TERRIBLE OBSESION ( PARTE 3 SECUESTRADA)

HOLA, HERMOSA!

Llevaba unos diez minutos en la parada, cuando se detuvo un auto.

-Vamos, sube! -dijo uno de los hombres mas hermosos que yo había visto en mi vida.

Mis pensamientos me perturbaron, pero eran muy ciertos. Ryan al igual que Keinan era hermoso, con la diferencia que yo amaba al padre de mis hijos y no a mi amigo. A el solo lo trataba por afecto, por amabilidad, porque lo apreciaba como amigo, aunque tiempo atrás mi corazón me había jugado una mala pasada. Pero no queria pensar en eso ahora. Solo estaba allí para compartir los últimos momentos de mi día a su lado, dejarle saber que no se preocupara por mí, que yo estaría muy bien.

-Hola! -dije sonriendo al entrar al auto.

-Siempre tan preciosa Daiana! -dijo mirándome de pies a cabeza en cuestión de nada, haciéndome sonrojar como un jitomate.

-Gracias! -dije nerviosa.

-Pués manos a la obra, no perdamos más el tiempo. -dijo poniéndo el auto en marcha.

Despúes de un largo rato conduciéndo, ví que se detuvo frente a un edificio. Parecía un complejo de apartamentos, algún hotel, algo así. Cosa que me puso bastante nerviosa.

-A, a donde me llevas? -dije mirándo como se estacionaba en la parte baja del lugar.

-Deja esos nervios, relájate princesa. Solo quiero mostrarte algo.

-Que cosa?

-No seas preguntona, ven vamos, ya llegamos, puedes bajarte del auto Daiana.

-Creí que me llevabas a comer. -dije mirando aquel lugar que no tenía la minima apariencia de un restaurante.

-Te daré de comer si eso quieres. -dijo con cierta ironía en sus palabras que no supe si reir o ponerme más nerviosa de lo que ya estaba.

Opté por no decir nada y solo seguí caminando a su lado, hasta llegar a los elevadores. Entramos y ví que marcaba el piso 5, luego me miró con una leve sonrisa.

-Ven!, -dijo haciéndo señas para que saliera del elevador luego de este detenerse.

Caminó hasta el final de un pasillo, hasta llegar a una puerta que abrió con una tarjeta. Mi corazón estaba a galope y sentía mis piernas temblar. Quería hacer mil preguntas, pero a la misma vez no queria hablar. Me sentía inquieta ante tanto misterio. Así que decidí solo observar, pensando que aquel lugar no era mas que un apartamento, pero la pregunta era, porque me llevaba allí?

-Mira Daiana!, -dijo abriendo la puerta de golpe dejándome totalmente impactada.

Mis ojos se encontraron con un ramo enorme de rosas, el cuál claro se tendrían que quedar allí, porque seria imposible llegar al lado de Keinan con aquellas flores, y un montón de globos donde se mecía una pequeña tarjeta, la cúal tomé en mis manos y empecé a leer.

"Quiero que disfrutes de este lugar, será tu espacio cuando te sientas triste, lo compré para tí, es tuyo Daiana, es una sorpresa".

-Que?, que significa esto? -dije sintiendo como me temblaba todo el cuerpo.

-Es un regalo porque te amo Daiana. -dijo dejándome estupefacta.

-Ry, Ryan, esto, est, esto es una locura. -dije sin poder hablar, las palabras no me salian.
-No, no entiendo, es, es un apartamento por Dios.

-Lo compré para mi, pero quiero que lo uses tu las veces que quieras, las veces que te sientas triste y quieras estar sola. Es tuyo Daiana, yo en realidad prefiero seguir viviendo al lado de Criss. La soledad no me agrada. -dijo acercándose sin dejar de mirarme.