Ya era tarde cuando al fin había regresado a la casa. Un uber me había recogido dejándome justo en la entrada. No hice nada más poner un pie sobre el cesped cuando me recibió él. Estaba extremadamente furioso.
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-Donde demonios has estado?, ahora mismo vas a explicarme todo Daiana -gritó nada mas verme llegar.
Me quedé fria sin saber que decir. Solo pude percatarme de que se había recortado, se veía tan diferente.
-Yo, Keinan déjame llegar a la casa. -dije sumamente asustada pasándole por el lado.
Me detuvo bruscamente por el brazo con la mirada llena de corage.
-Dame tu celular Daiana, -dijo como loco buscando entre mi ropa.
-Que haces?, espera, me haces daño, me estas apretando. -decia yo tratando de zafarme.
-Que me des tu maldito teléfono, malditasea.
En cuestión de nada logró quitarme el bolso tirando todo lo que llevaba dentro sobre el cesped. Lo miré enfadada y quise detenerlo pero el me empujó.
-Ahora mismo me vas a decir de donde llegas. -dijo sonriendo maliciosamente
No comprendí su sarcasmo hasta que llegamos adentro de la casa y vi como retiraba la tapa del teléfono. Me quedé muda al ver lo que parecia ser aquello y quise morirme. Mis piernas empezaron a temblar de tal manera que empezé a marearme.
-Estoy esperando Daiana. -dijo con el telefono todo desmantelado sobre las manos.
-Keinan, -dije con la voz quebrada
-Que hables Daiana, una vez mas te pregunto donde estabas?
-Miré sus manos y aún no podía reponerme. Quería salir huyendo de allí a sabiendas de lo que me esperaba.
-Donde estabas Daiana, y con quien? -dijo mirándome como un animal en celo.
-Estuve, estuve -dije mirando la casi diminuta cámara que él aún tenia entre sus manos.
La misma que habia puesto en mi celular. Dios mio como era posible tanta desconfianza, tanta vigilancia?, porque?, quise morirme en aquel momento.
-Habla Daiana -dijo una vez mas
-Estabas con Jay?, te cortastes el cabello?, te ves diferente, -reí sin ganas al hablar.
-Crees que soy estúpido verdad?, -dijo mirándome muy mal.
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