguir una meta determinada ( ojo el dominio de un arte cualquiera no supone solo nacer con el talento para ello, la excelente es resultado de una mejora continua, la evidencia apunta a que no existen habilidades innatas en los seres humanos)

Pero ¿Qué sucedió entonces con esta generación de niños quiénes crecieron creyendo que el mundo tenía que ajustarse a sus demandas infantiles y no ellos al mundo?, o el trato con padres quienes moldearon ese pensamiento a través de diferentes medios como presionar a los maestros para justificar la conducta o el pobre desempeño de sus hijos, al punto de convalidar actitudes violentas, egoístas y nocivas en el afán de proteger la conciencia de derecho que crearon alrededor de ellos

"Que nadie se aproveche de ti"

"Defiéndete de todos",

Además, en un ambiente dónde la palabra derrota o fracaso era impronunciable, nadie podía decir algo así bajo pena de ser tildado como agresivo o un abusador.

En la generación de los millennials se popularizaron las medallas de participación, los diplomas de consolación, todo con el objetivo de minimizar el sentimiento de fracaso o frustración, crecimos aupados por una sociedad que invisibilizó la tolerancia a la frustración, mermaron nuestra capacidad de ser resilientes a la idea de que el mundo no se resuelve por obra o gracia de la intervención de un poder superior, y sí, luego de sufrir los primeros reveses y el derrumbe de la imagen de su mundo donde descubren es injusto, despiadado, cruel, voraz e inmisericorde.

La violenta contradicción entre el mundo donde fueron solapados por la protección de uno, ambos padres o una figura de autoridad, en oposición a una realidad en la que nadie viene a ocuparse de sus necesidades, ni habla en su lugar o defiende una causa diferente a la de sus propios intereses es el origen de una profunda insatisfacción resultante en un resentimiento en mucho de los casos hacia los demás.

"Los especiales" viven con la ansiedad por un mundo incapaz de reconocer las enormes virtudes y talentos que desde pequeños escucharon en casa, y por el contrario cuando salen a la realidad (permítanme la expresión) se enfrenta a un mundo repleto de seres "especiales" como ellos que crecieron bajo esa misma lógica de pensamiento, el resultado es una permanente lucha de egos unos contra otros.

Lo interesante del caso es que los especiales "estamos" obsesionados con la idea de singularidad (personal), pero la gran contradicción de vivir en un mundo de "singulares" donde siendo todos "únicos" la fórmula se neutraliza e irónicamente nadie es importante, especial o virtuoso al menos no en la misma medida que lo son todos los demás.

La conciencia de derecho de los "especiales" se fundamenta en que la depreciación de su autoestima y se fundamenta en la motivación narcisista del desencanto por no conseguir inmediatamente lo que desean, la vida real rompe el hechizo de los componentes que incrementaron o potenciaron sus notas escolares (tuvieron padres quienes presionaron a sus maestros para obtener una calificación mayor de la merecían)

Los "especiales" luego del desencanto de su desastrosa incursión en la vida actual (para la mayoría sirve para poner los pies sobre la tierra) el trauma resultante en la mayoría de los casos los lleva a interpretar su realidad de dos formas:

1.- Encontrar la resiliencia por cuenta propia y reorganizar todas las aptitudes que obtuvieron en su formación (principalmente privilegiada) para enfrentar la vida con una nueva categoría de aptitudes listas para enfrentar el mundo desde esa nueva perspectiva.

2. – Guardar rencor y convertirse en guardianes de la frustración, acusando y señalando a quiénes consideran responsables de su fracaso, y paradójicamente culpan a los que más le apoyaron en su vida, porque en su mirada apreciativa no siguieron brindando ayuda en su vida adulta.

Todos somos únicos en la misma proporción que los demás, pero estoy convencido de hay personas especiales, estoy seguro de ello, pero son de una manera diferente, los "especiales" son aquellos sujetos capaces de mantenerse firmes, constantes sobre un ideal, objetivo o meta, pero además son capaces de ayudar a los demás y compartir sus talentos.

Pero la mejor opinión es la de usted ¿es usted un especial?

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