17. Dulces sueños

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Ha pasado una semana.

Una semana donde «te ves extraña» por parte de los demás. Sorprendentemente JP y Leah no preguntan por ello, pero sí que no me dejan sola. La verdad es que recién me doy cuenta de cuán profundo ha llegado nuestra amistad.

Estamos los tres en nuestra habitación. Ellos me miran y yo los miro a ellos.

—No —repito.

—Sí —responden al unísono.

—Que no —Leah abre la boca, pero no dejo que hablen—. Escuchen, no me apetece ir a una fiesta.

—Pero ya te dijimos que, si tú no vas, nosotros tampoco —JP se sienta al lado mío.

—Pero ustedes quieren ir.

—No será la gran cosa si no vas —dice Leah.

—Equipo Dinamita, ¿recuerdas? —dice JP.

Las comisuras de mis labios se estiran en una media sonrisa.

Sacudo la cabeza.

—No se queden por mí.

—Pero te aburrirás sola.

—Claro que no. Puede hacer cosas.

—Cosas —repite Leah.

—Sí —digo.

Veinte minutos después de discusión por dejarme sola, logro que se retiren a su fiesta. Sabía que tenían ganas de ir, de hecho, Alan los vendría a buscar. No pregunté por Archer y ellos no me hablaron de él.

Cuando dije que haría cosas hablaba en serio. Me pongo a ordenar mi mueble con la ropa. Saco todo y comienza a doblarla. No era mucho en realidad. Como la casa de mis padres estaba relativamente cerca, siempre podía ir para allá a dejar esta ropa e ir por otra. Así que después me pongo una mascarilla facial y me siento en la cama a ver una película: Volver al futuro. Marty estaba a punto de viajar al futuro cuando alguien llama a la puerta.

Dejo mi paquete de papas fritas a un lado, me sacudo las manos limpiándome las migas y el aceite y voy directo hacia la puerta.

En el momento en que la abro, la persona del otro lado se queda mirando mi cara.

Un momento.

Mi mascarilla facial.

Abro la boca, pero la vuelvo a cerrar. Archer me sonríe. Una sonrisa normal. Ni siquiera divertida.

—¿Estás sola?

Pestañeo.

—No. Quiero decir, sí. Sí, estoy sola. Se fueron a una fiesta.

—Lo sé.

—¿Tú... no vas a ir?

—No. ¿Puedo pasar? —mira sobre mi hombro.

Me lo quedo mirando por un rato. Tiene una expresión tan serena que se me hace... sí, extraño. Pero entonces recuerdo que tengo la mascarilla en mi rostro y le hago un ademán para que pase, diciéndole que iré al baño.

Ya en el baño me quito de un tirón lo mascarilla para puntos negros. Hago una mueca al sentir el jalón. Me lavo el rostro, me miro al espejo y me quito el moño desordenado que me había hecho minutos antes. Mis rizos rebotan cuando los dejo libres.

Doy un respiro hondo y salgo. Lo veo sentado en mi cama contemplando la laptop donde la película seguía andando.

No me mira cuando dice:

Nosotros, siempre (SIEMPRE #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora