Doble Estándar

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El sesgo cognitivo más peligroso de todos es creerse más inteligente de lo que realmente somos y asumir que los demás son más tontos de lo que en realidad son, ese suele ser en la mayoría de los casos un error fatal.

Expongo la frase anterior como parte de una idea que analicé en días pasados, generalmente solemos (no en todos los casos) sobre valorar nuestros conocimientos en relación con los demás.

Es parte de nuestra naturaleza analizar con rigor las acciones ajenas y disculpar o suavizar las propias de modo que sean consistentes con la imagen personal que hemos creado sobre nosotros.

Pero el planteamiento de la presente reflexión es contestar a la pregunta ¿Por qué el césped del vecino siempre es más verde? Y de ser posible entender los motivos que cimentan las bases de esa estructura de pensamiento.

Vamos para allá, lo que pretendo distinguir suele llamarse doble estándar y según mi criterio puede definirse como sigue.

"La valorización de un determinado evento, sus consecuencias y la responsabilidad sobre el mismo es tasado de diferente manera por un observador, dependiendo si está involucrado o no en el desarrollo de los sucesos.

Entiéndase todo lo anterior, despojado de toda pretensión y postura intelectual, para resumirlo como sigue

"No es lo mismo que lo haga yo, a que sean los demás"

Partiendo de la idea principal que la manera en la que yo maximizó una victoria y minimizó una derrota, viene de la mano de quién enjuicia el hecho y si está o no, involucrado en los sucesos.

No es lo mismo torear que ver torear, me dijo una vez mi abuela, y es verdad, del mismo modo que es diametralmente opuesto pedir perdón y comprensión del emisor al receptor respecto a perdonar, comprender o entender del receptor al emisor.

El juicio que se hace sobre el otro es sobre una base de lo que ocurrió y como me sentí respecto a ello, si el suceso es agradable, mi postura es favorable, pero si me irrita será entonces negativa.

El mazo del que critica recae sobre lo que otro hace, entonces el juicio valorativo viene tamizado por las circunstancias y condiciones que nosotros conocemos y que condicionaron (independientemente si sea cierto o no) el resultado.

Definitivamente es mucho más fácil montar una opinión sobre un hecho ajeno "más o menos centrada" que analizar la propia con la misma severidad, ya que por un desconocemos los móviles o las circunstancias que condicionaron ese proceder y por el otro si los conocemos.

Pero entonces, podemos enmarcar está idea sobre la base de que si podemos advertir con cierta facilidad que cada postura que tenemos está condicionada por los sesgos cognitivos personales y la naturaleza contingente de las circunstancias.

Ahora, la pregunta interesante seria por qué a pesar de que podemos intuir todo lo que expliqué seguimos practicando el doble estándar, ¿hasta dónde somos capaces de comprender y tamizar las circunstancias propias, pero al mismo tiempo desconocer y juzgar con severidad las ajenas?

Esta es una pregunta que involucran una multiplicidad de elementos que consistentes o no con la realidad permanecen en la periferia de nuestro porvenir.

El doble estándar tengo la intuición de que parte de una impronta cultural y contingente colocada en nuestra psique de que nuestra naturaleza individual como seres humanos utiliza al doble estándar como la licencia ideal para justificar los errores propios y demeritar el éxito ajeno.

Sobre esta postura sostengo que, aunque cada persona es única, su naturaleza es al mismo tiempo individual y colectiva.

Así que, si el doble estándar es aplicable para nosotros y nuestra forma de ver la realidad, debería ser aplicable por extensión a todos los demás.

Finalmente, cada uno percibe la realidad de acuerdo a sus circunstancias y lo que uno hace con ellas, pero estas circunstancias deben y pueden ser herramientas útiles no para tasar juicios a priori sobre los demás sino como elementos de comprensión mutua.

Me despido con un verso del cantautor Silvio Rodríguez que creo yo viene a colación, la cita es de la canción "Cita con Ángeles"

"Seamos un tilín mejores y mucho menos egoístas".

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