Ayer leí esta frase "la paciencia es un árbol de raíces amargas, pero de frutos dulces", medité en ello un buen rato, me pregunté si es que esa frase tan extendida y universalmente aceptada tener alguna connotación que no sea positiva, y ya sea que dependiendo del contexto y la persona puede surgir alguna variante negativa de esta universalmente e incuestionable virtud, teniendo en cuento ello, junto a mis sesgos cognitivos de los que por más que intento no logró alejarme, aquí les presento algunos apuntes sobre "La paciencia".
1.- La paciencia es una virtud.
No podría decir totalmente si así es en todos los casos, pero supongo que todo se trata de una cuestión matices, y con seguridad se reduce a una cuestión de semántica, que en lugar de utilizar una palabra "X" colocamos "paciencia" para cubrir el hueco.
Creo que la paciencia cuando significa mantener la constancia de una disciplina, tarea, o labor, en la persecución un objetivo específico tiene un aspecto positivo, pero primero una pausa, aquí no me gustaría decir que la paciencia sirve para obtener un logro o alcanzar una meta, porque para cada uno de nosotros, ese fin radica en la propia idea o medida del éxito que tenemos por sentado en nuestra cabeza.
Ahora bien, la paciencia no creo que sea una virtud cuando se convierte en una permanente idea del mañana, cuando la noción de esperar desplaza al momento presente y que puede terminar en un sentimiento de falsa seguridad donde la firma creencia que todo se resolverá en el futuro todo el simple paso del tiempo.
Nada va mejorar, cambiar, solo teniendo paciencia, en este caso si estoy convencido que desplazar el foco de la atención respecto de las cosas que puedo hacer aquí y en este momento en lugar de esperar equivocadamente por supuesto que las cosas que van a ocurrir por si solas, espero con diligencia que las cosas cambien, mejoren o den un giro por sí solo sin nuestra acción es una enorme pérdida de tiempo.
En síntesis, si la paciencia se convirtió en tu esperanza del mañana, hay que girar las tuercas.
2.- La paciencia es un objetivo al que debemos aspirar.
De nuevo depende del matiz con el que abordemos la cuestión, una persona paciente generalmente es usualmente alguien quién tiene dominio de sus emociones y además sabe mantener a raya su ansiedad ante lo incierto, el "paciente" logra frenar el impulso de actuar precipitadamente o por reacción, sabe calcular sus pasos, a este tipo de paciencia la mayoría también la llama prudencia.
Sin embargo, el lado desagradable del paciente, es cuando detrás de esa calma y pasividad se esconde la cobardía, ya sea para no hacer las cosas por miedo a la confrontación o de la incomodidad para mantener las cosas como son y no buscar alternativas, la paciencia mal entendida se convierte en un eterno aguardar para el momento apropiado, que al menos en mi limitada experiencia no existe "el mejor momento"
3.- La paciencia se agota.
Hasta cuando se considera demasiado soportar y ser paciente, esa sería un mejor planteamiento en lugar de hablar de que la paciencia se acaba, pero de nuevo caemos en la trampa de los matices, hay demasiados supuestos en cada situación, junto con el inseparable sesgo cognitivo en turno.
Sin embargo, dentro de la paciencia hay casos donde ese incesante esperar se convierte en una actitud permisiva y derrotista, con lo que se termina por tolerar hasta lo que no se debe nuca soportar.
Por ello aquí seré extraordinariamente cuidadoso para abordar la cuestión respecto de donde es conveniente trazar la línea entre ser paciente y permitir ser objeto de constantes vejaciones por nuestra falta de acción.
Con lo que viene un segundo supuesto, ¿Qué pasa entonces si algunas personas aprovechan la paciencia de los demás para crear dentro de ese marco de referencia toda clase de ardites para desestabilizar a ese grupo?, podríamos posiblemente afirmar que la paciencia tiene límites, que es la postura que sostengo.
4.- La paciencia tiene límites.
Creo que la paciencia sin frenos, sin establecer con claridad los limites propios y el de los demás, deja en ese momento de ser la útil virtud que está llamada a ser y se convierte en una barrera que nos detiene para enfrentar con resiliencia, empatía y solidaridad los retos de la vida.
Entonces de nuevo al dicho del principio si la paciencia es un árbol de raíces amargas con frutos dulces, entonces deberíamos cuidar también la cantidad de agua con la que se riega, porque si se hace demasiado se le puede terminar ahogando.
5.- La paciencia es una buena cualidad.
Por supuesto que lo es y también es una que nos permite mirar más lejos, además que como dijimos es una que nos permite mantener nuestra disciplina mientras vamos caminando con pasos pequeños mientras forjamos una rutina.
La paciencia es hoy día entre la agitación de la vida moderna el gran logro en una sociedad que exige gratificación inmediata y además se vuelve en una ayuda invaluable para mantener el balance en la vida.
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REFLEXIONES
Cerita PendekUna compilación de reflexiones, por el escritor Gonzalo Pérez Santos.