17: engaño y dolor

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Un mes después:

Entre esas puertas intimidantes yacían las dos chicas, que no sabían cómo tranquilizar sus nervios los cuales estaban a flote. Y la mirada de ambos adultos no ayudaban, la menor estaba escondida detrás de la mayor cual conejo entre leones.

Su postura le era intimidante para la joven gestante, Dillan y Rena observaron a la joven de los conectores. En un acto de reflejo Momo puso su brazo como escudo.

- Me alegra que pudieran venir, por favor tomen asiento - señaló los sillones los cuales estaban al lado derecho.

- vayamos directo al punto, ¿para qué me llamaron?- la azabache quería terminar con esto, estaba claro que sus padres tenían algoentre manos.

- así me gusta querida contundente - se jactó la mujer mientras una sonrisita aparecía en sus labios - cariño, ¿Por qué estas con ella?.

La pregunta fue interpretada como "te mereces algo mejor", para la chica que estaba sumamente sensible debido a las hormonas. Los ojos vidriosos no tardaron en aparecer, disimuladamente los padres de la azabache sonrieron ante la actitud de la pequeña.

- M-momo yo... Yo ¿soy suficiente para ti? - la inseguridad la atacó mientras las lágrimas no paraban de correr.

La azabache la vio a los ojos, ¿Qué le puede decir? La chica espero una respuesta, una que no llegó.

- Ves cariño, hasta tú no sabes esa respuesta, lo único que lograras es dañar a la muchacha - la pelinegra vio a su madre con una mirada de enojo puro.

- ¡cállate, eso no es verdad! - ella misma se ponía el peso de la culpa sobre sus hombros.

La pelinegra mayor, río tras la explosión emocional que mostraba su hija. Ella intuía que mentía, y que de verdad no le importaba en lo más mínimo la chica.

- Momo, ¿Por qué sigues negando lo que es verdad? - la gestante vio a la azabache.

- ¿Qué quiere decir? - pregunto confundida.

- Oh, mi vida ¿no lo sabes? - momo estaba aterrada - momo no piensa en ti como algo duradero, solo lo hace como un favor a izuku.

La pequeña vio a la pelinegra entre confundida y molesta. Momo quiso tomarla de las manos, pero esta se apartó.

- ¿eso es verdad? Momo -escuchó la voz titubeante de la joven- tú solo lo hacías como... como un favor.

- K-kyoka, yo solo... solo quise - no tenía argumentos para defenderse. Pues lo que decía su madre era verdad, solo lo hizo como un favor a izuku.

Estaba frustrada debido a que ella pensaba decírselo, de una manera más "suave". No, a quien mentía iba a ser muy duro para ella, vio como esta salía a paso rápido de la casa.

- ¡kyoka! - exclamó al verla irse con el corazón roto.

Sus padres vieron a la chica irse, regresaron su vista a su hija y la vieron con la cabeza agachada apretando los puños.

- ¿Por qué lo hicieron? - su voz sonaba muy ronca.

- Momo, ¿la amas? - preguntó su padre.

- ¡eso qué importa!, lo que importa es que hay una embarazada en las calles de noche -explotó jalándose los cabellos.

- Ve a verla, es la madre de tu hijo, nuestro nieto -replicó su padre ante la mirada de enojo de su hija.

- ¡son de lo peor, lo peor! - corrió en busca de la muchacha dejando a sus padres solos los cuales se vieron por unos segundos.

- ¿crees que fue lo correcto? - consultó a su esposa.

- Ella es orgullosa, no iba a aceptarlo, debíamos ponerla en una situación crítica - explico mientras su marido le lanzaba una mirada prejuiciosa.

- Si eso significaba que nos viera como lo peor.

- Sí, eso también - bajó la cabeza.

Su marido la abrazo por la cintura y le dio un beso fugaz en los labios, él sabía que lo que acaban de hacer puede ser perjudicial o beneficioso para su hija.

...

Busco su teléfono queriendo llamar a izuku, pero por más que el móvil sonaba este siempre le mandaba al buzón de voz. Frustrada intento con la menor, pero recibía la misma respuesta. Corrió a su casa teniendo el fuerte deseo que ella haya ido a parar halla.

Al llegar toco constantemente la puerta. Por más de un minuto intentando sin ningún éxito, las lágrimas ya no soportaron más y comenzaron a delinear su rostro. Intento llamar nuevamente a izuku para saber si ella se encontraba con él, de nuevo el maldito buzón de voz.

- ¿Dónde estás kyoka? - se preguntó con desespero.

...

La joven se encontraba recostada en las piernas de la persona la cual a pesar de cualquier cosa la apoyaría. Su madre. Esta última acariciaba el corto cabello de su hija intentando parar su llanto.

- Ya cariño, no llores, te haces daño - su madre no comprendía porque su hija vino corriendo a ella con lágrimas en los ojos.

- Es que no lo puedo creer mamá fui engañada de la peor manera - escuchaba atenta lo que su hija decía.

Ella se hacía la pregunta de ¿Quién pudo engañar a su hija? De pronto le llegó a la memoria de que su hija mantenía una relacion con denki kaminari. Era un joven bastante interesante, aparte de que compartía los mismos gustos de su hija por la música. Queriendo salir de su duda la mujer se aventuró a preguntar.

- Kyoka, ¿Cómo va tu relacion con denki? - la peor forma de empezar.

La joven dio un brinco y se sentó en el sillón mirando a su madre, ¿Por qué pregunta por algo así? Claro, ella no le había dicho q1ue había terminado con él.

- Y-yo termine con él, mamá - pudo observar la sorpresa impregnada en su rostro.

- ¿Por qué? ¿Cuál fue el motivo, querida - la estaba comenzando a fastidiar.

- Mama no quiero que me interro.. - antes que pueda terminar su frase se tapó la boca y corrió hacia el baño.

Corrió a ver qué ocurría con su niña y la observó vomitando en el inodoro. Al verla que salía del baño Mika se interpuso en el medio con la mirada fruncida y su nariz arrugada.

- Kyoka ¿Qué te ocurre?, te sientes mal... o es que tú estás... embarazada - la chica se mostró acorralada. Su madre siempre la descubría desde la travesura más pequeña.

- Mama, yo... yo te lo iba a contar, pero... - su madre la veía entre sorprendida y enojada. Suerte que su marido no estaba aquí.

La mujer se acercó a su asustada hija y el tomo de los hombros, y con una voz firme hizo la pregunta.

- ¿Quién es el padre kyoka? -la muchacha se acarició el vientre.

- Eso no importa, yo... yo puedo encargarme de él - quería evadir el tema.

Pero su madre tenía otros planes, ella iba insistir, no quería que su hija sufriera, y si tenía que obligar a que se haga cargo. Pues lo hará.

- Me lo dirás ahora. ¿Quién es el padre del niño que esperas? - se negaba a hablar.

- ¡Kyoka dímelo, sino esto será mucho más difícil! - la menor trataba de callar - ¡kyoka jirou, dilo de lo contrario se lo contaré a tu padre y será mucho peor! - ya no pudo callar

- ¡yaoyorozu momo es la madre de mi hijo! - develó ante la mirada consternada.

- ¿Qué? M-momo es.. - quedó bastante sorprendida.

Dos mujeres un bebé ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora