SORPRESA!

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Los días pasaban, pasaban y seguían pasando sin acontecer nada nuevo. Yo seguía encerrada en aquel cuarto sin tener contacto con él ya que sabía que el minimo encuentro me afectaría. Ya sabía que lo amaba, yo queria pensar otra cosa y hacérsela creer a él, pero nó, en el fondo lo amaba. No quería demostrárselo ya que queria cortar del todo con aquella relación que me hacia tanto daño.
Keinan se había mantenido concentrado en cosas de la casa, del patio y no me había molestado para nada. En el fondo, se lo agradecía.

Mi dolor se acrecentaba por dentro. Me había propuesto no desmoronarme ante él y lo intentaba, pero de pronto las lágrimas se agolpaban en mis ojos al verlo tan apuesto.

Esa tarde yo había salido al patio a tomar un poco de aire. El estaba lavando el auto y yo no dejaba de comérmelo con los ojos. El se dio cuenta y se puso en pie, acercándose malhumoradamente.

-No empieces. -dijo molesto
-No te atrevas a seguir llorando por que ya te he dicho como seguirán las cosas.

-Dejé de llorar por ti hace tiempo, lo hago por mis hijos Keinan.

-No finjas. Sé muy bien lo que te pasa.

-Siento decepcionarte. -dije poniéndome en pie para alejarme.

Una sonrisa irónica se dibujo en su rostro a la vez que me detenía por el brazo.

-Crees que vas a manipularme con tu llanto como siempre has hecho verdad?, pero ahora no vas a conseguirlo.

-Déjame en paz. Ya estoy a tu lado como quieres no?, entonces que no te importe verme llorar. -dije soltando mi mano.

-Cuánto mas? -dijo molesto

-Tanto como haga falta. -dije dándole la espalda

La risa de él logró sacarme de mis casillas.
Volví a girarme y lo miré con los ojos centelleantes.

-Esto fue lo que tú escogistes, Keinan. Yo estaba dispuesta a seguir a tu lado y hacer que nuestro matrimonio funcionara. Pero matastes todo con tus golpes y reproches.

-Y tú que hicistes para detenerme Daiana? -dijo él dando en el clavo.

Me quedé callada ya que sabia a que se referia. El me había pedido una y otra vez que me alejara de Ryan, cosa que nunca cumpli. Lo miré sin saber que decir y aunque traté de controlarme, no pude.

-Esto no hay quien lo arregle. Es una lástima, pero ya deberías saber que hay cosas que no se pueden arreglar, a pesar que uno de los dos lo desee. Se supone que somos pareja, pero no lo somos. No hay un lazo que nos una. -dije abatida

El se acercó más, sonriendo. Alargó una mano y la detuvo en mi rostro. Pasó los dedos sobre mis labios sin dejar de mirarme. Se puso serio y se acercó mucho mas, tanto que sentia su aliento sobre mi cabello.

-Daiana..... susurró casi en un gemido.

Tragué con dificultad poniendo una mano sobre su pecho para detenerlo, pero su proximidad, su calor, su olor a licor me estaban volviendo loca. Queria decirle que no me tocara, que me dejara en paz, pero no lo hice.

-Es difícil verdad? -dijo él mirándome los labios

-Claro.. -dije sin pensar

El volvió a mirarme a los ojos, esta vez con dureza y contestó indiferente.

-No quiero llegar a tanto, espero que tu pongas de tu parte como yo deseo, esta bien? -dijo amenazante

Me sentí tan mortificada que ya no lo quise mirar más y baje la cabeza hacia el suelo. Ya me habia roto el corazón y me había dado motivos de más para desconfiar de él. Queria despreciarlo cada día mas, así sería más fácil separarme de él sin volver a resultar herida.

TERRIBLE OBSESION ( PARTE 3 SECUESTRADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora