30: Sacrificio

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¿Hizo lo correcto?, ¿lo hizo por él ó simplemente aún no olvida a esa chica?. Lo claro es que lo hizo, salvo al niño de la chica que traicionó a su hermano, claro, él no tiene la culpa de lo que su madre y padre hicieron en el pasado.

– el niño que alberga no es culpable, ¿pero entonces porqué no estoy satisfecha con lo que hice? – . Esa era interrogante que rondaban por su cabeza. No podía saber que es lo que deseaba, era su sobrino pero sentía la necesidad de.. No verlo.

Una duda que la carcomia, el sentimiento de ver al niño que era sangre de su hermano, le generaba cierta complejidad. ¿Amarlo ó dedpreciarlo?.

Se estiró los cabellos al no saber que hacer, salvo su vida, pero por el otro queria ver sufrir a la chica que hizo sufrir a su hermano.

Agarro un vaso de vino a medio llenar, llevó el pico a la boca y vertió el contenido a su garganta. Al terminarlo vio por unos segundos el contenido, frunciendo el ceño arrojó la copa hacia el suelo haciendo que este se haga añicos mientras la sustancia que sobraba se deslizaba por el suelo en una linea fina.

– ¡¿maldita sea, porqué es tan difícil decirle al corazón que no ame?! -– . Gritó con enojo y lágrimas en los ojos, su corazón le dijo que hizo lo correcto, pero la lógica y el sentimiento de desprecio le decían ¿porqué la salvó?.

Tomó su teléfono y marcó el número de cierto pelinegro, necesitaba desestrarse y él sabía como lograrlo.

– *¿que necesitas?* – . Él la conocía, llamaba cuándo tenía problemas, puede que sólo lo use para 'desestrar' pero la verdad no le molestaba.

– *¿éstas en tú casa?* – . Escuchó un suspiro, el chico callo un segundo, iba a colgar al no oirlo.

– *te esperó conejito blanco* – . Sonrió con suficiencia colgando la llamada, fue a su habitación.

[...]

Estaba en su cuarto, su cama era lo que necesitaba y ella era su compañera que hacé ya un mes la visitaba.

Ver ésos ojos la volvían loca, tal vez ésto sólo sea algo casual pero para alguien que sufrió mucho es lo que necesitaba, un momento de 'actividad'.

Su contraria veía ésto con cierta preocupación, su actual pareja, si se le puede llamar asi. Estaba realmente vuelta una fiera, las hormonas la estaban haciendo un revoltijo.

– Ochaco-Chan?.. – . Suspiro al sentir sus labios unirse con las de la castaña, viajaba de su rostro hacia su cuerpo, un tour que la volvía loca.

Necesitaba hacerlo, sus manos tomaron las caderas de la peliverde, a la vez que su boca no paraba de bailar con su lengua.

Arqueo la espalda al sentir como la mano de la contraria viajaba por sus  muslos, los cuáles eran presionados por sus manos.

Al separar del beso la castaña empujó a la peliverde hacia la cama, y con cuidado movió sus manos bajando al abdomen de la heroina.

Un marcado abdomen debido al entrenamiento rutinal de la anfibio, pudo ver como las caricias paraban de un momento a otro.

Se levantó de la cama sentándose al frente de la castaña, tomando sus manos con delicadeza.

– ey, ¿que sucede? – . Al verla con la cabeza agachada, escuchando un sollozo seguido de lágrimas.

– ¿p.. Porque siento que lo que todo lo hago siempre me sale mal?, perdí el cariño de la persona que me importaba, la chica que me consideraba una hermana me ve con asco y ahora siento inseguridad al estar contigo.. – . Interrogó con los ojos vidriosos viendo a la chica.

Dos mujeres un bebé ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora