Reflexión sobre el descanso.
Hace poco, quince días aproximadamente, un amigo al que aprecio, me dijo algo así como "también el libro necesita la hoja en blanco", seguro preocupado por ese aire de multi-compromisos en que le aseguré estar involucrado, meditamos varios minutos sobre el tema, pero la verdad es que la frase me gustó, incluso recuerdo haberle dicho – voy a escribir sobre eso, creo que hoy tengo un espacio libre de 7 a 8 de la noche, – dije (no escribí sobre eso) y le enumeré todas las cosas que tenía pendientes por hacer antes de esa hora, él se limitó a sonreír, no me dijo más nada, supongo que pensó que no entendí su consejo y en efecto no lo hice, oí lo que dijo pero realmente no lo escuché.
Hay una frase que escuché hace algún tiempo, dice algo como "el que sabe lo que tiene que hacer y no lo hace, está peor que antes", ese claro soy yo, obstinado, mantuve el mismo ritmo de pendientes por resolver, el noventa por ciento de ellos solo estaban en mi mente, me movía esa manía compulsiva de sentirme culpable por descansar en lugar de estar "haciendo algo" (producir), junto con la idea errónea de hacer el "check list" cotidiano de todas las cosas que debo terminar para sentir que cumplí con el día en turno.
Poco a poco a esa "lista" de quehacer diarios, se convirtió en una bola de nieve que iba creciendo, a la que le iba sumando otras tareas, bajo la lógica de que "tengo media hora aquí" "un pequeño espacio acá", "puedo hacer dos cosas a la vez", a veces el empeño y junto al esfuerza de la resistencia física me permitió cumplir con los objetivos del día, si los terminaba todo mi ego recompensaba a mi cuerpo con la dopamina necesario para tranquilizar mis inquietudes, pero si no los terminaba me mantenía despierto bajo la idea de que ese día no trabajé lo suficiente.
Finalmente me enfermé, mi cuerpo cedió al desgaste de mis actividades diarias, mis defensas bajaron y junto al cambio de estación, fue el momento en que mi cuerpo, se rindió, y dijo sin decir, "hasta aquí"
Expliqué todo lo anterior para exponer una situación que muy probablemente ocurre en la mayoría de los adultos de esta generación que vive bajo la imposición de una sociedad que exige resultados inmediatos y donde pareciera que existe un parámetro de edad para conseguir determinadas cosas so pena de ser considerado un fracasado o de no ser alguien en la vida, como si esto fuera obligatorio (háganme el favor).
Un estándar que exige a los veintes exige un título universitario, independencia financiera, y a los treinta éxito profesional, económico, familiar, como si fuera el recetario 1,2,3 de la felicidad, ojo, aclaro no digo que no sean objetivos dignos de destacar y me da gusto por la gente que lo consigue en ese orden, estoy feliz por ellos, de lo que hablo es extender esa manera de pensar a todos, pensar que solo hay una forma unidimensional de tasar el éxito, generalmente tasados por el dinero, y de empequeñecer aquellos triunfos individuales (cada uno sabe de qué sentirse orgulloso) por que no forman parte del decálogo de los triunfos señalados por los dictados de la lógica del beneficio.
Cada uno define su propia visión de realización personal, estoy convencido, en especial si esta se erige sobre la base de la paz, la tranquilidad y la autorrealización como pavimento a la aspiración última de los seres humanos, la felicidad.
Claro que el libro necesita de la hoja en blanco, o de la hoja en multicolores, o incluso replantearse si quiere ser un libro, quizás sueñe con ser un relato, un cuento, o una poesía.
Contar con la fortuna del descanso también supone un privilegio, ya que implica asumir que las necesidades inmediatas están cubiertas, que existe la posibilidad de un desasosiego a las demandas de la sobrevivencia del día a día, en este sentido ampliar nuestra mirada apreciativa a otros que no tienen esa posibilidad pero que sin embargo también deberían tenerla, la hoja en blanco no debe ser más el privilegio de unos pocos, sino un derecho para todos.
Mientras escribo, pienso en lo que me dijo mi amigo, el libro definitivamente necesita la hoja en blanco, y claro cuesta trabajo conciliar la idea tan arraigada dentro de la psique capitalista de occidente de que auto explotarse es sinónimo de realización.
Creo que trascender debería significar mirar al pasado desde el futuro con dignidad, bajo la premisa que se puede lograr si somos capaces de equilibrar las cosas que amamos, con las que tenemos que hacer con aquellos que son importantes para nosotros.
Y es que al final es como escribió Galeano, cuando se refería para hablar en contra del tiempo utilitarista que manda ocuparse sin descanso, que hay un derecho inalienable a los seres humanos que es de disponer de tiempo para dedicárselo a la familia, a los amigos, a las cosas que amas, en fin, a la página en blanco.
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"En los tiempos, que había tiempo para perder el tiempo".
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REFLEXIONES
Historia CortaUna compilación de reflexiones, por el escritor Gonzalo Pérez Santos.