Doble Cara.

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Algunas consideraciones sobre lo que creo que significa ser una doble cara o un hipócrita.

"Lo cortés no quita lo valiente"

Reza una antigua frase que promueve la cordialidad y civilidad entre las personas, a pesar si entre ellos hay marcadas disputas y recíprocos antagonismos.

Pero dónde y quién traza la línea para marcar la diferencia entre una pauta de convivencia social y un comportamiento que podríamos calificar como hipócrita o de doble cara.

Estoy convencido de que la mejor batalla es la que no se lucha, no creo en el conflicto innecesario y al menos en mi opinión me rijo bajo el principio de no arriesgarme a que me falten al respeto.

La anterior es mi manera de lidiar con los naturales roces de la convivencia social, pero no infiero que esa sea la manera más apropiada de conducirme en mis relaciones sociales.

No quiero analizar si ser "hipócrita" o "doble cara" se puede considerar bajo la luz de los conceptos contingentes actuales, si es algo bueno o malo, una etiqueta más cercana podría ser llamarlo como apropiado o inapropiado.

Lo primero que me gustaría hacer seria intentar definir qué significa ser doble cara o hipócrita.

" Se entiende como el sentimiento hacia un sujeto generalmente negativo, pero que en su presencia la reacción hacia este es esencialmente opuesto a lo que se siente en un principio"

Pero qué no se trata la vida de una serie de pautas de comportamiento social para encajar en un contexto determinado.

Un ejemplo podría ser que, si alguien decide tratarme de una forma desagradable o grosera pero solo motivado para ser consistente con su pensamiento, sin ningún otro motivo. Se justifica acaso que si alguien me cae mal yo debo corresponder en mi trato de forma grosera que no hizo otra cosa que no simpatizar conmigo.

Pero quién pone las reglas sobre los convencionalismos para marcar la línea entre la hipocresía y la cortesía, y como podemos determinar si nuestro juicio valorativo muy posiblemente equivocado sobre una persona es suficiente para determinar nuestra comportamiento e interacción con alguien más.

Una respuesta para contestar a la a que si se puede ser cortés sin ser hipócrita, podría venir de la mano con los matices y el contexto de nuestras interacciones humanas, partir de la idea de que en condiciones normales, (entiéndase por normal como la interacción entre individuos que sin ningún enfrentamiento previo, o de un desacuerdo sin importar que sea real o imaginario) dos o más sujetos pueden sobrellevar una convivencia amistosa, sin importar la impresión del carácter de la otra persona, ya que una variación en la actitud de alguno de ellos resulta hostil, entonces una reacción a ese desaire podría justificarse

Creo que incluso en los escenarios donde el enfrentamiento es inminente, es posible mantener el respeto, ahora y entiéndase, si en el contexto de esa posible transgresión, si una de las partes oculta deliberadamente su intención de hacer daño y por otro lado muestra una conducta amistosa como parte de una trata para atacar posteriormente, en esos casos si es posible entonces hablar de una doble cara.

Los límites de la convivencia humana son los que enmarca el imperio de las leyes, a fin de cuentas, mostrar una actitud diferente que el sentimiento que experimentamos en nuestro interior no es inapropiado, pero actuar movido por nuestros propios prejuicios hacia nuestros semejantes sí que podría causarnos problemas o que si bien incluso llevarnos a comprometer nuestra libertad e integridad.

No digo que ser hipócrita o doble cara sea una condición indispensable para la convivencia humana, pero sí creo que su uso discrecional es preferible mantener las reglas de convivencia sociales que el ceder a los intereses del ego para ganar una disputa personal.

Ser hipócrita por convivencia o ser un cínico procaz, son extremos de una misma moneda, lo importante sería considerar el punto medio de todas las situaciones.

La pregunta definitiva después de leer lo anterior amable lector sería:

¿Eres un hipócrita?

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