EL REGRESO

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Esa noche la había pasado sin pegar un ojo. Solo a mí se me ocurría salir a la calle a las once de la noche sin un auto, sin dinero, sin saber a donde ir, sin poder valerme de mis dos piernas y por si fuera poco, siendo uno de los reos desaparecidos. Estaba dispuesto a todo por ella, o a darme por perdido. No sabía que hacer, no podía pensar, lo que sí sabía era el deseo que tenía de verla. Había caminado solo unas cuadras en aquella oscura y sola avenida cuándo ya me sentía agotado. Sabía que estaba débil, tenía la pierna mala y al parecer algo me sucedia. Parecía que mi vida estaba destinada a dejarme sin aquella pierna.  Me estaba volviendo loco.  Puse mis manos sobre la pared de aquel callejon oscuro y solitario y miré el suelo.

  Puse mis manos sobre la pared de aquel callejon oscuro y solitario y miré el suelo

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-Dios Keinan que cosas piensas. -dije ante mis pensamientos.

No podía dejar que amaneciera ya que sería mucho más difícil pasar desapercibido ante la gente. Busqué con la mirada hacia donde dirigirme cuando me vino a la mente una idea.
Llamaría a Jay, lo llamaría y le pediria un favor. Eso haria.

-Mierda.... -dije pensando que no tenía celular ni tan siquiera algún dinero.

No queria regresarme con la enfermera ya que si lo hacía corría el riesgo de volver a caer en sus mañas. Me reí ante mis pensamientos y me senté en la acera.
Estaba tratando de buscar una salida ante aquella situación, cuando ví acercarse a un mendigo. Me miró fijamente a la cara para luego detenerse.

-Que, que pasa? -dije atento a sus movimientos

-Yo a ti te he visto. -dijo aquel chico tan joven que al parecer la vida lo había tratado mas fuerte que a mí.

Me levanté sorprendido y sonreí nervioso.

-No, no, quizás me confundes. -dije esperando su reacción.

-Estaré en vicios pero no estoy loco. -dijo sin dejar de mirarme.

-Oye tranquilo. -dije al ver que me sacaba una navaja.

-Si no quieres que llame a la policía me daras tu dinero. -dijo amenazándome.

-No tengo dinero, no tengo nada, estoy quizás como tú, buscando mejor vida. No quiero problemas. -dije tratando de hacerlo entender.

Lo ví sonreir y guardó la navaja.

-Sé quien eres. -volvió a decirme.

Tragué con dificultad y sonreí sin ganas.

-Entonces recérvatelo, ayúdame si puedes, si? -dije un poco más calmado.

-Y cómo crees que pueda hacerlo? -dijo mirando a todos lados.

-No lo sé, quizás conozcas más de este lugar que yo. Quizás tengas algún lugar donde pueda quedarme. Necesito un teléfono. Luego te compensaré, te doy mi palabra. -dije desesperado.

-Ah si?, y como sé que lo harás? -dijo el desconfiado.

-Porque solo quiero volver con mi familia, sólo eso. -dije sin evitar que la voz se me quebrara.

TERRIBLE OBSESION ( PARTE 3 SECUESTRADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora