Conveniencia

Capítulo X

Holaaaaa... 

Hoşgeldiniz...

Nuevo episodio. ¿Ustedes a qué grupo de personas pertenecen?

Como siempre, agradezco mucho sus likes y comentarios.

El delicado vestido de organza color celeste claro que lucía Esra se amoldaba a su figura sin ser vulgar, ni atrevido. Se veía francamente exquisita y él no podía dejar de mirarla mientras la veía charlar con uno de los invitados a la cena en el amplio comedor de su casa. Los comensales ya estaban tomando asiento en sus lugares, cuando el timbre sonó. Esra se excusó señalando que iba a recibir a los últimos invitados. Por las ausencias de la noche, Halit pensó que o se trataba del señor Ulusoy o bien de Mehmet y Günce. Esperaba sinceramente que se tratara del primero. No tenía ganas de tolerar las confianzas que Günce se tomaba con él, sin embargo, para su sorpresa los tres invitados faltantes llegaron al mismo tiempo. Lo más curioso de todo fue el cambio que pareció operar en la mujer de su amigo Mehmet, quien lo saludó muy tímidamente.

- Estuvimos a punto de no venir, porque Günce ha estado con jaqueca toda la tarde. Sin embargo, cuando le dije que podía venir solo a la cena ha saltado como un resorte diciendo que la jaqueca se le había pasado. ¡Mujeres! ¿Quién las entiende? – señaló Mehmet riendo.

- Me alegro de que así haya sido. Tenía muchas ganas de verlos – respondió Esra con una amplia sonrisa mirando a Mehmet.

- Esra, cariño, permíteme que te presente al señor Ulusoy – intervino Halit. Era muy importante la primera impresión de este sobre su matrimonio. El hombre definitivamente no confiaba en los hombres de más de treinta años solteros, porque según sus propias palabras "eran una veleta".

- Bienvenido a nuestro hogar, señor Ulusoy – saludó Esra extendiendo su mano.

- Halit no me había dicho que su esposa era tan linda – señaló el señor Ulusoy estrechando la mano que Esra le ofrecía.

- Me halaga usted – replicó ella.

- Y su casa también es muy hermosa – señaló el hombre vagando la vista por el amplio recibidor del inmueble.

- Es también su casa, señor Ulusoy – respondió Esra.

- ¿Le ha comentado su marido que los espero el fin de semana siguiente en Göreme?

- Así es.

- ¿Y podrá asistir?

- Por supuesto, si es un evento familiar, como me señaló Halit, no puedo dejar que mi esposo asista en solitario. ¿No es cierto, cariño? – preguntó acercándose a Halit y tomándolo del brazo.

- Y yo no iría sin ti – respondió él con una sonrisa.

Durante la cena, la charla estuvo animada, sin embargo, el señor Ulusoy se mantuvo algo silencioso y expectante. Halit podía sentir la mirada del hombre sobre él y sobre Esra, alternativamente.

- ¿Entonces, Esra, vendrás con nosotros a ver El holandés errante? – preguntó Mehmet en un momento.

- ¡Por supuesto! – contestó la aludida – Estoy realmente ansiosa.

- ¿Qué es eso? – preguntó impávido el señor Ulusoy.

- Es una de las óperas más populares de Richard Wagner. Es una ópera romántica... - replicó Esra, pero cuando iba a seguir explicando, fue interrumpida por el invitado de la noche.