32: Una Forma De Mantenerla Viva

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Las luces reflejaban las penumbras de ese cuarto, entre sábanas repletas de risas que calmaba el silencio producido por su recuerdo.

Refugiado de todo el mundo, sin escuchar ninguna palabra que su hermana menor, con lágrimas y una voz temblorosa, trataba de hacerlo reaccionar y entender.

Oídos sordos a esos lloros, y desesperados gritos que rogaba por la calma de su corazón.

Dejó de escuchar los insistentes golpes que gobernaban en su puerta. Puede ser un adulto, pero incluso el más maduro y racional de los individuos aún puede ser un niño atrapado en un rol que no pidió, pero debe vivir.

Bajó las sábanas que cubrían su debilidad, su roto corazón al oír esas frías y secas palabras.

'hicimos todo lo que pudimos.. Pero lamento informar que no se puede hacer nada más'.

Soltó una risita tratando de apaciguar el ardor que sentía en sus ojos, su pecho dolía a más no poder.

Sus brazos se sentían débiles, trató de pararse pero sus piernas se opusieron al orden de su cerebro.

Soltó un grito desgarrador que hizo retumbar su garganta, el sonido de unos zapatos acompañados de golpeteos.

— ¡izuku, por favor ya no te tortures! ¡Tú no tienes la culpa, onichan! — . Susurro con voz ronca, sus sollozos no podían ser detenidos.

Trató de entrar pero el seguro no se lo permitia, se derrumbó con las piernas sobre su mentón, abrazando sus brazos sobre ellas.

Un pequeño recuerdo cuando tenía 10 años vino a su cabeza. Uno que realmente aprecia.

Flasback:

— ¿quién está listo para ir al parque? — . Exclamó una voz femenina, vestida con un polo color rojo acompañado de un pantalón color magenta y por último unos zapatillas de color blanco.

— ¡¿yo?! — . Una voz infantil aconpañado de una masculina hicieron acto de precencia.

— ¡bien vamos! — . Ambos tomaron una mano de la joven, la cual con una sonrisa observaba a las dos personas más importantes que robaron su corazón.

— *los amo* — . Pensó contenta, abrieron la puerta y juntos salieron hacia el parque de diversiones. Empezando así, con su gran dia en familia.

Fin del flasback:

Rio entre dientes al recordar tal anécdota con la mujer quien creyo iba siempre iba estar ahi para ella y su hermano.

Pero tal parece que los finales felices que leé en sus libros no se comparan con la cruda, y aveces, maldita realidad.

***

Ellas fueron las que vieron todo, no podían creer que tal suceso haya ocurrido. Dejando solos a esos niños, que ahora estan al cuidado de la heroina Froppy.

Entendían por lo que esos niños deben estar pasando a pesar que sean muy pequeños.

Ambas vieron a su pequeño que dormía en su cuna, el cual era ajeno a todo lo que ocurría alrededor suyo.

Unas lágrimas resbalaron por la pelivioleta, la cual fue abrazada por unos suaves brazos alrededor de su cintura.

— tranquila.. Nadie creyó que eso iba a suceder.. — . Beso el cachete de su pareja, la cual apoyo la cabeza en su pecho.

Trató de hacer que ella no se preocupara, pero fallo en el intento pues los sollozos empezaron a escapar de sus labios.

— m.. Momo, no e-es justo que le haya ocurrido eso. Que no pueda ver a sus hijos crecer — . Se dio la vuelta y escondió su rostro en el pecho de la azabache.

Acarició su corto cabello susurrando en su oído, ella tambien, a pesar de tener muchos conflictos que acarrearon desde tiempo sabe que lo que le ocurrió no se lo deseaba a nadie.

Ambas madres recordaron como es que esa castaña imperactiva, amante de los dulces siempre mantenía una sonrisa en su rostro.

Lastima que la vida adulta haya borrado esa felicidad la cual caracterizaba. Y tomando decisiones impropias que hicieron estragos en su perfecta vida.

Flasback:

— ¡oye Ochaco!, ¿es verdad que ya confesaste tus sentimientos a Midoriya? — . Preguntó una azabache de 16 años acompañada de su amiga pelimorada.

La pelimarron giro su cuello con el rostro colorado, mientras agitaba sus brazos de manera frenética.

— ¡¿Quién les dijo?! — . Exclamó nerviosa, jugando con sus dedos.

— fue mina.. Te dije que nunca debes hablar o revelar algo cuando ella está cerca — . Aún recuerda como ella se entero de su secreto por un descuido de la pequeña.

— ¿entonces es verdad? — . La castaña asintió con la mirada baja y humo saliendo de su cabeza.

— s.. Si, izuku y yo.. Empezamos una relación — . Balbuceo con torpeza, mientras su cara tomaba todas las tonalidades de rojo.

— me alegro.. ¿Cierto Kyoka? — . Observó a su amiga la cual asintió

— espero que sean felices.. — . La adolecente sonrió con un rubor en las mejillas.

Flasback:

Kyoka Jirou y Yaoyorozu Momo, ambas siempre velaron por la felicidad por la pareja. La veían sostenible e imvencibles ante los problemas.

Pero tal parece que estos estaban rotos, y ya no había solución para esto. Buscaban desesperados una forma de estar unidos, fallando en el intento.

Su mujer cansada de los inútiles intentos, el marido sin una pizca de interés por reparar el daño.

Ambos eran culpables por tirar la felicidad por el cual lucharon por muchos años.

Tristeza, decepcion y cólera era lo que todos en este momento respiraban, caían en un circulo vicioso.

Del cual les será difícil superar, cuatro individuos que viven de recuerdos, por el simple hecho de que ya no la volverán a ver.

Dejando solos a dos pequeños niños, que por la crueldad del destino no verán a la persona que les dio la vida.

En cuidado por alguien que verán como su madre.

Ellas sabían que el más afectado en todo esto, a parte de los niños, lo será su compañero, amigo y hermano Izuku Midoriya.

¿Podrán salir adelante?, o ¿se aferraran a su sólido recuerdo?.. Con el único propósito. De mantenerla Viva.

Sí, Uraraka Ochaco.. Esta muerta.

Dos mujeres un bebé ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora